La ambigüedad de la medida contra los vuelos cortos lleva la incertidumbre a pasajeros y aerolíneas
El acuerdo entre Sumar y PSOE afectaría a viajes como los que van desde Madrid a Barcelona, Sevilla, Valencia, Alicante o Málaga
Fin de los vuelos cortos, mantener el descuento al transporte público y más impuestos: claves económicas del pacto de Sánchez y Yolanda Díaz
Ha sido una de las medidas que más impacto ha causado tanto a nivel mediático como a nivel económico. El plan de PSOE y Sumar para reducir los vuelos de corta duración ha dejado sorpresa en los electores y pérdidas en bolsa para Aena, la empresa pública que gestiona los aeropuertos de España, que ha sufrido un recorte en su valoración de más de 600 millones de euros.
En su acto en el Museo Reina Sofía, la vicepresidenta aseguraba que «hemos acordado que han de acabarse los vuelos cortos, inferiores a dos horas y media, cuando no haya alternativa al tren». Posteriormente, sin embargo, en el acuerdo remitido a la prensa ambas formaciones precisaban que se referían a aquellos vuelos «que tienen alternativa ferroviaria de una duración no superior a dos horas y media».
Sin embargo, a pesar de lo contundente de la medida, en el acuerdo del Gobierno de coalición ese punto es tan ambiguo que no hay certidumbre en torno a los vuelos que se verían afectados. Si atendemos al enunciado íntegro que aparece en el acuerdo, puede que muy pocos trayectos afectados se vean finalmente reducidos o afectados.
«Tal y como han hecho otros países de nuestro entorno –dice el texto del pacto–, impulsaremos la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales».
Es decir, a falta de que se traduzca en una norma, con el acuerdo en la mano no habrá supresión de vuelos, solo una «reducción». En segundo lugar, lo que dice el texto es que se verán afectadas aquellas rutas que tengan una alternativa en tren «con una duración menor de dos horas y media».
Según un reciente informe de PwC e Iberia hay cinco rutas que cumplen ese criterio: las que unen Madrid con Barcelona, Sevilla, Valencia, Alicante o Málaga. Todos estos trayectos cuentan con viajes en AVE inferiores (o ligeramente superiores) a las dos horas y media que marca el acuerdo de coalición. Sin ir más lejos, el AVE Madrid-Sevilla más rápido programado para este miércoles tarda 2 horas y 33 minutos mientras que el AVE Madrid-Barcelona más rápido tarda exactamente 2 horas y 30 minutos. También es de justicia decir que no todos son así de veloces.
Según el estudio de PwC para Iberia, los vuelos domésticos suponen menos del 1% de las emisiones totales de CO2 en España. Pero sí tienen un impacto económico notable: por cada millón de pasajeros que utilizan estos vuelos se generan 102 millones de euros de PIB y 1852 empleos a tiempo completo. Todo ello sin que, por ahora, el tren de alta velocidad llegue todavía ni a Barajas, lo que hace inviable una alternativa al avión para los vuelos de conexión. «Sin los vuelos domésticos no es posible atender la demanda de los millones de viajeros que necesitan conectar con sus vuelos de medio o largo radio», afirmó Beatriz Guillén, directora de Ventas Globales de Iberia, durante la presentación del estudio.
Aeropuertos-hub
De ahí el enunciado que podría dejar este pacto en anécdota, dado que excluye de la restricción a aquellos «casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales». A día de hoy, casi cualquier aeródromo de España oferta vuelos al extranjero, por lo que no queda muy claro si este pacto alude al aeropuerto de Madrid o todos. Si aludiera únicamente al de la capital, podría darse la circunstancia de que un vuelo Valencia-Madrid estuviera permitido pero no uno Madrid-Valencia. O que solo pudieras hacer un viaje corto si en el aeropuerto de destino te espera otro avión con destino al extranjero.
Una medida similar en Francia acabó afectando únicamente a tres rutas
En Francia, donde primero se planteó esta medida, despertando igualmente una fuerte polémica, finalmente solo se prohibieron tres vuelos cortos, todos ellos con origen en París y destino a Nantes, Lyon y Burdeos.
Castigo al Ibex
Nada más conocerse el acuerdo la valoración de Aena en el Ibex 35 dio un vuelco, pasando de 138,80 a 132,85 euros por acción. Un retroceso del 4,3 %, que finalmente se moderó hasta el 2,60 %, lo que se traduce en un recorte en su valoración bursátil de más de 600 millones de euros. Cabe recordar que el gestor aeroportuario, a través de Enaire, está en un 51 % en manos del Estado, que fue por tanto el principal perjudicado con el anuncio.
También CaixaBank, participada igualmente por el Estado a través del FROB (propietario del 17,3 % de los títulos) se anotó una caída. En su caso, del 3,10 %, lastrada, como toda la banca, por la amenaza de hacer permanente la tasa que grava a la banca, que nació inicialmente para un período temporal de dos años. Fue el segundo valor del Ibex que más valor perdió, tras Sabadell, que retrocedió un 5,24 %. El Ibex firmó en su conjunto un retroceso del 0,22 %.