La España de Sánchez necesita 680.000 millones para funcionar
La empresa «El Estado Español» ha perdido otros 53.159 millones, cuando venía de perder 63.736 millones y los accionistas de esta empresa, es decir, los ciudadanos, al menos los que entendemos de economía, estamos muy preocupados
Acabo de encontrar, en la web de la Intervención General de la Administración del Estado, lo que esta llama las Operaciones No Financieras del Estado Español y que a mí personalmente me gusta más llamar la Cuenta de Pérdidas y Ganancias del Estado.
Antes de que se metan conmigo, déjenme que les diga que ya sé que no es lo mismo, porque los Estados no ganan o pierden dinero, generan superávit o déficit, pero la idea es la misma. Tener, por un lado, los ingresos totales por sus diferentes líneas de ingresos y tener los gastos, por otro lado, en sus diferentes líneas de gasto, la diferencia es el beneficio o la pérdida, o el superávit o el déficit.
Así que hoy vamos a ver cuánto ingresa y cuanto gasta el Estado español, es decir, la Administración General del Estado, con sus Organismos y la Seguridad Social, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales, con la suma de las Diputaciones y Cabildos y los Ayuntamientos de este país.
Al final de todo el proceso veremos cómo queda el déficit del Estado español o, como le gusta llamar a la IGAE, las necesidades de financiación. Yo prefiero decir las pérdidas reales que ha tenido España. La empresa «El Estado Español» ha perdido otros 53.159 millones, cuando venía de perder 63.736 millones, y los accionistas de esta empresa, es decir, los ciudadanos, al menos los que entendemos de economía, estamos muy preocupados, porque de seguir así, un día quebramos.
En lo que voy a explicar es importante resaltar que hay partidas que llevan un recorrido muy peligroso y que nos van a colocar en el disparadero a lo largo de 2024 y más a medida que la Contabilidad Nacional que realiza la Intervención General de la Administración del Estado vaya publicándose.
Así que veamos que nos pasó en el 2023 comparado con el 2024 y el porqué de mi preocupación.
Los ingresos del Estado han creció un 9,0 %, pasando de 574.095 millones en 2023 a 625.661 millones en 2024, cuando la mejor previsión dada a Bruselas era de 612.000 millones, que ya suponía una subida del 6,6 %, después de una subida de recaudación de un 9,3 % en el 2022.
Suben todos los conceptos, los impuestos recaudados por todos los diferentes epígrafes, llegan a 354.254 millones, que supone una subida del 7,0 %, que en valor absoluto supone recaudar 23.207 millones más. Las cotizaciones sociales, que gracias a la subida de estas, se van a 196.931 millones con una subida de ingresos del 9,3 % y unos ingresos adicionales de 16.709 millones, para terminar con 74.476 millones por otros ingresos, que suponen, en suma, un 18,5 % más que son nada menos que otros 11.650 millones.
El Estado completo ha recaudado 51.566 millones de euros más, en un país en que la economía real ha crecido simplemente un 2 %. Y si esto no es preocupante, no sé qué puede preocupar más a los ciudadanos que nos esquilman nuestros ingresos.
Los gastos se van a 678.820 millones, que supone haber gastado casi 200.000 millones más que en 2017 cuando el PP dejó su último año cerrado y terminar subiendo este año otros 40.989 millones de euros, que suponen un 6,4 % más.
Llama la atención que los consumos, gastos generales, suban en un 7,5 % lo cual demuestra que nadie se preocupa por una partida que ya pesa un 12,5 % del total de gastos y acumula 85.000 millones de gasto.
La segunda partida más importante son los salarios de los empleados públicos, que como ya he comentado en algún artículo anterior, ha llegado a los 163.376 millones, suponen ya el 24,1 % del total de los gastos y que ha crecido en 2023 un 5,5 %.
Otra partida que va a llevar de cabeza al Gobierno, son los intereses de la deuda que han cerrado en 35.967 millones con un crecimiento desbocado del 13,1 % y que ya suponen el 5,3 % el total de los gastos.
La partida con diferencia más importante son las Prestaciones sociales que crecen un 10,1 % se van a 252.278 millones y superan el 37 % del total de los gastos, pero que si añadiésemos las Transferencias en especie, que suman otros 40.432 millones, tendríamos con esas dos partidas el 43,2 % del total de los gastos.
La formación bruta de capital suma 43.386 millones, dicen que crece un 16,4 %, pero nadie sabe en qué se han invertido estos 43.000 millones.
Por último tenemos dos partidas que bajan y que son la manija del Gobierno para que no se les haya ido el déficit: las subvenciones, que se han gastado 5.458 millones menos que en 2022 y que, con todo el respeto a Montero, no se lo cree nadie, y la gran partida el «resto», que han contabilizado 3.883 millones menos en el año anterior.
Si estas partidas fuesen iguales que en 2022 el déficit hubiese sido de 62.500 millones, la cifra oficial de déficit hubiese ido a un 4,3 % en lugar del 3,6 % y en Bruselas se hubiesen preocupado mucho más de lo que ya están en estos momentos.
Con el 3,6 % de déficit, Montero ha salvado la cara en Bruselas y ha ganado tiempo para un Sánchez cada día más tocado en su credibilidad personal fuera de nuestras fronteras.