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El PSOE se acobarda ante las elecciones catalanas y cambia radicalmente su postura sobre la OPA de BBVA

Hace solo una semana, Félix Bolaños destacaba la posible compra como «una buena noticia para el Gobierno»

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, destacaba la semana pasada la posible compra del banco Sabadell por parte del BBVA como «una buena noticia». Apenas siete días después, la opa hostil presentada por la entidad que preside Carlos Torres ha provocado un drástico cambio de opinión en el seno de Gobierno, que ya estudia cómo paralizar la operación.

«Tenemos que ver cómo se desarrolla esa operación. Para el Gobierno, tener entidades financieras que sean sólidas, punteras y líderes en Europa, es una buena noticia», comentó Bolaños en un acto en Sevilla. Pero tras conocerse la opa lanzada por BBVA, varios miembros del Ejecutivo han mostrado su rechazo ante una operación a la que no había mostrado reticencias hace solo una semana.

¿Qué ha pasado para este cambio de opinión? Desde Gobierno y Generalitat advierten que una fusión de este tipo provocaría un aumento de la inestabilidad adicional del mercado y una reducción de la competencia con efectos negativos para los clientes, así como el coste en empleos. Incluso el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha advertido que su departamento tiene «la última palabra» al respecto después de mostrar su rechazo.

Pero lo cierto es que la cercanía de las elecciones catalanas ha podido influir en el criterio de los miembros del Ejecutivo. Para Carles Puigdemont, la opa sobre la entidad responde a una «estrategia para liquidar la actividad bancaria catalana», mientras que Pere Aragonès la ha calificado como un «daño irreparable» a la economía de la región. Incluso Salvador Illa se ha mostrado en contra asegurando que «toda Cataluña dice no a esta opa».

De hecho, la consejera de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas, ha enviado un escrito a la responsable de competencia de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, y a la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, exigiendo la paralización de la opa.

Y es que Banco Sabadell es una fuente de financiación clave para las pymes catalanas y tiene una fuerte presencia en la región, solo por detrás de CaixaBank. Además, la fusión implicaría ineludiblemente un recorte de plantilla, como ha reconocido Torres.

En esta tesitura, el PSOE teme que la operación sirva de estímulo para que los independentistas vuelvan a recuperar las soflamas que acabaron desembocando en la declaración unilateral de independencia por parte de Puigdemont en octubre de 2017 y el posterior cambio de residencia fiscal a Alicante de la entidad que preside Josep Oliu, donde permanece.