España converge con la Argentina previa a Milei
En apenas 6 meses de gobierno los resultados macro de estabilización del país son impactantes: reducción radical de la inflación, primer superávit financiero en quince años y rebaja a casi la mitad de la prima de riesgo de la deuda pública desde la elección del presidente
«Nuestros países son iguales pero España evita las crisis por estar en la UE y en el euro». Con esta frase me explicaban en Buenos Aires la situación de crisis del país tras el corralito financiero, la crisis institucional con la seguidilla de cinco presidentes, la deuda pública desbocada, la pobreza emergente y los impagos internacionales.
No sabía si mis amigos porteños tenían razón pero yo pensaba aliviado para mis adentros que España estaba a salvo. Eran buenos tiempos en nuestro país en 2003 con un PIB per cápita del 98 % de la media de la UE, un superávit histórico del 0,42 % y una deuda pública por debajo del 50 % del PIB.
Veinte años después, los males de Argentina llegaron en 2023 a niveles insoportables de inflación, pobreza y corrupción con resultado de decrecimiento y una menguante clase media que emigra. Mientras, los sindicatos solo se preocuparon por sus privilegios y creció el empleo informal hasta casi igualar en porcentaje al formal por ser el país con mayores costes laborales no salariales de toda América.
Como constante del proceso se sitúa la creciente presión impositiva que llega al 60 % sobre la renta de los que producen en el campo. También fue constante el crecimiento del empleo público con 3,3 millones de contratados y el déficit en el sistema de pensiones con 1,8 trabajadores por cada persona que cobra un haber jubilatorio.
El sistema tiende a que cada vez sea menor la proporción de las personas con actividad privada que generan rentas que son aplicadas para sostener al conjunto formado por funcionarios, jubilados y beneficiarios de subsidios (20 millones de personas a través de 141 planes y programas sociales que implican transferencias y ayuda alimentaria).
Una sociedad abducida
Así, la sociedad resultó abducida por el estatismo y asistencialismo de todos los gobernantes adictos al gasto público, el déficit fiscal y la emisión monetaria con resultado de hiperinflación.
Esta apabullante realidad explica la elección del pueblo argentino por el cambio radical que representa Milei quien prometió un mejor futuro vía ortodoxia económica y sacrificio en el corto plazo. A saber, hacer las cosas de manera diferente para superar el círculo vicioso de la decadencia de las últimas décadas. Claves de la sorpresa de esta elección del 56% de los votantes fueron su conexión con los jóvenes que no quieren dejar el país y la batalla cultural mediática durante seis años a favor de la libertades. Su enemigo pues son «los socialistas de todos los partidos» que diría su referente austriaco Hayek.
En apenas seis meses de gobierno los resultados macro de estabilización del país son impactantes: reducción radical de la inflación, primer superávit financiero en quince años y rebaja a casi la mitad de la prima de riesgo de la deuda pública desde la elección del presidente.
Como filosofía aplicada a la gestión se afirma el «no hay plata», reducir el coste de la política y el Estado así como la batalla contra la corrupción y el fraude en el empleo público y las ayudas sociales.
En este momento parece cercano el momento de aprobación de leyes básicas para liberalizar la economía e impulsar la recuperación. Pero existen dudas en los ritmos sobre cuándo se producirá la eliminación del cepo cambiario, la libre competencia entre monedas, la reducción de impuestos a la exportación y si la recuperación será en U o en V. Ya, fuera de dudas, existen signos de corrección de vicios estructurales entre los que destacan los que siguen: algunos precios inflados en la canasta básica han remitido; el sector inmobiliario ha aumentado la oferta y bajado el precio tras la desregulación del alquiler; y el crédito bancario a privados ha empezado a mejorar.
Sin duda, toda una experiencia singular que es observada con gran atención en todas partes.
¿ Y, por casa, cómo andamos?
La buena situación de la España de hace veinte años se ha tornado en preocupante por la dinámica que nos aleja de la eurozona y nos acerca a la Argentina previa a Milei.
El análisis del Banco de España sobre los datos de 2023 afirma que el país ha dejado de converger con Europa de un modo sostenido desde la crisis financiera de 2007, siendo la brecha actual de unos 15 puntos porcentuales en renta per cápita.
El análisis del Banco de España sobre los datos de 2023 afirma que el país ha dejado de converger con Europa desde la crisis financiera de 2007
Somos más pobres en el contexto europeo. Esto no lo ha impedido el recurso a una deuda pública que creció desde 2003 en 1,2 billones de euros y se consolida alrededor del 110 % del PIB, alcanzando ya los 40 mil millones anuales el servicio de la deuda. También resulta evidente que en el crecimiento de estos 20 años cada euro adicional del PIB ha sido financiado con más de dos euros de deuda. Difícil de entender y de asumir. Muy cierto.
La preocupación también corre por el aumento constante de los asalariados del sector público que alcanzan los tres millones (3,6 millones según la EPA), y del número de pensionistas y perceptores de subsidios que son 11.8 millones según comunicado del gobierno de enero de 2024. Y, atención, hemos llegado a que se sitúe en 2,1 la relación de afiliados en activo a la Seguridad Social por cada jubilado.
El gasto público se ha situado en torno al 47 % del PIB en una dinámica expansiva en la que cada año aparecen nuevas líneas de gasto y ayudas (transporte, energía, ocio juvenil, inmigrantes..). Todo es posible en la nueva política que genera una oferta incesante de «nuevos derechos», de reducción de horas de trabajo, de subida de SMI y derechos sociales varios en paralelo a la disminución de la productividad y de las horas totales de trabajo en la economía.
Las similitudes entre los dos países no se limitan a los procesos económicos. También son claras las semejanzas en las dinámicas políticas y sociales. La famosa «grieta política» argentina que enfrenta a la sociedad se reproduce en la polarización y el muro en la política española. Esta lucha intestina está consumiendo energías escasas y desviando la atención de los grandes retos que tiene un país menguante en un contexto internacional amenazador.
Otros rasgos comunes son la intervención de precios en el mercado inmobiliario, la pérdida de inversión exterior, la emigración del talento y una peor posición en las clasificaciones mundiales sobre el nivel educativo o la corrupción.
Así estamos, a pesar de contar con el euro y la compra de deuda por el Banco Central Europeo. Argentina está pagando los excesos con un shock de ajuste. En España será la nueva generación la que cargue con la herencia recibida. Les dejamos un carro con fondos next generation para aplicar un plan nacional de recuperación y resiliencia articulado en 4 ejes, 10 palancas tractoras y 31 componentes. Un vehículo de diseño muy funcional. Qué puede salir mal en el viaje para la generación venidera.
- Fernando Rosado es abogado del Estado y colaborador en NEOS