Irlanda, cuarta potencia industrial de Europa
En el año 2000 el motor de la industria europea era la gran Alemania, que estaba en plena fusión con la «Democrática»
Este es el tercer artículo que realizo sobre la evolución del sector industrial, pero esta vez lo que voy a hacer es compararnos con los países miembros de la Unión Europea, tanto en valor absoluto, como en crecimiento y hay muchas sorpresas y, por desgracia para los españoles, nada buenas.
Los datos que utilizo los he obtenido de las estadísticas que publica Eurostat y he utilizado los que publica en valores reales, descontando la inflación de cada uno de los países respectivos. Los resultados son los que son y cada país queda reflejado por su gestión, unos muy buena, como es el caso de Irlanda, y otros muy mala, como son los casos de España e Italia.
Para que vayamos entendiendo donde estábamos y donde estamos, es importante que tengamos en cuenta una serie de datos. El primero es que en el año 2000 no éramos 27 países los miembros de la UE, pero que Eurostat ha hecho un esfuerzo para aglutinar toda la información para poder hacer comparaciones. El segundo dato es que en el año 2000 todavía el euro no era una moneda de cambio, sino simplemente virtual, que se utilizaba para mantener una contabilidad doble, en moneda local y en euros, para ir adaptando los países a la futura realidad de la moneda europea y, de nuevo, Eurostat ha hecho un enorme esfuerzo en adaptar todo para poder hacer comparaciones.
A partir de aquí la realidad simulada de lo que ha pasado. La Unión Europea en el año 2000 fue capaz de generar 1,9 billones de euros y en el año 2022 pasó a generar 2,5 billones de euros, lo que supone un crecimiento del 33 %, mientras que la Zona Euro que representaba el 88 % del total del valor con 1,7 billones, solo es capaz de crecer un 27,8 %, llega a los 2,1 billones y pasa a suponer el 84 % del total del valor producido.
En el año 2000 el motor de la industria europea era la gran Alemania, que estaba en plena fusión con la República «Democrática» de Alemania y que generó 552.000 millones de euros, suponiendo el 29 % del total de la Industria europea.
La segunda potencia era Italia con 318.000 millones, muy por delante de Francia que generaba 259.000 millones. Así, Italia suponía el 16,8 % del total de la UE y Francia el 13,7 %, mientras que España ocupaba la cuarta posición, muy lejos de las dos anteriores, con un valor de producción de 162.500 millones y un peso del 8,6 %.
Irlanda ocupaba una posición media (11) con un valor de producción de 43.000 millones y solo un 2,3 % de peso en la UE.
Pero la vida sigue, el mundo evoluciona y la democracia es lo que tiene que hay pueblos que saben escoger a sus dirigentes y los hay que escogen a los muy tontos.
En el año 2022, nos encontramos con una foto muy cambiada:
Alemania, que consigue crecer un 35,6 % algo por encima de la media, sigue siendo la mayor potencia industrial de la UE con un valor de 748.500 millones y aumenta su poder hasta representar el 29,6 % del total europeo.
Italia se la pega, baja su producción en 22 años un 3,7 %, se mantiene ligeramente por encima de Francia con 307.000 millones y ya solo representa un 12,1 % del total de la industria Europea.
Francia, que también lo hace francamente mal, solo crece un 6,8 % muy lejos de la media europea, se queda en 276.000 millones y pasa a representar el 10,9 % del total.
Aquí viene la gran sorpresa, Irlanda, que estos 22 años, hace crecer el sector industrial un 364,5 %, supera a España en valor absoluto, con un valor de 199.000 millones y un peso en la UE del 7,9 %, mientras España que solo crece un 3,8 % y ocupa el puesto 24 de 27 en crecimiento pasa a ocupar el quinto lugar y ya solo representa el 6,7 % con un valor ligeramente inferior a los 167.000 millones.
Está claro que la democracia le sentó muy bien a Irlanda y muy mal a Italia, España y Francia que han tenido a algunos políticos que si los pudiesen borrar de su historia serían más felices.
Irlanda, la gran criticada porque con sus impuestos solo atraía empresas de servicios, resulta que se ha convertido en la cuarta potencia industrial de la UE, dejando a España en un terrible quinto lugar.
A ver si nos enteramos, señores dedicados a la política, que bajar impuestos produce riqueza.