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Locomotora de Talgo para la alemana DB

EXCLUSIVA

Empresarios nacionales se plantean presentar una oferta por Talgo para salvaguardar su españolidad

El grupo, que no tiene conexión con el Gobierno, cuenta con el respaldo de una gran entidad financiera

Un grupo de empresarios españoles, apoyado por una de las principales entidades financieras de nuestro país, se reunirá la próxima semana con los representantes del fondo Trilantic, el principal accionista de Talgo, para sondear la posibilidad de presentar una oferta de compra por la compañía ferroviaria. Hasta ahora la única oferta presentada ha sido la de Ganz-Mavag, el consorcio húngaro que formalizó su propuesta tras enviar el pasado 4 de abril a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto de la Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA).

Los húngaros se encuentran a la espera de que el Gobierno decida si acepta o no su propuesta de 5 euros por acción sobre Talgo, algo que supondría el desembolso de unos 619 millones de euros. Los accionistas la aceptarían, pero el Ejecutivo en principio está en contra por la conexión de los compradores con la Hungría de Viktor Orbán y por la supuesta procedencia de dinero ruso detrás de la operación, algo que los húngaros desmienten.

Mientras el Gobierno se decide o no, los húngaros siguen avanzando. Registraron el folleto de la OPA en la CNMV, estos días presentarán en un banco español y en la CNMV el aval de 619 millones de euros y la documentación exigida tras el envío del folleto, y en un periodo de entre uno y tres meses debería estar listo el informe de la Junta de Inversiones Exteriores, el organismo de control de inversiones del Ministerio de Economía, Comercio y Turismo que evaluará si la oferta de Magyar Vagon es idónea o no. A partir de este informe, el Consejo de Ministros decidirá si el Gobierno acepta la oferta o considera a Talgo empresa estratégica y no lo hace.

Mientras todo esto se decide, el grupo de empresarios españoles ha decidido sondear la posibilidad de presentar una oferta. Están convencidos de que detrás de la operación de los húngaros hay dinero ruso, quieren salvaguardar la españolidad de la compañía y consideran asequible la inversión en torno a los 620 millones de euros, más aún teniendo como tienen el respaldo de una de las entidades financieras más importantes de nuestro país.

El principal obstáculo que a día de hoy tiene esta iniciativa española es que carece de socio industrial. Han hablado con CAF, la empresa ferroviaria vasca, que sería la aliada ideal para construir un campeón nacional, pero han rechazado la propuesta. Asegurado el apoyo financiero, el grupo necesitaría un socio industrial que adquiriera una posición minoritaria y supiera operar en el mercado ferroviario.

Una operación a contrarreloj

El prestigio y el éxito internacional de Talgo se han traducido, paradójicamente, en que la compañía esté atravesando un momento delicado por su falta de capacidad para asumir todos sus pedidos. Su retraso con la entrega a Renfe de los trenes Avril puede acarrearle sanciones, y también van con retraso sus ferrocarriles contratados en Alemania.

El consorcio húngaro podría solucionar de inmediato estos problemas, pues cuenta con fábricas ociosas en su país. Podrían duplicar la capacidad de producción de Talgo hasta los 620 trenes anuales, frente a los 300 trenes anuales que fabrica en la actualidad la compañía española, según informaba hace unos días Expansión.

Esta ventaja podría ser clave para el futuro de la compañía, además de la complementariedad de mercados que conseguirían entre las dos, pero nada de esto será planteable si el Gobierno declina aceptar la oferta.

Los húngaros tendrán que acabar de convencer a todos, empezando por el Gobierno, de que quien lidera la OPA, el húngaro Andras Tombor, se deshizo hace tiempo de la empresa mixta que tuvo con los rusos y con la que consiguió un contrato interesante en Egipto. Y de que la petrolera húngara MOL, una de las accionistas del consorcio, tiene congelados los ingresos que provienen de su participación en la petrolera rusa Baitex, donde posee un 51 % que le reportaría el equivalente a un 1 % de su beneficio operativo (ebitda).

Si no lo logran, el Gobierno no les dejará hacerse con Talgo. Entonces el grupo de empresarios españoles podría hacerse con la compañía si redondea su oferta con un socio industrial, o podría salir algún otro interesado. De momento no parece que vaya a ser la suiza Stadler, que en la actualidad evita pronunciarse sobre su interés en la compra de talgo, y que ya hace dos años la desechó cuando Trilantic encargó a Citi buscar compradores y se reunió con ellos.