La industria reclama una nueva ley ante los problemas estructurales de la economía de servicios
El Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España ha presentado el VII Barómetro Industrial
Con una economía de servicios, con baja productividad y elevado endeudamiento público, desempleo e inflación, el sector industrial se mantiene en el filo de la navaja. Los expertos advierten de que la amenaza de una desaceleración intensa en la eurozona debilitará la industria española.
El Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) ha presentado el VII Barómetro Industrial en el que muestra cierta mejoría de la percepción por parte de los profesionales a pesar de los problemas estructurales que deberían ser abordados en una nueva ley de industria que apueste «por la autonomía estratégica y considere las zonas despobladas como eje del nuevo desarrollo industrial que dé soporte a la transición energética y la descarbonización de la economía», según ha destacado José Antonio Galdón, presidente de esta institución.
De hecho, el 74 % de los profesionales del sector considera que el debilitamiento de la industria se debe a una situación estructural y su enfoque hacia una economía de servicios frente al 26 % que opina que es consecuencia de la incertidumbre provocada por la formación de Gobierno y otros factores externos.
Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, ha destacado además los efectos de la descentralización en la industria de nuestro país. «Difícilmente podemos hacer una política industrial si el sistema educativo vive al margen, sin bases colectivas no se puede trabajar», ha señalado.
«Si bien es cierto que el Valor Añadido Bruto de nuestra industria ha aumentado un 14,49 % y también el número de empresas del sector, lo hemos hecho por debajo de la media de la Unión Europea», ha añadido.
El director general de Estrategia, Industria y Pyme, Jordi García Brustenga, ha destacado el «momento histórico» en el que nos encontramos con la llegada de los fondos europeos y la necesidad de orientar los recursos a la energía para lograr mayor autonomía que convierta a España «en un factor de competitividad» a medio plazo.
Cataluña, en cabeza
Cataluña es la comunidad autónoma que más contribuye al total de la industria nacional (21,68 %) seguida de Madrid, Andalucía y Valencia. Por el contrario, Baleares, Canarias, Cantabria, Asturias, Extremadura y La Rioja aportan menos del 2,5 %.
En el análisis de la situación por comunidades autónomas sobre cuánto aporta el PIB industrial de cada comunidad autónoma a su PIB regional, destacan positivamente las regiones del norte de España, especialmente Navarra, País Vasco y La Rioja, quedándose las dos últimas cercanas a un peso industrial del 25 % del PIB, y con Navarra encabezando la lista con un 28 %.
En el lado opuesto, encontramos los dos archipiélagos españoles, los cuales apenas superan el 5 %, y dentro de la península a Madrid y a Andalucía, que rondan el 10 %. Estas cuatro, unidas a Extremadura que se encuentra muy próxima a la media, son las únicas comunidades por debajo de la media nacional. En lo referente a la aportación del empleo industrial al empleo total de cada comunidad autónoma, destaca el primer puesto de La Rioja.
«Debemos estar muy atentos a las señales de desaceleración que nos avanzan estos indicadores sectoriales», ha puntualizado al respecto Salvador Marín, director del Servicio de Estudios CGE y coordinador del Informe.