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El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, cuenta con la confianza de la compañía.EFE

El futuro de Naturgy, en punto muerto tras la ruptura entre los emiratíes y Criteria

La posibilidad apuntada por algunos medios de un pacto entre Criteria e IFM para estabilizar el accionariado de la compañía energética se ve muy remota

La ruptura de relaciones entre el grupo emiratí TAQA y CriteriaCaixa para garantizar la estabilidad accionarial de Naturgy ha dejado a todas las partes en estado de shock. No se sabe hacia dónde va a evolucionar la gobernanza de la compañía.

En los últimos días se ha especulado en algunos medios de comunicación con la posibilidad de que el fondo australiano IFM, cuarto accionista de Naturgy con el 15 % de las acciones, ofrezca a Criteria (primer accionista con el 26,7 %) un pacto para dar estabilidad a la compañía, pero desde el propio IFM niegan esta probabilidad. Aseguran haberse mantenido al margen de la negociación entre Criteria y TAQA, aunque fuentes de primera línea aseguran que han tenido un papel decisivo en la pérdida de confianza entre ambos, que al final ha concluido en la ruptura de relaciones, como contábamos ayer en este periódico.

La posibilidad de un pacto accionarial entre Criteria e IFM se ve muy difícil, por no decir imposible. Desde que el fondo australiano entró en Naturgy en octubre de 2021, la relación entre ellos no ha sido buena: «No hay ninguna afinidad ni relación fluida», apuntan fuentes bien conocedoras de la situación. De ahí que sea difícil pensar en que ahora se arregle de repente. Desde el fondo australiano niegan de todos modos que haya habido esa propuesta de pacto o que hayan hablado de incrementar su participación en Naturgy.

Desde Criteria hablan de explorar opciones y ver hacia dónde ir, lo cual es como no decir nada. Aún colea la sorpresa por la ruptura de relaciones con los emiratíes. El acuerdo ya estaba cerrado y firmado entre ambos, pero de pronto TAQA empezó a pedir condiciones inasumibles desde el punto de vista del precio de la oferta, la gobernanza de la compañía y el peso que iba a tener cada uno en la empresa energética española. Criteria no podía aceptarlas. Aunque lo hubiera hecho, el Gobierno seguramente habría vetado la operación al considerar a Naturgy una empresa estratégica y correr peligro la españolidad de la firma.

Como contábamos en este artículo, la situación en la compañía vuelve ahora a una situación de difícil gobernabilidad. El segundo y tercer accionista –la sociedad Rioja, formada por el fondo británico CVC y Corporación Alba, con el 20,7 %, y el fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP), con el 20,6 %– quieren vender y no facilitan la puesta en marcha del plan estratégico a largo plazo que necesita la compañía. Y la relación entre Criteria y el cuarto accionista, IFM, no era buena, y después de esta situación, todo indica que será peor.

Como consecuencia de esta nueva dinámica, vuelve a abrirse la posibilidad de que el Gobierno entre en Naturgy. El fondo GIP, tercer accionista, fue comprado por el fondo BlackRock en enero. Al comprar GIP, BlackRock a priori se convertiría en el tercer accionista, pero el Gobierno le impondría previsiblemente que vendiera entre un 13 % y un 15 % si autoriza la compra, según fuentes conocedoras de la operación, ya que el fondo tiene participaciones en el capital de otras energéticas españolas como Repsol, Iberdrola, Redeia, Enagas o Solaria. La puesta a la venta de ese porcentaje podría dar paso a la llegada del Gobierno, amparándose en que Naturgy es una empresa estratégica.