Bruselas asigna 11.100 millones a España para invertir en sus redes eléctricas
Se trata de un ambicioso plan de transición verde que afectará a todo el bloque, con una inversión total de 584.000 millones de euros
Para dar prioridad al cumplimiento de sus ambiciosos objetivos climáticos, la Comisión Europea ha asignado 11.100 millones de euros de ayudas públicas a España para invertirlos en empresas dedicadas a la fabricación de tecnologías limpias.
Esta cantidad forma parte de una inversión mayor de 584.000 millones de euros, destinados a mejorar las redes eléctricas europeas, un pilar fundamental para la transición verde en el continente.
La inversión aprobada para España se enfocará en apoyar a empresas que producen tecnologías esenciales para alcanzar una economía de cero emisiones netas. Entre estas tecnologías se incluyen baterías, paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor y electrolizadores.
Además, el programa también contempla la ayuda a productores de componentes clave y materias primas necesarias para la fabricación de estos equipos.
La financiación de este programa provendrá en parte de los recursos del plan español de recuperación y consistirá en subvenciones directas. La Comisión Europea, tras una evaluación detallada, ha constatado que este esquema se ajusta a las condiciones del marco temporal de crisis y transición. Este marco permite a los Estados miembros otorgar ayudas de Estado, normalmente prohibidas, para facilitar la transición ecológica.
El Ejecutivo comunitario ha valorado positivamente el plan, considerándolo necesario, adecuado y proporcional para acelerar la transición ecológica y facilitar el desarrollo de actividades económicas clave.
Según Didier Reynders, comisario responsable de la Política de Competencia, este plan representa un paso importante para alcanzar los objetivos climáticos de Europa, preservando al mismo tiempo la igualdad de condiciones en el mercado único.
Mejorar el sistema al completo
Por otro lado, la Comisión Europea ha presentado un Plan de Acción para asegurar que las redes eléctricas operen de manera más eficiente y se expandan más rápidamente. Este plan es clave, dado que se espera que el consumo de electricidad en la UE aumente aproximadamente un 60 % para 2030.
Las redes deberán adaptarse a un sistema más digitalizado, descentralizado y flexible, que incluye millones de paneles solares en techos, bombas de calor, comunidades energéticas locales, mayor producción de energía renovable offshore, más vehículos eléctricos y crecientes necesidades de producción de hidrógeno.
Actualmente, el 40 % de las redes de distribución tiene más de 40 años y se espera que la capacidad de transmisión transfronteriza se duplique para 2030. Para abordar estos desafíos, se han identificado acciones concretas y a medida, que buscan desbloquear la inversión necesaria para modernizar las redes eléctricas europeas.
Estas acciones incluyen acelerar la implementación de Proyectos de Interés Común, mejorar la planificación a largo plazo de las redes, introducir incentivos regulatorios, incentivar un uso más eficiente de las redes y mejorar el acceso a la financiación para proyectos de redes.