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Las mafias ponen el ojo en el campo español: el fraude en las semillas ya afecta al 10 % del mercado

Puede provocar problemas sanitarios en la leche y carne de aquellos animales que hayan consumido este producto

Ante el aumento de los costes en la agricultura, que están dejando a los profesionales del sector sin apenas margen de beneficios, las mafias están poniendo sus ojos en productos como las semillas, en un fraude que mueve miles de millones al año y está afectando ya al 10 % del mercado.

El pasado año, se realizaron varios operativos contra los casos de venta fraudulenta de semillas de cereal en Valladolid. En algunos casos, los delincuentes sustituían el producto por uno de menor calidad mientras que en otros se vendían semillas procedentes de países que no habían pasado los controles de trazabilidad y calidad necesarios.

En cualquier caso, se trata de una práctica muy peligrosa ya que, además de afectar a la economía del sector, puede provocar problemas sanitarios en la leche y carne de aquellos animales que hayan consumido estas semillas.

«Estamos encontrando una afectación directa del 10 % respecto al PIB de ese segmento, que puede aumentar al 15 % en algunos productos concretos», explica Fabián Torres, director de Desarrollo de Negocio de SICPA España. A pesar de los avances tecnológicos, las prácticas utilizadas por agricultores, comunidades y autoridades reguladoras siguen siendo deficientes. Esta brecha se evidencia en la falta de herramientas adecuadas en las aduanas, donde los inspectores carecen de medios efectivos para asegurar la autenticidad de las semillas, incluso en rutas de suministro reputadas.

«En Francia», prosigue, «cuando el fraude afecta al 10 % del volumen de negocio, se toman automáticamente medidas, pero aquí se espera a que suponga el 15 % o el 20 %. Y se trata de soluciones muy sencillas respecto al coste, infinitesimal comparado con lo que se pierde».

Las prácticas utilizadas por agricultores y autoridades reguladoras para controlar el fraude siguen siendo deficientes

A pesar de los avances tecnológicos, las prácticas utilizadas por agricultores y autoridades reguladoras para controlar el fraude siguen siendo deficientes. Esta brecha se evidencia en la falta de herramientas adecuadas en las aduanas, donde los inspectores carecen de medios efectivos para asegurar la autenticidad de las semillas, incluso en rutas de suministro reputadas.

Torres se refiere al uso de tecnologías como las etiquetas de seguridad para verificación con dispositivos y cambios dinámicos visuales similares a los empleados en los billetes de euro.

Pérdidas millonarias

Este tipo de fraude está más extendido en aquellos mercados sin regular. El Banco Mundial calcula que hasta la mitad de las semillas vendidas en países africanos están falsificadas, lo que supone unas pérdidas de decenas de millones de euros anuales, según la Alliance for a Green Revolution in Africa.

Según la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC), la pérdida económica para las empresas semilleras en México alcanza hasta el 10 % del mercado, equivalente a 100 millones de dólares anuales. En Colombia, la situación es igualmente preocupante, con pérdidas que ascienden a más de un billón de pesos, aproximadamente 230 millones de euros, según estimaciones de la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología.