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El ex consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, tenía buena relación con Ábalos.Lu Tolstova

La semana económica

Javier Hidalgo, Ábalos, Air Europa y las mascarillas del caso PSOE

Al hijo del fundador de la aerolínea y ex consejero delegado de la compañía se le relaciona de algún modo con la trama, pero no está claro que haya nada punible

A Javier Hidalgo, hijo del fundador de Air Europa y ex consejero delegado de Globalia, el grupo propietario de la aerolínea, se le relaciona desde hace semanas con la trama de las mascarillas que ha dado pie al llamado caso PSOE. Según documentos a los que tuvo acceso El Confidencial, Hidalgo contrató los servicios del comisionista del caso PSOE, Víctor Gonzalo de Aldama, para solucionar un problema de impagos que la aerolínea tuvo en Venezuela por valor de 200 millones de euros y que no se ha solucionado. Era una prioridad para Hidalgo padre, un auténtico quebradero de cabeza que le quitaba el sueño y del que hablaba constantemente, y contactó con quien pudo para intentar solucionarlo. Posteriormente se contrató a Aldama en noviembre de 2019 coincidiendo con el acuerdo de la primera venta de Air Europa a Iberia, que luego se suspendió por la pandemia.

Como fruto de esta relación entre Javier Hidalgo y Aldama, el Ministerio de Transporte que entonces dirigía José Luis Ábalos contrató a Air Europa para traer el material sanitario que había encargado. La Guardia Civil ha resaltado en un informe la relación estrecha entre Aldama e Hidalgo. Entre medias de esta situación, Globalia recibió 475 millones de las líneas de crédito de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

Según fuentes conocedoras de la compañía, en Air Europa se sabía que Javier Hidalgo tenía una buena relación con Ábalos, lo cual, en sí mismo, no quiere decir nada: Hidalgo era el consejero de una aerolínea y Ábalos el ministro de Transportes. La situación actual es la que ha hecho levantar las sospechas.

Javier Hidalgo es un espíritu libre. Negoció por su cuenta la compra de Air Europa por parte de Iberia

Javier Hidalgo es un espíritu libre: creativo, inquieto, poco disciplinado, vividor y deportista extremo. Cuando su padre, Juan José Hidalgo, le dijo a él ya sus hermanas –María José y Cristina– en 2013 que les bajaba el sueldo y les amenazaba con despedirlos, vendió sus acciones por 36 millones de euros y se fue a Estados Unidos.

A partir de ahí, demostró que es un negociador de diez. Se asoció con Rosauro Varo (hijo de la ex diputada socialista Amalia Rodríguez, amiga íntima de María Jesús Montero, y actualmente vicepresidente de Movistar Plus) y compró a su padre Pepephone por diez millones de euros. Puso al frente al brillante Pedro Serrahima, que la hizo crecer, y la vendió en 2016 a MásMóvil por 158 millones de euros. Hidalgo fue capaz de hacer ver al fundador de MásMóvil, Meinrad Spenger, que necesitaba comprar Pepephone. Así lo hizo. Ese mismo año MásMóvil adquirió Yoigo y hoy está en proceso de fusión con Orange para convertirse en líder en clientes en España.

La misma visión mostró con la idea de la venta de Air Europa a Iberia. Tras la exitosa venta de Pepephone, Javier Hidalgo volvió a Air Europa por la puerta grande. Hasta entonces, su padre había confiado sobre todo en su hija María José, más seria, a quien había puesto como directora general. Ahora Javier había demostrado que tenía carácter emprendedor y fue nombrado consejero delegado.

Desde ese puesto, Javier Hidalgo convenció a su padre de que era inviable tener una aerolínea de tamaño mediano en España, y que Air Europa debía venderse a una compañía más grande. Con el permiso de su padre, su espíritu libre y sus grandes dotes de negociador, empezó a hablar con Iberia y llegaron a un acuerdo sin que lo supiera el comité de dirección de la compañía. En la aerolínea manda la familia, no los gestores.

El Gobierno está ganando dinero con los intereses del préstamo que la SEPI dio a Air Europa

Air Europa iba muy bien antes de la pandemia, con cifras récord en pasajeros y resultados económicos, y también lo va ahora. El problema es que la pandemia casi se la lleva por delante. El crédito que le dio la SEPI la salvó, aunque ahora tiene que devolverlo y el Gobierno está ganando dinero con los intereses. Solicitó un crédito en dos partes: un préstamo ordinario y otro participativo.

El préstamo participativo tiene unos intereses mucho mayores porque va vinculado al Euribor +5 % y llegará a Euribor +7 %. La compañía ha pagado ya 29 millones de amortización y 66 millones de intereses de los dos. Los tipos de interés hasta ahora habían sido más bajos, por lo que la cuantía subirá. La compañía podría empezar a valorar amortizar si se confirma su vuelta al beneficio en 2023, como hace apuntar la fuerte recuperación del sector turístico.

Como garantía de ese préstamo se pusieron todos los activos de Globalia: la sede en Llucmajor y las diferentes sociedades. Son garantías por valor de entre 800 y 1.000 millones para un préstamo de 475 millones. También ponían como garantía el contrato de IAG si hubiera sido necesario.

Air Europa no tiene ningún problema de gestión, y será una joya para quien la compre. Su día a día lo lidera Richard Clark, uno de los directivos más prestigiosos del sector, que fue nombrado director general en el año 2021. La pregunta ahora es qué pasará con la propiedad. La dueña de Iberia, IAG, presentó el 12 de diciembre la documentación requerida para que la Comisión Europea estudie la adquisición de Air Europa por parte de Iberia. Desde entonces se abría un plazo de 35 días laborables en el que la Comisión podía pedir más información y reclamar la opinión de otros competidores, y luego otro de entre 90 y 110 días en el que se estudiaba el expediente con mayor profundidad para ajustar la propuesta de cesión de derechos de vuelo. Iberia asegura que las concesiones de rutas que propone son más amplias que las que asumía en su primera oferta de compra, realizada en noviembre de 2019.

Pasado este plazo, se verá qué ocurre con la compañía. Lo que está claro es que Iberia quiere hacerse con ella, y, sobre todo, no quiere que se la quite Air France.

En cuanto al papel futuro de la familia, Javier Hidalgo dimitió y la abandonó en abril de 2021, y ya maneja otros negocios. Su padre, Juan José, tiene 82 años, y aunque fundó esta empresa de la nada y dijo en este periódico que no se vendía, tiene en su poder la zona no urbanizada más grande de Estepona (Málaga), y pretende llevar a cabo allí un proyecto muy ambicioso.

Podría ser un retiro dorado para él si al final le compran la compañía, y además los compradores probablemente querrían hacer borrón y cuenta nueva respecto al apellido Hidalgo, si es que se demuestra alguna mala conexión con el caso PSOE. Sobre la relación de Javier Hidalgo con la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, se estableció con ocasión del foro de startups Wakalua, creado por Globalia a finales de 2018. Hay fotos que circulan de Begoña Gómez en Wakalua. Wakalua firmó un contrato con el IE Business School para becar con 10.000 euros a los ganadores de un concurso cuando la mujer de Sánchez estaba en esta escuela de negocios, pero ella nunca tuvo un contrato con Wakalua y la relación, en principio, podía situarse dentro de la normalidad.