Saiz promete llenar la hucha de las pensiones hasta los 25.000 millones a costa de seguir dopando la Seguridad Social
El Gobierno ha prometido que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social –la llamada hucha de las pensiones– superará los 25.000 millones de euros al final de esta legislatura gracias a las aportaciones del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). No obstante, el Ejecutivo oculta que la deuda de este organismo está en máximos históricos y que la reforma de José Luis Escrivá está muy lejos de garantizar la sostenibilidad del sistema.
Durante la comparecencia ante la Comisión de Trabajo del Congreso, la nueva ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, avanzó su intención de reforzar el Fondo de Reserva, «la expresión más clara de la fortaleza del sistema y que da confianza y certidumbre a los ciudadanos».
«La conocida como hucha de las pensiones va a crecer significativamente en los próximos ejercicios para así hacer frente a los años de mayor tensionamiento que están por llegar. Gracias a las aportaciones del MEI, el Fondo de Reserva superará los 25.000 millones de euros al final de esta legislatura», añadió.
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional es un impuesto incluido en la última reforma de las pensiones de José Luis Escirvá para sustituir el insostenible factor de sostenibilidad con el objetivo de fortalecer el sistema de pensiones.
En 2023, este impuesto era del 0,6 % por trabajador, de los cuales un 0,5 % lo aportaba la empresa y otro 0,1 % sería detraído de la nómina del trabajador. Para 2024, ha ascendido la 0,7 % –0,58 % para la empresa y 0,12 % para el empleado–.
Con este impuesto se espera alcanzar los 130.000 millones de euros y estará vigente, a priori, hasta 2032, cuando se revisará y se analizará la necesidad de continuar con él hasta 2050. El dinero recaudado irá al Fondo de Garantías, conocido como hucha de las pensiones, creado durante el Ejecutivo de José María Aznar con los excedentes que aportaba el superávit de las cuentas de la Seguridad Social de cara a la jubilación de la generación del baby boom y que llegó a acumular en 2011 más de 65.000 millones de euros. Aquí es donde el Gobierno ha dado el cambiazo.
Como explica el economista y colaborador de El Debate, José María Rotellar, el sistema suponía un verdadero ahorro, ya que venía del excedente. Sin embargo, nutrir el fondo con las aportaciones del MEI no es tal «pues la Seguridad Social es deficitaria, solo equilibrada por las transferencias que la Administración del Estado realiza desde los Presupuestos Generales».
Casi 40.000 millones de euros de ingresos de la Seguridad Social proceden de transferencias corrientes del Estado
La mayor parte de los 200.000 millones de euros de gastos no financieros de la Seguridad Social se van a pagar las pensiones contributivas, que no dejan de crecer cada año por el aumento de las mismas y la revalorización de las pensiones. Sin embargo, los ingresos son inferiores a los gastos en 7.200 millones, a los que hay que añadir los casi 40.000 millones que recibe en trasferencias corrientes del Estado.
Esto ha llevado a un espectacular incremento de la deuda de la Seguridad Social a lo largo de los años. De hecho, desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno, en junio de 2018, el pasivo ha aumentado un 233 % y no parece que la cosa vaya a cambiar pues, si bien las aportaciones del Fondo podrán garantizar cierta sostenibilidad, será a costa de aumentar la deuda pública, que ya supera con creces el billón y medio de euros (1,578 concretamente), y al mordisco que le supondrá el MEI al bolsillo de trabajadores y empresarios.