Retrasos, averías y hachazo a las compensaciones: Renfe ahonda su deterioro desde la llegada de Óscar Puente
Cada vez son más los frentes que se le abren a la empresa española mientras el titular de Transportes culpa a la competencia
La llegada de Óscar Puente al Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible ha coincidido con un drástico deterioro de los servicios de la operadora pública Renfe, dependiente de su departamento. La empresa de transporte más puntera que hay en España y pionera en la alta velocidad vive sumida en un proceso de menoscabo, mientras Puente culpa a la competencia y al propio Gobierno de la Comunidad de Madrid de muchos de los problemas que sufre.
El último eslabón es la modificación de su política de indemnizaciones por retraso en los viajes. Hasta ahora Renfe tenía condiciones más ventajosas que las que establece la normativa en su política de reembolsos por retrasos y abonaba el 50 % del billete de alta velocidad o larga distancia cuando el retraso superaba los 15 minutos y el 100 % del precio si era mayor de 30 minutos.
Pero a partir del 1 de julio las compensaciones pasan a ser del 50 % para retrasos de más de 60 minutos y del 100 % para aquellos superiores a 90 minutos, recortando así su mejor compromiso de puntualidad. A cambio, la operadora destaca que ofrece nuevas posibilidades en forma de reembolsos ya que es un derecho del consumidor que, por ley, no puede perder.
En primer lugar, Renfe ofrece el reembolso en metálico del importe del billete. Otra opción es un canje por otro billete de la operadora con una compensación del 150 % y, por último, la devolución del 200 % del importe pero en puntos, a través de lo que ha denominado «Renfecitos».
Hasta ahora Renfe destacaba entre todos los operadores por ofrecer un compromiso de puntualidad muy superior
Desde 1992 que se instaura el sistema de compensaciones por retraso, Renfe destacaba entre todos los operadores por ofrecer un compromiso de puntualidad muy superior al mínimo exigido por la legislación, devolviendo el 50 % del billete por un retraso superior a los 15 minutos y el 100 % si el tren llegaba más de 30 minutos tarde.
El argumento de la compañía es que ahora tiene que lidiar con la competencia, algo que ha optado hacer por abajo. Según sus propias cifras, la compensación por retrasos costó a Renfe 42 millones de euros en 2023, pero podría haber llegado incluso a 60 o 70 millones de euros si todos los viajeros con derecho a reclamar lo hubieran hecho. Puente, habitualmente muy activo en redes sociales, no ha hecho hasta ahora ninguna referencia a ello.
Fuentes de Renfe señalan a El Debate que su compromiso llega hasta el pago en caso de que los retrasos los provoque la competencia ya que son trenes que circulan por las mismas vías o que sucedan cualquier otro tipo de accidentes. Estos inconvenientes le han supuesto a la compañía casi 180.000 euros en el caso de precipitaciones a la vía por todo lo que supone de retrasos hasta la llegada del juez o de 800.000 por el caos del pasado 6 de junio en Madrid como consecuencia de la avería en la electrificación de la estación de Madrid-Chamartín, que luego se complicó por la bajada de un grupo de personas a las vías para alcanzar la estación a pie.
Impacto de la liberalización
En los últimos años, tras la liberalización del sector en 2022, los problemas de puntualidad se han multiplicado en la alta velocidad, como ya contó El Debate. Ello sin contar con los problemas en los cercanías, otra liberalización que llegará en los próximos años junto a la de Mercancías.
Europa
Renfe quiso flexibilizar de largo estas medidas en favor del viajero. Según el Reglamento de la Ley del Sector Ferroviario (devolución del 50 % del importe en retrasos superiores a 60 minutos, y del 100 % en demoras superiores a 90 minutos), la indemnización teórica que hubiera estado obligada a pagar Renfe es seis veces inferior a la que ha aplicado.
Pérdidas netas
Renfe transportó a un total de 522,3 millones de viajeros en el pasado ejercicio, la segunda cifra más alta de la historia de la compañía tras los 527,9 millones de clientes transportados en 2006. La operadora ingresó en 2023 en torno a 4.000 millones de euros, con un resultado bruto de explotación (Ebitda) cercano a los 300 millones de euros, aunque cerró con pérdidas netas, lo que su presidente, Raúl Blanco, justificó por el impacto de la competencia.
Según recoge la propia Renfe en sus informes anuales, entre los años 2020 y 2022 ha perdido 943 millones de euros: 473 millones en 2020, 362 millones en 2021 y 108 en 2022. Por fin este año espera volver a tener resultado de explotación positivo (300 millones en en 2023). En 2019 había ganado 101 millones.
Ouigo empezó a operar en España en mayo 2021 y Renfe ya perdía dinero el año anterior. Desde luego hay que tener en cuenta el impacto de la pandemia y el aumento de los costes energéticos: los 423 millones de euros de caída de ingresos de Renfe en 2020, hasta los 1.136,2 millones, se tradujeron en 473 millones de pérdidas ese año. Sin embargo, los 395 millones de aumento de ingresos en 2021 no evitaron los 362 millones de pérdidas de ese año. Los casi 600 millones de aumento de ingresos en 2022 tampoco han impedido los 108 millones de pérdidas en ese ejercicio.
La aplicación de Renfe tampoco ofrece la fiabilidad que necesita una de las app más utilizadas por los viajeros
Por otro lado, la compañía afronta varias huelgas. Una convocada para este mismo viernes, 14 de junio, ante «la falta de personal, la falta de repuestos y herramientas, el lamentable estado en que se encuentran muchos talleres, la arbitrariedad instalada en la gestión de los recursos humanos en relación a la movilidad, la manifiesta injusticia de las categorías de ingreso, las continuas externalizaciones de nuestras cargas de trabajo y una Dirección sin talante ni talento», según el Sindicato Ferroviario (SF).
Todo ello mientras sobrevuela la amenaza de paros por el traspaso de Rodalies a Cataluña lo que, según temen los sindicatos, puede abrir la puerta a crear 'mini Renfes' autonómicas, empeorando aún más la calidad del servicio.
Robo de cobre
La aplicación de Renfe tampoco ofrece la fiabilidad que necesita una de las app más utilizadas por los viajeros para estar al tanto de horarios, plazas y cambios. Los constantes fallos son constantes en sus sistemas informáticos pese a la inversión millonaria de 164,1 millones de euros en un proyecto para actualizar y modernizar el sistema de venta y reserva de billetes que no ha dado los resultados esperados.
A las pérdidas económicas se le suma el robo de cobre en vías de tren, tanto en el AVE como en trazados convencionales, que ha costado a las arcas del Estado más de 33 millones de euros en los últimos cinco años. En este caso Renfe tiene que asumir los retrasos y la devolución del precio de miles de billetes que le ha podido llevar a cambiar las condiciones de puntualidad.