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La renovación de la hipoteca se complica.

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Tipos de interés: cinco preguntas para entender cómo nos afectan

El tipo de interés marca normalmente el precio del dinero en una operación, pero también se utiliza para indicar su valor en términos generales

Quien tenga una hipoteca o tenga colocado su dinero en algún producto de ahorro o inversión en una entidad bancaria estará familiarizado con el término porque en el momento de la contratación tuvo que ser informado sobre el tipo de interés aplicable. Aunque pueda parecer complejo entender cómo funcionan los tipos de interés, lo cierto es que con algunas nociones básicas resulta todo mucho más sencillo.

¿Qué es el tipo de interés?

Es un porcentaje que determina la cantidad adicional que se paga o se recibe por el dinero (es decir, el capital) que nos han prestado o que hemos invertido.

Se deduce, por tanto, que el tipo de interés puede entenderse desde dos puntos de vista distintos. Por un lado, puede referirse al coste que pagamos a nuestro banco por dejarnos temporalmente una cantidad de dinero. Por otro, puede referirse a la rentabilidad que obtenemos de nuestros ahorros e inversiones, por ejemplo, si tenemos colocado nuestro dinero en un depósito bancario, un fondo de inversión o una letra del Tesoro.

En ambos casos, el tipo de interés se expresa en forma de porcentaje y, en general, se calcula de forma anual. Por ejemplo, un préstamo de 1.000 euros a un año a un tipo de interés del 5 % implicaría, además de devolver los 1.000 euros iniciales, devolver un 5 % adicional en concepto de intereses; en este caso otros 50 euros lo que da un reembolso total de 1.050 euros. Por lo contrario, si tenemos contratado un producto de ahorro como una cuenta remunerada de 1.000 euros a un 5% anual, recibiremos en concepto de intereses 50 euros que nos pagará nuestro banco al cabo del año. De manera que, tendremos un total de 1.050 euros ahorrados en nuestra cuenta.

Como estamos empezando a comprender, al igual que los precios están siempre vinculados a un bien específico, los tipos de interés también están invariablemente ligados a un producto, en este caso, financiero –hablamos del tipo de interés de las hipotecas, el de los depósitos, los bonos o las letras del Tesoro– Dicho de otro modo: hay tantos tipos de interés como productos financieros, pero siempre hacen referencia a lo mismo: el precio que pagamos (o recibimos) por el dinero prestado (o ahorrado e invertido).

¿Por qué es importante?

El tipo de interés es un indicador financiero clave que afecta directamente al funcionamiento de los mercados financieros y a las decisiones de los actores involucrados: desde los intermediarios como los bancos, fondos de pensiones u otros comercializadores de productos financieros, hasta las empresas, autónomos y familias que son quienes piden prestado, ahorran o invierten.

Además, no hay que olvidar que los tipos de interés fluctúan a lo largo del tiempo y, por tanto, condicionan nuestras decisiones financieras en todo momento.

¿Por qué el BCE ha subido los tipos?

Desde que en julio del año pasado el Banco Central Europeo (BCE) empezó a subir los tipos, hemos asistido a un encarecimiento progresivo de los préstamos bancarios, como las hipotecas o los créditos empresariales y, al mismo tiempo, a una mejora de la rentabilidad de los productos de ahorro e inversión, como las cuentas remuneradas o las letras del Tesoro.

Los tipos oficiales son una poderosa herramienta con la que cuenta el BCE (y cualquier banco central) para contener la inflación, es decir, la subida generalizada de los precios, asegurándose de que se mantenga por debajo del objetivo oficial del 2 % a medio plazo.

Como sabemos, desde la guerra de Ucrania la inflación en la eurozona se ha desbocado, alcanzando niveles que no veíamos desde hacía décadas. El BCE ha respondido elevando de manera agresiva los tipos oficiales a fin de encarecer los préstamos bancarios y reducir así su contratación por parte de familias y empresas. Con esta medida, el BCE consigue contraer la demanda de bienes y servicios. Además, por la ley de la oferta y la demanda, si esta última se reduce, bajan los precios y se reduce la inflación.

Tipo de interés fijo, variable o mixto

Existen tres clases de tipos de interés que se pueden aplicar en nuestra hipoteca: fijo, variable y mixto. Con el primero, se paga el mismo tipo de interés y la misma cuota durante todo el préstamo. Con el segundo, el tipo de interés se revisa semestral o anualmente y varía en función del índice de referencia, es decir, el euríbor. Por último, con el mixto, en un primer momento se cobra un interés fijo que, con el tiempo, pasa a ser variable, y puede subir o bajar según el índice referencial.

¿Por qué ha subido tanto el euríbor?

Desde julio del año pasado, el BCE ha subido los tipos de interés oficiales en 10 ocasiones, elevándolos del 0 % hasta el 4,5 % actual, situándolos en menos de un año y medio en el nivel más alto de los últimos 20 años. Aunque el BCE no sube el euríbor, sí que influye directamente en su nivel y por eso la subida del euríbor ha sido muy parecida a la subida de los tipos oficiales: rápida y pronunciada.

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