De Cos apunta a junio para la bajada de tipos y ve inevitable un ajuste fiscal en 2025
Considera que la prórroga de los Presupuestos «constata que las preocupaciones de los empresarios son reales» ante la «incapacidad del sistema político de lograr consensos»
La moderación de la inflación en la eurozona conocida este miércoles consolida el escenario central que maneja el Banco Central Europeo. El indicador, que ha sorprendido a la baja situándose al 2,4 %, apuntala el escenario que sitúa en el mes de junio la primera bajada de tipos de interés tras la escalada vivida desde julio de 2022.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha considerado este miércoles, en un acto en el Círculo Ecuestre de Barcelona que el dato conocido hoy constata que «se han ido cumpliendo las previsiones del BCE», que sitúan a medio plazo una reducción de la inflación hasta el 1,9 %, por debajo de su objetivo del 2 %.
De ahí que De Cos, con las cautelas habituales ante este tipo de decisiones, haya afirmado que «a día de hoy el escenario central para la primera reducción es junio». Ello después de una próxima «discusión» la próxima semana en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.
De Cos ha constatado que tras el crecimiento de la economía española en 2023, que superó las previsiones de los analistas y del propio Banco de España se esconde un «sorprendente» incremento del consumo público. En particular en el último trimestre del año, cuando creció el 0,6 %, el doble de lo que se estimaba.
«Absolutamente necesario»
Ahora bien, De Cos descarta que este indicador continúe manteniendo «una evolución tan dinámica» durante mucho más tiempo. De hecho, considera que «hay una necesidad de un ajuste fiscal de acuerdo con las reglas macroeconómicas aprobadas en la Eurozona».
Dicho ajuste «tendrá un efecto negativo en el crecimiento una vez que se produzca en el año 2025». Ahora bien, según ha considerado, «es absolutamente necesario para tener unas finanzas públicas sostenibles y reducir la que es hoy la principal debilidad de la economía española» cuando ya partíamos de una situación «débil» del déficit y de la deuda pública.
Para De Cos «no hay ningún argumento» para no iniciar ese proceso de consolidación fiscal en España, esto es, aumentar los impuestos o reducir los gastos. «Más aún si uno tiene en cuenta que la situación de partida de las finanzas española es peor» que la del entorno europeo, debido a la situación de la deuda y el déficit. «Si me apuras hay quizá un argumento adicional: tenemos un instrumento como los fondos europeos para compensar ese eventual impacto», dado que los fondos UE «no están en la definición de déficit público y sí tienen un efecto positivo si se ejecutan correctamente».
«La evolución de la inversión privada es preocupante»
Asimismo ha considerado «preocupante» la evolución de la inversión privada, el único indicador que, según ha resaltado, sigue aún sin alcanzar el nivel previo a la pandemia. «Cuando preguntas a los empresarios nos hablan de cuestiones de política económica, de escasez de mano de obra —algo «sorprendente en un país con 12 millones de parados»— y de incertidumbre», ha reseñado.
A este respecto, ha asegurado que «la no existencia de Presupuestos hace constatar que la preocupación de los empresarios es real». Según ha asegurado la incapacidad de lograr un acuerdo en un punto principal de la política económica como son los PGE demuestra que «la falta de capacidad del sistema político para lograr consensos es una realidad».
Fondos europeos
Preguntado por el balance que hace de los fondos europeos, que deberían haber contribuido a transformar la economía española y europea, De Cos considera que aún es pronto para saber si se logrará esa transformación. «Lo que sí sabemos es que, a día de hoy y en comparación con la expectativa que se había generado de rapidez en la ejecución de los fondos, esta no se ha materializado. Ha ido claramente más lenta de lo que desde el Banco de España esperábamos».
«La primera vez que incorporamos en las previsiones económicas el posible efecto de los fondos fue en la de marzo de 2021. Anticipábamos que su ejecución para ese año generaría un crecimiento económico del 0,8 % o un punto porcentual. Cuando un año después hicimos el ejercicio de cuánto se había aportado, habían sido escasas décimas. Pasó igual en 2022. En 2023 hemos visto una aceleración de los datos que tenemos de ejecución, pero en cualquier caso es muy pronto para responder aún sobre el impacto en la transformación económica».
«Lo más probable es que las expectativas iniciales con los fondos europeos no fueran realistas»
En cualquier caso, De Cos ha considerado que «lo probable es que las expectativas iniciales no fueran realistas». Y ha añadido que si este retraso en la ejecución se ha utilizado para que su impacto sea mayor, «bienvenido sea. Ahora aún no estamos en condiciones de asegurar que esto sea así».