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Naranjas.Freepik

El zumo de naranja, como el aceite de oliva o el cacao, se une al club de productos de lujo

En los últimos cuatro años se ha disparado su precio y esta campaña ha sido nefasta

El aumento desmedido de los precios de ciertos productos está modificando radicalmente nuestras costumbres, como es el desayuno. El café, la tostada con aceite o el zumo de naranja se han convertido en artículos solamente accesibles para los bolsillos más adinerados.

Primero fue el precio del pan, disparado por la crisis de los cereales como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, y poco después el aceite de oliva, afectado también por la crisis energética y las sequías. Ahora le ha llegado el turno a los zumos, que cotizan a cifras nunca vistas.

De acuerdo con los datos del INE, el precio de los zumos de frutas y vegetales se ha incrementado un 55 % en tan solo cuatro años, con la naranja como el principal responsable del aumento. El mes pasado, la asociación mayoritaria de productores de cítricos y zumos de Brasil, principal productor del mundo, presentó unas lúgubres proyecciones de cara a la campaña 24/25 con 232,28 millones de cajas, la peor cosecha en casi cuarenta años.

Las constantes sequías, agravadas por la alta incidencia de greening o HLB –enfermedad bacteriana que provoca el deterioro de la calidad y sabor del fruto– se ha traducido en una caída del 29 % del número de naranjas por árbol. Además de Brasil, país que representa el 70 % de las exportaciones mundiales de zumo de naranja, las cosechas en Florida, principal productor en Estados Unidos, también se han visto afectadas tras décadas de daños por la propagación de enfermedades.

En España, paradójicamente, los agricultores llevan meses denunciando que han tenido que tirar parte buena parte de su producción ante la introducción en el mercado de naranjas de menor precio y menor calidad.

Alternativas

Hasta ahora, los fabricantes jugaban con existencias congeladas de otras temporadas –con una vida útil de dos años– para sortear los periodos de crisis, pero tres años de menor producción han agotado las reservas.

Por eso, muchos fabricantes están experimentando con otros productos como las mandarinas o el pomelo, pero se están encontrando escollos regulatorios, según revela Financial Times.