El miedo a la 'dönerflación' lleva a los alemanes a pedir la intervención del precio del kebab
El partido de extrema izquierda Die Linke presenta una propuesta para limitar el precio de este producto
Introducido por inmigrantes turcos a comienzos de los setenta, el kebab se ha convertido en una de las opciones de comida rápida preferidas por los alemanes. Pero el aumento del precio de este popular bocadillo ha llevado a varios colectivos a pedir la intervención del gobierno germano para frenar la llamada «dönerflación».
El propio canciller Olaf Scholz se reconoció sorprendido porque «donde quiera que vaya» los jóvenes le preguntaban si debería haber «un freno en el precio del kebab». Incluso fue increpado en plena calle por un ciudadano furioso que gritaba «habla con Putin, pago ocho euros por un döner».
Pero más allá de los arrebatos de algunos entusiastas por un producto de dudosa calidad nutricional, lo cierto es que se trata de un estupendo indicador de precios. Según la oficina de estadística del gobierno alemán, el Destatis, el IPC general ha crecido un 18,6 % entre enero de 2020 y marzo de 2024, mientras que en los productos de primera necesidad –como el pan, la leche o el queso– los incrementos han llegado a superar el 30 %. En el caso del kebab, este bocadillo ha pasado de costar cuatro o cinco euros a superar la barrera psicológica de los diez euros en algunas ciudades.
Las razones son múltiples y conocidas: crisis energética, falta de materias primas, mayores costes de producción… Además, la alta dependencia de Alemania a los hidrocarburos rusos tuvo un efecto nefasto en la primera economía de la Unión Europea. Por eso, numerosos colectivos han pedido al ejecutivo de Scholz que ponga coto al precio de este icónico producto.
El último ha sido el partido de extrema izquierda Die Linke, que ha presentado una propuesta para el parlamento en el que pretende limitar el precio del kebab a un máximo de 4,9 euros para el consumidor en general y de 2,9 euros para personas con rentas bajas, y vales gratuitos para ciertos hogares.
«Para los jóvenes es un tema tan importante como hacia dónde se trasladarán cuando se emancipen», comentó a comienzos de año en el parlamento la diputada de los Verdes Hanna Steinmüller. «Podría sonar ridículo, pero creo que, como representantes de los votantes, estamos obligados a destacar diferentes perspectivas».
En Alemania se consumen cerca de dos millones de kebabs al día en un negocio que da trabajo a 200.000 personas
Y no le falta razón, aunque su bonhomía disimule otras cuestiones en clave económica. Según la Asociación de Fabricantes de Döners Turcos (ATDiD), una asociación fundada en Berlín por productores de kebabs, en Alemania se consumen cerca de dos millones de kebabs al día en un negocio que da empleo a 200.000 personas en 40.000 negocios. Poca broma.
Sin embargo, el gobierno alemán no parece estar por la labor de limitar el precio del kebab al considerarlo incompatible con una economía de libre mercado y confían en que las subidas de tipos del Banco Central Europeo pongan coto a la inflación. Lo que desde luego sería un error para Scholz es subestimar la importancia de este producto para los ciudadanos.