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20 de septiembre de 2024

Una trabajadora de la limpieza entra en un edificio con el carrito de la limpieza

Una trabajadora de la limpieza entra en un edificio con el carrito de la limpiezaEuropa Press

Ocho euros la hora, economía sumergida y trabajo duro: radiografía de las 'limpiadoras de escaleras' en España

Las empleadas con las que la izquierda ha intentado tapar su pacto con Bildu tienen sueldos medios de 16.000 euros al año​

Las palabras de Cristina Ibarrola antes de abandonar la alcaldía de Pamplona fueron el mejor regalo de Reyes que pudo recibir la izquierda española para ocultar su pacto con los herederos de ETA, preparar una moción de censura y entregar el ayuntamiento de la ciudad a cambio de sostener a Pedro Sánchez en la Moncloa.

«Yo creo que es una pregunta que tienen que responder ellos. Yo la tengo muy clara: nunca seré alcaldesa con los votos de EH Bildu. Jamás. Pase lo que pase. Nunca apoyaría a EH Bildu, a cambio de nada, pase lo que pase. Prefiero fregar escaleras», dijo Ibarrola.

Políticos desahuciados como Irene Montero o Ione Belarra se apresuraron a utilizar lo de «fregar escaleras» para desviar la atención

La maquinaria política se puso en marcha muy rápido y tanto PSOE como Sumar y hasta políticos desahuciados como Irene Montero o Ione Belarra se apresuraron a utilizar lo de «fregar escaleras» para desviar la atención de la moción de censura hacía un supuesto comentario «clasista».

Ibarrola explicó posteriormente en sus redes sociales, y ante el revuelo generado contra ella, que lo que quería decir con ello es que prefería «realizar un trabajo digno, duro y mal pagado como el de la limpieza» a «vender» sus principios «y ganar 100.000 euros en un sillón pactando con Bildu de forma indigna». «Cualquier otra interpretación es falsa, interesada y partidista», recalcó la dirigente de UPN.

Fregar escaleras

Ese duro trabajo que mencionaba Ibarrola es una profesión que, en su mayoría, realizan mujeres (un 96 %, según los sindicatos), a cambio de sueldos particularmente bajos. La media de edad está en los 44 años, y existen dos segmentos diferenciados: entre los 33 y los 39 años y entre los 49 y los 58 años.

Según el estudio de Adecco Redefiniendo el trabajo hay 1.400.000 limpiadoras en España. Los sueldos van de los 750 a los mil euros al mes, según se desprende de las ofertas laborales de empresas dedicadas a la limpieza como Eulen, Clece o ISS.

Un informe de Talent.com asegura que «el salario personal de limpieza promedio en España es de 16.000 euros al año o 8,21 euros por hora. Los cargos de nivel inicial comienzan con un ingreso de 15.000 euros al año, mientras que profesionales más experimentados perciben hasta 23.380 euros anuales».

Una limpiadora en la iglesia de Santiago Apóstol

Una limpiadora en la iglesia de Santiago ApóstolEuropa Press

Los datos, sin embargo, no son fiables en un sector donde trabajar y cobrar en negro ha sido algo habitual durante años. También hay que distinguir a las empleadas de hogar que van a varias casas durante dos o tres horas con las interinas, incluso con aquellas que solo van a las comunidades de vecinos a fregar escaleras, algo que ahora se ha regulado mediante empresas que contratan a estas trabajadoras con condiciones laborales regladas.

El salario personal de limpieza promedio en España es de 16.000 euros al año o 8,21 euros por hora

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2023, hay 597.9800 personas trabajando en empleo de hogar. Sin embargo, en el registro de la Seguridad Social figuraban en febrero de este año 376.151 personas dadas de alta en el régimen de empleadas del hogar. Un dato que demuestra que hay un elevado porcentaje de economía sumergida en este sector.

Extranjeros

Según Funcas, el 45 % de las personas que trabajan en el servicio doméstico en España son extranjeras, cifra muy inferior al máximo del 70 % registrado en 2005. Fue en ese año cuando se produjo la regularización de inmigrantes residentes en España con contrato.

El trabajo doméstico ha tenido históricamente con un escaso reconocimiento social e institucional, pero proporciona oportunidades de empleo a personas con empleabilidad más limitada en otras ocupaciones.

Operarios limpian en las inmediaciones del colegio del barrio de San Jerónimo

Operarios limpian en las inmediaciones del colegio del barrio de San JerónimoEuropa Press

Además, mejora la participación laboral y la productividad de muchas personas empleadas a las que descarga de tareas como la limpieza de la casa, la preparación de comidas, la atención a las personas dependientes o la crianza de los hijos pequeños. Según Funcas, ayuda «no solo al funcionamiento más eficiente del mercado de trabajo, y en general al crecimiento de la economía, sino también a la reproducción de la sociedad. Son efectos indirectos reales y nada desdeñables, aunque resulten difíciles de medir con los indicadores utilizados habitualmente para estimar la aportación del empleo al bienestar de la sociedad».

El trabajo doméstico ha tenido históricamente con un escaso reconocimiento social e institucional

El TJUE fue muy duro con las condiciones laborales que tenían las empleadas de hogar en España. En una sentencia de septiembre de 2021 hablaba de «desamparo social» y una «discriminación indirecta por razón de sexo» al haber una amplia mayoría de mujeres.

Encarna

El mercado laboral español ha sido especialmente injusto con las empleadas del hogar a las que apenas se le reconocían derechos. Muy pocas familias españolas han tenido la cultura de pensar que la persona que les ayuda en sus tareas domésticas era una trabajadora y, como tal, tenía derecho a un sueldo, Seguridad Social, vacaciones o paro.

Encarna ha trabajado como empleada de hogar 35 años. Se podrían contar con los dedos de una mano casos como el suyo en España. Se jubiló en 2018 y, desde entonces, cobra una pensión de 654 euros, una cantidad baja, aunque haya cotizado muchos años. Otra desgracia de la que nadie habla. Por muchos años que hayan trabajado sus bases son mínimas y eso les reporta pensiones ridículas cuando no tienen que utilizar complementos a mínimos para llegar a cobrar algo decente. Es uno de los problemas de trabajar por horas en esa profesión.

A mí me pagaban en un sobre cada mes y yo estaba tan contenta, aceptaba eso, era un trabajoEncarnaEmpleada de hogar jubilada

«Empecé ayudando a una familia que tenía un negocio y necesitaban a alguien para hacer la comida, limpiar la casa o atender a sus hijos», asegura mientras cuida ahora de sus nietos.

Empezó como tantas otras, «a mí me pagaban en un sobre cada mes y yo estaba tan contenta, aceptaba eso, era un trabajo», recuerda. Esa falta de sensibilidad laboral por ambas partes se acabó cuando Encarna sufrió un grave accidente doméstico con una ventana que la segó un dedo.

Una empleada de hogar limpia la encimera de la cocina

Una empleada de hogar limpia la encimera de la cocinaEuropa Press

«Cuando me recuperé le propuse a la familia para la que trabajaba que me hiciera un contrato para tener acceso a una baja médica, doctores… no quería mucho más», explica. Y así fue como Encarna pasó a cotizar para la Seguridad Social porque ya disfrutaba de vacaciones y dos pagas extras. Lo que no valoró entonces es que iniciaba una larga carrera de cotización al Sistema Especial para Empleados del Hogar que, años después, le ha permitido acceder a una pensión, algo de lo que no pueden presumir muchas mujeres.

Cuando me recuperé le propuse a la familia para la que trabajaba que me hiciera un contrato para tener acceso a una baja médica, doctores… no quería mucho másEncarnaEmpleada de hogar jubilada

Además, desde 2011 el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Empleados de Hogar quedó integrado en el Régimen General de la Seguridad Social. Las bases de cotización varían y pueden ir desde los 138 euros brutos al mes en 12 pagas por cinco horas al día hasta los 1.108,33 euros también en 12 pagas por 40 horas. En el primer caso, el coste para el empleador es de 51 euros al mes y en el segundo de 275 euros. De ahí las pensiones que cobran.

Desempleo

Encarna no tuvo el infortunio de quedarse en paro, pero muchas como ella sí que han tenido etapas en las que no han trabajado porque no ha habido ofertas o por estar embarazadas.

Este sistema no permitía que cobrasen prestación por desempleo por ser un modelo especial de cotización. Por un lado, legalizaba su trabajo después de tantos años de sobres, por otro, no se atrevía a imponer seguros sociales altos que encarecieran la factura al empleador y produjese más empleo sumergido para ahorrar costes.

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