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Doritos redujo el año pasado en cinco unidades el contenido de sus bolsas

Menos patatas en la bolsa de siempre: Francia señala el camino a España para acabar con la «estafa» de la reduflación

«Es una práctica anticompetitiva y poco transparente», afirman desde la OCU. Un filibusterismo que, según BBVA, «se ha sistematizado y sofisticado en los últimos años»

Menos patatas en la bolsa, refrescos que súbitamente tienen 40 mililitros menos en el mismo envase o cinco rebanadas menos de chorizo en el sobre de siempre. Son algunos de ejemplos reales de cómo muchas empresas han aprovechado la escalada inflacionista de los dos últimos años para poner en los estantes del supermercado menos producto por el mismo –o incluso más– precio.

El fenómeno no es nuevo. Basta recordar el ejemplo de American Airlines eliminando la famosa aceituna de los menús de sus aviones, que le reportó un ahorro de 40.000 dólares al año en 1987. No obstante, ha cobrado fuerza en toda Europa, incluyendo España, a raíz de las disrupciones en la cadena de suministro por la pandemia, y por la invasión rusa en Ucrania.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), hasta un 7 % de la cesta de la compra está sujeta a este fenómeno, que calificaban, tras un reciente análisis de campo en febrero, de «cada vez más habitual». «Es una práctica anticompetitiva y poco transparente», afirman desde la organización. Un filibusterismo que, según explican desde BBVA, «se ha sistematizado y sofisticado en los últimos años.

«Un escándalo»

Francia ha querido ponerse en cabeza de la lucha europea contra este fenómeno. La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ya avanzó en una entrevista publicada en el diario Le Parisien que su objetivo es «prohibirla». «Es una estafa, un escándalo», añadió el ministro de Economía, Bruno Le Maire. Carrefour, la principal distribuidora gala, optó en septiembre por colocar carteles en casi una treintena de productos avisando de la reducción de producto contenido en los envases.

El plan galo, según ha comunicado el Ejecutivo a la Comisión Europea, pasa por aprobar una ley que obligue a los distribuidores minoristas a informar a los consumidores cuando se produzca esta práctica, conocida también por el término inglés shrikflation, acuñado por Philippa ‘Pippa’ Malmgren, ex asesora de Bush y Obama.

De acuerdo con la cadena BFMTV, una vez que entre en vigor la nueva legislación, prevista para primavera, los distribuidores –y no los fabricantes– estarán obligados a añadir una indicación a los productos sometidos a reduflación. Algo que deberán hacer «directamente en el embalaje o en una etiqueta agregada o adherida a este producto». De lo contrario se expondrán a multas que podrían alcanzar los 15.000 euros

El mensaje que podrá leer el consumidor será algo como «la cantidad vendida ha aumentado de X a Y y su precio ha aumentado un x% o x euros», detalla la misma fuente, que adelanta que los distribuidores que se verán obligados a añadir dicho etiquetado serán los supermercados e hipermercados de más de 400 metros cuadrados.