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Pantalla con la información de las saldas en la estación de Atocha.

Pantalla con la información de las saldas en la estación de AtochaEP

Aluvión de fallos en el AVE, el sistema deficitario y defectuoso que aspira a desterrar los viajes en avión

Yolanda Díaz pretende reducir los vuelos cortos para utilizar un medio de transporte que cada vez registra más incidencias

«El tren está llamado a ser el transporte del siglo XXI, por eso hemos acordado que han de acabarse los vuelos cortos inferiores a dos horas y media cuando no haya alternativa al tren». Está claro que Yolanda Díaz se hizo un buen lío al anunciar la penúltima ocurrencia para reducir las emisiones de CO₂, pero la intención de restringir el viaje en avión llega en un momento en el que el servicio ferroviario está desbordado con incidencias prácticamente diarias.

El texto remitido por los partidos tras la rueda de prensa solucionaba el lapsus explicando que el objetivo es «impulsar la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales».

El problema es que cualquier episodio meteorológico adverso, por pequeño que sea, está ocasionado retrasos, cancelaciones y todo tipo de contratiempos mientras que Adif y Renfe solo hablan de «incidencias puntuales». Y debe ser cierto, porque la sucesión de percances se da con una puntualidad británica. Valencia, Barcelona, Madrid, Sevilla… Prácticamente no hay un solo destino que se salve de los problemas del operador ferroviario.

Solo en el último mes, miles de pasajeros quedaron sin poder viajar durante horas en pleno puente del Pilar por una avería en la catenaria. Y dos averías en pleno temporal obligaron a cortar las líneas con Barcelona y Andalucía.

Es tal el cabreo que el nuevo alcalde de Sevilla, el ‘popular’ José Luis Sanz, pidió una reunión urgente con Adif para pedir explicaciones. «No estamos dispuestos a consentir el deterioro progresivo de un servicio fundamental como es la alta velocidad para Sevilla, vamos a quejarnos y a que nos explique a que se debe. Venimos sufriendo retrasos en los últimos meses, lo de ayer se puede explicar por el temporal, pero no, es un deterioro diario y progresivo», señaló.

En otras regiones, los usuarios afectados han creado grupos de WhatsApp de periodistas para informarles de los retrasos e incidencias que se producen, que son bastante habituales. Uno de ellos es el de Ciudad Real, parada del AVE a Andalucía, que se ha reunido en varias ocasiones con responsables de Renfe y Adif que les han traslado que la puntualidad se encuentra en el 90 %. «No sabemos si es cierto o no, porque los datos no están publicados en el Portal de Transparencia a pesar de haberlos pedido en muchas ocasiones», señalan.

España tiene la segunda red más grande de alta velocidad por detrás de China

La pregunta que se hacen todos los afectados es la misma: si la infraestructura está preparada para la entrada de nuevos operadores como Ouigo o Iryio. Pero el conflicto viene de lejos. España tiene 4.622 kilómetros de vías de trenes de alta velocidad, solo por detrás de China y por delante de Japón, Francia, Turquía y Alemania. Tradicionalmente, el AVE ha sido una importante baza electoral de políticos de uno y otro signo que prometían el maná en forma de vías, por lo que el gasto de las administraciones públicas ha sido faraónico, sin contar las corruptelas propias de este tipo de infraestructuras – el Tribunal de Cuentas detectó un sobrecoste del 35,8 % del presupuesto inicialmente previsto para la construcción del AVE entre Madrid y Barcelona–.

Sin embargo, todos los informes sobre rentabilidad coinciden en que la red no será capaz de cubrir, ni de lejos, los costes de inversión iniciales. La propia Airef criticó en 2020 los ingentes esfuerzos presupuestarios del Gobierno para un servicio cuya intensidad de uso «es la más baja de todos los países con una red significativa de alta velocidad», y proponía poner el foco en criterios de movilidad. Desde entonces, el Ejecutivo no solo no ha reducido la inversión, sino que la ha aumentado.

Ante la falta de interés de los usuarios por sus altos precios, el Gobierno decidió en mayo de 2021 permitir la entrada de nuevos operadores para potenciar el uso del transporte ferroviario. El resultado, de momento, tiene luces y sombras. Por un lado, ha aumentado la afluencia de viajeros gracias a la bajada del precio de los billetes, pero las incidencias no han parado de aumentar.

El único que ha mostrado cierta transparencia ha sido Ouigo, que en su informe de calidad de 2022 reveló que el 62 % de los trenes llegaron a la hora prevista y que la causa de los retrasos fue, en 325 casos, por motivos internos, y en 1.429 por externos, como problemas de circulación, infraestructura, orden público, condiciones ambientales, valdalismo… Esta compañía no ha querido entrar al tema pero pide mayor transparencia y una investigación de las causas de los retrasos ya que «se suele achacar la responsabilidad al operador y no siempre es así».

La vicepresidenta no se baja del avión

Sumar ha defendido que la vicepresidenta siga utilizando el avión «por una cuestión de institucionalidad». El diputado hispano-argentino Gerardo Pisarello ha asegurado que la reducción de los vuelos es un «consenso planetario» pero que es lógico que «las responsabilidades que tenga cualquier jefe de Estado justifican que haya situaciones excepcionales». «Yo utilizo el tren habitualmente, pero si mis responsabilidades institucionales lo justifican, puedo hacer una excepción», ha añadido.
Según ha revelado el expresidente de S’ha Acabat, Yeray Mellado, con datos del portal de Transparencia, la vicepresidenta en funciones ha utilizado el avión hasta 29 veces para desplazamientos nacionales de los cuales ocho eran prescindibles.
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