Análisis económico
España es el tercer país que más crece en deuda en Europa
España parece tener un número mágico que son los 81.000 millones, pero son algo muy preocupante
Eurostat va mucho más lento que el Tesoro Público a la hora de actualizar los datos con respecto a la deuda de la Unión Europea, más lento también que el Banco de España, que hasta el próximo día 19 de octubre no dispondremos de la deuda consolidada, bajo el Protocolo del Déficit Excesivo, del mes de agosto.
Eurostat sigue con datos del primer trimestre de deuda con el protocolo PDE y debería de hacer un esfuerzo en exigir a los Estados proporcionar un dato, tan importante y clave, como conocer como se ha cerrado la deuda de todos los países miembros.
A estas alturas de octubre seguimos con los datos del primer trimestre y dado que no hay nuevos datos, voy a utilizar los existentes para que veamos que pasó al cierre de este primer trimestre del año comparándolo, con el primer trimestre del 2022 y nos vamos a dar cuenta de que no ha cambiado para nada la senda de seguir endeudándonos.
He escrito, hace apenas unos días, que el Tesoro subió a su apartado de estadísticas los resultados a septiembre de la deuda en circulación de la Administración Central del Estado y que, desde diciembre hasta septiembre, en los nueve primeros meses del año, la parte de la que es directamente responsable el presidente del Gobierno, ha necesitado endeudarse en nada menos que 81.900 millones de euros. Esto es solo una parte, porque faltan las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales, que son la suma de la deuda de las Diputaciones y Cabildos y los Ayuntamientos.
España parece tener un número mágico que son los 81.000 millones, pero son algo muy preocupante. En los datos de Eurostat se compara el incremento de la deuda en un año y en los del Tesoro los 9 primeros meses, lo cual quiere decir, que nuestra deuda, a medida que pasa el año, sigue creciendo y creciendo y el problema es que no tiene pinta de parar.
Con los datos de Eurostat, Pedro Sánchez va a tener una alegría, por fin está entre los primeros, lo malo es que es en una variable negativa, la deuda, en este caso lo bueno sería estar entre los últimos.
Lo primero que tenemos que observar es que la Unión Europea de los 27 ha crecido en deuda en los últimos 12 meses un 3,7 %, con más de 486.000 millones de euros, y la Eurozona lo ha hecho un 3,5 %, con más de 416.000 millones.
Los dos países que van delante de España son Francia, con un incremento de 100.964 millones y dos décimas menos que la media de la UE, Alemania, que crece 90.258 millones y una décima menos de la media, pero España tiene que llamar la atención, sino no está contenta, y crece 81.446 millones y 1,9 puntos por encima de la media de la UE.
Italia, que es el tercer país en importancia y el primero de los grandes en mayor porcentaje de deuda sobre el PIB, solo crece en 32.634 millones, es decir, un 1,2 %, que son 2,5 puntos menos que la media.
A los Países Bajos se les ha ido la mano en los últimos 12 meses y crecen en 27.364 millones y se desvían al alza en 2,4 puntos y a Polonia le pasa lo mismo, con una subida de 23.760 millones y un incremento de 7,8 %, que suponen 4 puntos por encima de la media de la UE.
Los países que dan ejemplo son Noruega, que tiene muy controlada su deuda, Chipre, que es un pequeño país y nunca podrá hacer daño, Grecia, que aprendió la lección y reduce su deuda en 2.480 millones, Irlanda, el país con mayor crecimiento de PIB en la UE y que es capaz de reducir su deuda en un 5 %, y Suecia, otro país que a pesar de sus problemas en el último año baja un 9,1 % su endeudamiento.
Que España siga en la senda del déficit y la deuda es una decisión política
Que España siga en la senda del déficit y la deuda es una decisión política, porque los ingresos crecen de una manera casi exponencial desde que terminó la pandemia.
Ya no son necesarios los gastos a los que obligatoriamente nos vimos obligados durante 2020 y el crecimiento del gasto a 610.000 millones en 2021 y a 634.000 millones en el 2022 no tiene ningún sentido, mucho menos a los 670.000 millones que va a llegar en 2023.
Por lo tanto, endeudarse solo para satisfacer el pago a independentistas catalanes y vascos y para aguantar a los comunistas descerebrados que siguen derrochando el dinero público, es una decisión política que habrá que pensar como frenamos si queremos seguir existiendo, o como una nación libre o como un país intervenido por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y con la economía hundida durante los próximos 10 años, sin capacidad alguna para levantar la cabeza.