Dice el INE que crecemos un 0,8 %, pero los datos no cuadran
Me cuesta creer que, con un presidente que a la mentira le llama cambiar de opinión, el Instituto Nacional de Estadística sea puro y casto
Como ya vimos en un artículo anterior, el PIB nominal –aquel que se calcula con la inflación– creció un 0,9 % en el segundo trimestre del año cuando la inflación en ese período de tiempo había sido del 1,4 %, por lo que no cuadra que el INE nos cuente que el PIB real creció un 0,8 %.
Hoy vamos a ver los resultados del crecimiento del PIB real por el modelo de índices encadenados –que es el método más utilizado para calcular el monto real del PIB– y, a su vez, vamos a colocar al lado el crecimiento del PIB nominal, para que veamos las inconsistencias que se producen. Para ello utilizando la información del Instituto Nacional de Estadística he preparado el siguiente cuadro que revisaremos a continuación:
Ya sabemos la inconsistencia que tienen los dos PIB debido a la inflación, así que vamos a pasar a analizar la Demanda Nacional, también llamada Demanda Interna, que se compone de las dos variables mencionadas ya habitualmente: el Consumo y la Inversión o Formación Bruta de Capital.
El gasto en Consumo, a su vez, se divide en el consumos de los hogares que crece un 0,28 % y nos muestra que hay un parón real en nuestra economía, el consumo de las Instituciones sin Fines de Lucros, donde están las ONG y las Fundaciones que colaboran con el Estado o son independientes y que se encargan de paliar los efectos económicos y la inserción social de la gente con problemas y que, a pesar de que su monto es pequeño, es el consumo que más crece y lo hace en términos reales en un 2,63 %. Y, por último, está el consumo de las Administraciones Públicas que crece un 0,24 % y que veremos cómo crece mucho en el segundo semestre cuando se paguen los retrasos de la subida de los salarios y se paguen los retrasos que hay en la Contabilidad Nacional.
Por lo tanto, que la incongruencia se mantiene también en el Consumo ya que en términos nominales crecemos un 0,4 % y se mantiene en el crecimiento del consumo en términos reales en un 0,3 %.
Donde se produce un absoluto trastoque de datos es en la Inversión, pues en términos nominales decrece la Formación Bruta de Capital y lo hace en un 1,10 % y en cambio descontada la inflación la inversión crece un 0,27 %. Quizás Elena Manzanera quiera responder y explicar los motivos de esta atipicidad en el cálculo del PIB.
Por lo tanto, la Demanda Nacional, que en términos nominales sólo crece un 0,2 % en términos reales y con una inflación del 1,4 %, aumenta un 0,29 %, casi una décima más. Olé, olé.
En la Demanda Externa, el INE no proporciona el índice, así que nos tenemos que valer de las Exportaciones de bienes y servicios que, según el INE, crecen un 1,17 % en términos reales y un 1,3 % con la inflación.
Las importaciones de bienes y servicios, que restan en el cálculo del PIB, pasan de decrecer un 0,5 % en términos nominales a decrecer un 0,18 % en términos reales y de nuevo vemos que hay una diferencia sustancial con el resto de los índices.
Evidentemente no dispongo de las herramientas que me puedan permitir conocer si hay una cocina de los datos pero, desde luego, no parece muy coherente que un decrecimiento en la inversión con una inflación alta del 1,4 % en un solo trimestre pueda llevar a un crecimiento de esta y que haya diferencias de 1 décima entre el nominal y el real con la inflación que tenemos.
A mí, personalmente, me cuesta creer que, habiendo cocina en el CIS, con los datos del paro, en los fijos discontinuos, en los datos de los Fondos Next Gen y con un presidente que a la mentira le llama cambiar de opinión, que en el INE sean puros y castos y que una inflación del 1,4 % equivalga a una inflación del 0,1 %, para que el PIB real crezca un 0,8 % con un Nominal del 0,9 %.