Mancha negra y dragón amarillo: las plagas que amenazan el campo ante la pasividad de la Comisión Europea
Los agricultores españoles se ven indefensos ante las plagas que traen los cítricos provenientes de Sudáfrica, y por otra parte los ganaderos se sienten desprotegidos ante el lobo
El Parlamento Europeo cuenta con algunos diputados que cada vez reclaman con más fuerza que se exija a los cítricos sudafricanos (naranjas, mandarinas, pomelos...) que antes de salir de su origen se sometan a un tratamiento en frío que elimine las plagas que están trayendo a Europa y a España. Es algo que aprobó el Parlamento Europeo y que la Comisión Europea debería hacer cumplir, pero no lo hace.
La ausencia de tratamiento en frío hace que se propaguen tres plagas que traen los cítricos sudafricanos: la falsa polilla en pulpa, la mancha negra y el dragón amarillo. Actuar contra estas tres plagas está exigido por la normativa europea en materia de alimentación, pero los sudafricanos hacen caso omiso y sus cítricos entran sin controles por el puerto de Rotterdam: un auténtico coladero.
Estados Unidos y Japón hacen que los contenedores sudafricanos vuelvan a su país tal como han llegado si no cumplen con esta normativa, pero la Unión Europea no actúa con esa contundencia. «La Comisión Europea está floja, o a saber qué hay por detrás», indica Mazaly Aguilar, eurodiputada por Vox y vicepresidenta tercera de la Comisión de Agricultura en el Parlamento Europeo.
El control de las plagas es importante. Por poner un ejemplo, el dragón amarillo podría arrasar en unos años la producción agrícola española, según señala Inmaculada Sanfeliu, presidenta de la Interprofesional Citrícola. Esta plaga ya ha llegado a Europa: en concreto, a Chipre. La falta de lucha contra las plagas se traduce también, por otra parte, en una competencia desleal grave a los productores españoles, que invierten seis veces más que los sudafricanos en fitosanitarios para salvaguardar la seguridad alimentaria. Los menores costes permiten a los sudafricanos incurrir en otras prácticas anticompetitivas, como por ejemplo pagar 40 céntimos la hora a quienes recogen las naranjas frente a los 12 céntimos que pueden abonarse en España.
Los agricultores españoles están cada vez más indignados ante esta situación; más aún cuando ven que no se les defiende como debería hacerse. En Rotterdam se excusan diciendo que cómo van a revisar los 2.500 contenedores que llegan desde Sudáfrica y enviarlos de vuelta si no cumplen. La consecuencia es que las naranjas sudafricanas llegan a España caracterizadas por las manchas negras, como puede verse en supermercados de diferentes ciudades españolas. «Ellos dicen que es una cuestión de estética, pero la realidad es que la normativa los prohíbe», sostiene Aguilar. Las interceptaciones por mancha negra superan ya a las del año pasado, y tienen un impacto que puede arrasar la producción agrícola en la cuenca mediterránea: España, Portugal, Francia, Italia y Grecia. Los consumidores que quieran evitarlas, tendrán que comprar en un mercado callejero.
Planas no es de los más activos defendiendo a su país
Los agricultores y ganaderos tienen motivos para quejarse por la falta de actuación de Europa, y las plagas no son los únicos. Los ataques de los osos y los lobos al ganado están causando estragos, y las ayudas económicas para compensar a los ganaderos no es que lleguen, precisamente, a toda velocidad. Por este motivo, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, está tratando de modificar la protección del lobo y del oso para proteger a los ganaderos. La cercanía de las elecciones en Europa y el hartazgo de ganaderos a quienes se les están disparando los costes, como los franceses o los rumanos, aceleran su posicionamiento.
En este contexto, no es el ministro de Agricultura español, Luis Planas, uno de los que más está apoyando la causa de agricultores y ganaderos. Ambos colectivos se manifestaron a principios de septiembre en Córdoba contra los ministros de Economía de la Unión Europea por los «continuos ataques contra el sector».
Ahora parece que Manfred Weber, el nuevo presidente del Partido Popular Europeo, cogerá a los agricultores y ganaderos por bandera, y quizá su situación mejore en el futuro.