Aerogeneradores en el patio trasero: Starmer acelera para acabar con el oasis eólico de Reino Unido

Reino Unido está dispuesto a ser un territorio casi virgen de aerogeneradores. El nuevo ejecutivo del laborista Keir Starmer ha dejado claro, durante su primera semana en el cargo, que apostará por la instalación de energía eólica terrestre, algo que hasta ahora ha contado con una fortísima oposición en las zonas rurales.

En este sentido se pronunció, por ejemplo, la nueva ministra de economía, Rachel Reeves, quien en su primer discurso se comprometió a duplicar el número de turbinas de aquí a 2030 gracias al levantamiento del veto a este tipo de tecnología. La prensa británica anticipa de hecho grandes novedades en este sentido, después de que Reeves convocara el viernes a los grandes del sector para hacerlos partícipes de sus planes.

Hasta ahora, el denominado movimiento NIMBY, acrónimo en inglés para «No en mi patio trasero», se había opuesto con firmeza a unas turbinas que, defienden, estropearán la bucólica campiña inglesa y supondrán una amenaza para la fauna local, en especial las aves.

Reino Unido ha optado, hasta la fecha, por fomentar los parques eólicos marinos. La española Iberdrola gestiona uno de los mayores, a través de su filial ScottishPower Renewables, que produce energía limpia para más de 630.000 hogares británicos. El país incrementó, el pasado mes de noviembre, en un 66 % las ayudas para esta tecnología, elevando de 50 a 83 euros los subsidios por cada megavatio hora generado en parques marinos.

Según el portal Greenmatch.uk, el Reino Unido tiene una potencia instalada de energía eólica de 28,5 GW, que aportaron en 2022 el 26,8 % de la generación eléctrica del país. Dicha potencia está repartida por igual entre parques onshore (en tierra) y offshore (marinos). A modo de comparación, en 2023 la potencia eólica instalada en España ascendió a 30,8 GW, representando el 24,5 % de la potencia instalada nacional.