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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.EP

Sánchez desoye el reproche del Congreso ante el alza desmedida de la presión fiscal

El Gobierno se niega a deflactar el IRPF un día después de que saliera adelante la proposición no de ley presentada por el PP

La reveladora abstención de tres socios habituales del PSOE –PNV, Junts y BNG– en la proposición no de ley para deflactar el IRPF permitió sacar adelante esta iniciativa del Partido Popular. Pero Pedro Sánchez no puede permitirse aliviar la creciente presión fiscal a la que está sometiendo a los ciudadanos si quiere mantener este nivel de gasto.

Durante su comparecencia ante el Pleno del Congreso, Sánchez calificó la propuesta del PP como una consecuencia de las «teorías neoliberales trasnochadas que ya no practican ni los gobiernos conservadores del mundo». «Dice a este Gobierno que rebaje el IRPF cuando es el que ha aplicado la mayor rebaja de las rentas bajas y a las rentas medias», añadió el presidente durante su intervención. Pero la situación es más compleja.

Desde el 2015 hasta ahora, el IPC ha subido un 23,3 % mientras que los salarios solo han incrementado en el entorno del 12 %, teniendo en cuenta que los últimos datos del INE corresponden al año 2022. Esto es lo que algunos economistas califican de subida de impuestos silenciosa ya que los trabajadores, si bien cobran algo más, también pagan más impuestos por los cambios de tramo al tiempo que pierden poder adquisitivo por el aumento de precios.

La deflactación del IRPF modifica los tramos para ajustar su progresión a la inflación de manera que una subida salarial no supone una pérdida de poder adquisitivo. De hecho, varias comunidades han deflactado la parte regional de este impuesto, como es el caso de Madrid, País Vasco, Navarra o Aragón.

El Gobierno, sin embargo, no quiere ni oír hablar del asunto y se limita a la rebaja de las retenciones a las rentas inferiores a 20.000 euros en una irónica consideración de lo que es la clase media de nuestro país. La cuestión se centra en que esta medida supondría una reducción de ingresos para el Estado por este concepto, que en febrero ascendieron a 3.335 millones de euros, un 22,8 % más que el mismo mes de 2023. En el caso del tramo autonómico este incremento fue del 10,3 %.

A falta de datos recientes de la encuesta de estructura salarial del INE –los últimos datos son de 2022–, la negativa del Gobierno a deflactar el IRPF tiene un efecto directo sobre el poder adquisitivo de más del 60 % de la población, principalmente familias, que están sosteniendo el despilfarro de dinero al que ha sometido Sánchez a las arcas públicas desde su llegada a Moncloa.

Desde la llegada al Gobierno de Sánchez, la presión fiscal ha aumentado en casi tres puntos sobre el PIB

De hecho, España es el segundo país de la UE que más ha aumentado la presión fiscal desde 2018, según datos de Eurostat. En ese periodo, la presión fiscal sobre el PIB ha pasado de suponer el 35,4 % del PIB al 38,3 en 2022, casi tres puntos de diferencia. Desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no se había registrado una presión fiscal tan alta. Por aquel entonces, por cierto, el ministro Pedro Solbes tomó la decisión de deflactar el IRPF para mitigar los efectos de la crisis financiera que se avecinaba.