Las mafias de las obras sacan partido del frío: «Si no aceptas el chantaje, te roban material»
Exigen hasta 600 euros mensuales por proteger construcciones, aunque la videovigilancia empieza a ser algo habitual
Las obras y proyectos de construcción son víctimas a diario de robos de materiales, herramientas y equipos, todos ellos de precios elevados. A medida que los días se acortan, el número de robos en las obras vuelve a aumentar. La oscuridad favorece la entrada en estas zonas pese al peligro físico y al delito que supone el hurto de materiales, contemplado en el Código Penal con pena de prisión de seis a dieciocho meses si la cuantía de lo sustraído excede de 400 euros.
La oscuridad favorece la entrada en estas zonas pese al peligro físico y al delito que supone el hurto de materiales
Las estadísticas del Ministerio del Interior alertan de se cometieron 1.664.84 delitos contra la propiedad industrial en naves, fábricas y almacenes en todo el territorio nacional en 2022. La valoración de los objetos sustraídos, electrónicos y maquinaria fue de 2.219.355 euros según estima la EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea). La cifra real puede incluso ser mucho mayor, porque no todos los contratistas acuden a la policía.
Retrasos
«Un robo en una obra supone una pérdida directa e indirecta para el contratista. Aunque normalmente el daño se compensa con otro pedido de equipos o materiales de construcción, la obra puede también sufrir retrasos, y ahí el contratista sí que sufre el daño indirecto. Además, casi todos los robos en obras implican retrasos», afirma Ignacio González, director de la empresa de seguridad Bauwatch España. González recomienda a las empresas constructoras que extremen la vigilancia durante los próximos meses.
Si un contratista encuentra una solución rápida a un robo pequeño, puede que no se moleste en presentar una denunciaBauwatch España
Los robos pueden ser de cualquier material y tamaño porque los delincuentes buscan el valor para una posible venta en el mercado negro. «Nos enfrentamos a varios fenómenos: la desaparición regular de pequeñas cantidades de material de construcción, como bloques de hormigón, ladrillos o paneles aislantes. Si un contratista encuentra una solución rápida a un robo pequeño, puede que no se moleste en presentar una denuncia y llamar al seguro, porque eso le cuesta más tiempo y dinero del que le reporta», asegura González.
Clanes y mafias
Jesús tiene una empresa de construcción desde hace 20 años y también teme la llegada del invierno. «El cambio de hora y que a las seis de la tarde sea de noche nos hace polvo, los trabajadores paran y la obra se queda 12 o 13 horas sin supervisión a no ser que se contrate seguridad privada que es muy caro», explica.
Un paseo por barrios de Madrid en construcción como Valdebebas o El Cañaveral siguen mostrando una antigua forma de proteger las obras: clanes gitanos o mafias rumanas que advierten al jefe de la obra del peligro de dejar el material toda la noche sin vigilancia. «Es el peor momento, recibir estos chantajes, si no haces caso el primer día ya notas la falta de material y al final tienes que pagar unos 600 euros mensuales durante 18 meses para que no robe nadie», explica Jesús.
Al final tienes que pagar unos 600 euros mensuales durante 18 meses para que no robe nadieConstructor
«Hay bandas y mafias de ladrones profesionales que tienen como objetivo equipos específicos o materiales caros como el cobre, por ejemplo. Ahí es donde el daño directo es mayor, y son esos robos los que más se denuncian», comenta Ignacio González.
Robos de cobre
Los robos de cobre han aumentado en los últimos años. Hace poco, Aurubis, el mayor productor de cobre de Europa, fue noticia porque en pocos años, una organización delictiva consiguió robar metales de la planta alemana por valor de más de 100 millones de euros. En España, el operador ferroviario Adif llegó a registrar robos de este material cuantificable en 111 kilómetros de 2019 a 2022, provocando retrasos en sus vías equivalentes a 74 días. También, los tendidos telefónicos y varios parques solares también han sido recientemente objeto de robos de toneladas de cobre de sus circuitos.
«Por desgracia, observamos que estos hechos son cada vez más frecuentes. La demanda de cobre es alta, en parte debido a la transición energética, lo que ha provocado la subida del precio», afirma el director de BauWatch España. «Por ejemplo, el cobre se utiliza en las turbinas eólicas y en los parques solares. Una red eléctrica eficiente no puede funcionar sin él».
El precio de otros materiales de construcción también ha subido, en parte debido a la guerra en Ucrania y a la inflación. «Las organizaciones criminales lo saben muy bien, y las obras de construcción son su objetivo favorito. En una obra suele haber poca protección física y, cuando termina la jornada laboral es cuando los ladrones hacen su agosto. Los residentes locales o los transeúntes apenas pueden distinguir entre los trabajadores de la obra y los ladrones, que pueden dedicarse fácilmente a sus negocios».
Invierno
BauWatch sabe por experiencia que el número de robos alcanza su punto álgido en invierno. Ignacio comenta sobre sobre este tema que «Tradicionalmente, es entonces cuando se produce un fuerte aumento de los robos. Hay una serie de medidas organizativas que pueden tomar, como utilizar contenedores cerrados con llave para guardar el equipo, o elaborar un protocolo de seguridad en el que se detallen las responsabilidades en la obra».
Las cámaras disuaden a los ladrones y permite intervenir cuando sucede el roboBauWatch España
Jesús se plantea ahora poner cámaras de videovigilancia «en lugares poco visibles para que no las rompan, pero anunciando de su presencia como obliga la ley». «Estas cámaras tienen una doble ventaja: preventiva, porque disuaden a los ladrones de entrar en el terreno, y reactiva, porque una cámara inteligente conectada a una central de alarmas permite intervenir cuando los ladrones se aventuran en el terreno», explican desde BauWatch.
En plena explosión constructora en las grandes capitales Españolas, el robo de material supone un grave contratiempo que los constructores y las empresas de seguridad se afanan en frenar.