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21 de septiembre de 2024

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante un mitin de campaña, a 10 de febrero de 2024, en Vigo, Pontevedra, Galicia (España). Este es uno de los actos previos a los comicios gallegos del próximo 18 de febrero que celebra el PSOE para conseguir votos en la región.
10 FEBRERO 2024;PSOE;PSDEG;CAMPAÑA;18F;ELECCIONES;AUTONÓMICAS
Adrián Irago / Europa Press
10/2/2024

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press

Bruselas pone coto al dopaje del PIB con gasto público mientras la inversión sigue sin remontar

La vuelta de las reglas fiscales obligará a las administraciones públicas a contener el desembolso por primera vez desde la pandemia

El Producto Interior Bruto (PIB) español dio una sorpresa positiva en 2023. La economía española creció un 2,5 % el año pasado, mucho menos que en 2022 o 2021, los años de recuperación post pandemia, pero por encima de las previsiones de la mayoría de los analistas e incluso del propio Gobierno.

El análisis en detalle de los datos, sin embargo, vincula estas cifras con un notable aumento del consumo público en la recta final del año. Según el Colegio de Economistas, el consumo público se incrementó un 4,4 % en 2023 frente al 2,3 % del privado, cuando el Banco de España estimaba en septiembre que lo haría un 1,4 %.

«El sector público y su consumo son los que han tenido la explicación de buena parte del crecimiento del último cuatrimestre», en palabras de Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas.

El dato de avance de Contabilidad Nacional Trimestral correspondiente al cuarto trimestre de 2023 sorprendió con un alza del consumo público del 0,6 %, dos décimas por encima del incremento del tercer trimestre, gracias a un aumento del consumo público del 1,4 %. Mientras, la inversión empresarial retrocedió un 4,8 % en tasa trimestral y el consumo de los hogares aumentó un magro 0,3 %.

«Desde que gobierna Pedro Sánchez el gasto no financiero de las administraciones públicas se ha disparado casi 80.000 millones. Es insostenible», subraya José María Rotellar, profesor de economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria.

Tanto Pedraza como Rotellar descartan que el consumo público pueda mantener el mismo ritmo en 2024. El principal motivo es la vuelta de las reglas fiscales, que limitan el endeudamiento de los países europeos, y cuya aplicación quedó en suspenso a raíz de la pandemia. Un marco para el cual tanto el Consejo como el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo la semana pasada.

Fin a la barra libre

Las nuevas reglas exigirán reducir la deuda un 0,5 % anual si está entre el 60 y el 90 % del PIB; y un 1 % anual por encima del 90 %. En cuanto al déficit, si supera el 3 % del PIB, el requisito será reducirlo durante los períodos de crecimiento hasta alcanzar un nivel del 1,5 % del PIB. La nueva normativa será por tanto más flexible que la anterior, pero aún así pondrá coto a la barra libre de gasto de los últimos años.

«Las nuevas reglas fiscales europeas recuerdan la importancia de sanear las cuentas públicas cuando se forma parte de una unión monetaria», según Oriol Aspachs, analista de CaixaBank Research. «Sirva como referencia que en el tercer trimestre de 2023 el déficit público del conjunto de las Administraciones (acumulado de cuatro trimestres) todavía se situaba por encima del 4%. El ajuste que se deberá llevar a cabo este año para cumplir con el objetivo será notable», afirmaba en un reciente informe.

El recorte podría verse «parcialmente compensado» por «un mayor dinamismo del consumo de los hogares», opina Aspachs. El resto dependerá de la evolución de la inversión, un indicador que ha mostrado un claro comportamiento negativo en los últimos meses, pero que, según Aspachs, podría mejorar por la bajada de los tipos de interés y el despliegue de los fondos NextGeneration, cuyo despliegue, por ahora, ha sido más bien escaso.

La formación bruta de capital fijo, indicadora de la inversión, apenas creció un 1,6 % en 2023, cuando el Banco de España calculaba que lo haría un 3,1 %. En los nueve primeros meses de 2023 la inversión extranjera no ETVE se situó en 18.303 millones de euros, un 23, 3 % menos. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha avanzado que retrocedieron un 25 % en el conjunto del año. El propio Garamendi vinculó la evolución del «termómetro» de la salud económica del país con la falta de «estabilidad» y de «confianza» de empresas e inversores.

Un diagnóstico con el que coinciden tanto Pedraza como Rotellar. «El sector privado necesita alicientes para invertir», reclamó el primero el pasado lunes, durante un encuentro con periodistas. «Hay inseguridad jurídica», constata el segundo, que destaca que la prima de riesgo española ya está al mismo nivel que la de Grecia. «Eso denota una importante caída en la confianza de la economía española», afirma.

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