Gastos hormiga, fantasma y vampiro: el derroche silencioso que pone en jaque nuestros bolsillos

Los precios, aunque a un ritmo más contenido, siguen incrementándose. Estas subidas tienen un impacto negativo en la economía doméstica de los españoles, provocando que una de cada cuatro familias gaste más de lo que ingresa, concretamente el gasto medio mensual supera en 328 euros el presupuesto de un hogar, según refleja el último Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum.

Este dato sitúa a España en el segundo puesto de los países europeos en el que los ciudadanos tienen unos gastos que son superiores a sus ingresos mensuales.

Vivir al día pone en jaque nuestra capacidad de ahorro y pospone cualquier objetivo en el que se necesite invertir una cantidad de dinero importante como puede ser la compra de una casa. Por eso, para poder comenzar a ahorrar es importante identificar esos patrones de consumo que limitan nuestra economía.

Aunque tengamos controlados algunos gastos, como puede ser la cuota del coche, el abono de transporte o la comida, hay otros que pasan desapercibidos o que nos parecen inofensivos, pero, tal y como explica el portal de educación financiera de BBVA, son más comunes de lo normal y afectan a nuestro presupuesto. Son los gastos hormiga, gastos fantasma y gastos vampiro.

Gastos hormiga

Los gastos hormiga son aquellos gastos pequeños, que te parecen insignificantes, pero que al sumarlos suponen una gran diferencia.

Para evitar este tipo de gastos, desde la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) recomiendan utilizar un plan de gastos mensuales en papel, ordenador o incluso a través de aplicaciones para el móvil que permiten anotar los gastos para administrar mejorar el dinero y tener un mayor control sobre él.

Por otro lado, aconsejan hacer una lista de lo que se va a comprar antes de salir de casa, así como comparar precios y no quedarte con la primera opción que se vea. También es importante revisar gastos fijos que no sean «necesarios», como puede ser suscripciones a plataformas digitales, y cancelar las que ya no se usen o reemplazarlas por versiones gratuitas.

Gastos fantasma

Los gastos fantasma son aquellos en los que caemos sin darnos cuenta y terminan afectando a nuestro presupuesto. Por ejemplo, la suscripción a plataformas digitales para ver películas, series o música, el gimnasio, o compras de aplicaciones con el móvil.

Desde BBVA recomiendan preguntarse si estos son gastos esenciales, en especial aquellos destinados al entretenimiento. Para ello se puede hacer un balance general y cancelar los que no son necesarios, para así optimizar el presupuesto.

Gastos vampiro

Por último, están los gastos vampiro, aquellos que, a pesar de ser fijos, no se pueden detectar fácilmente porque no están considerados en el presupuesto y tienen un impacto incluso mayor en comparación con los otros dos anteriores. Por ejemplo, el consumo energético o la tarifa del teléfono.

Dejar los dispositivos electrónicos o cargadores conectados, poner el aire acondicionado o la calefacción, pero no cerrar las ventanas, o dejar el tener el grifo abierto todo el tiempo mientras fregamos o nos duchamos. Estos son hábitos muy comunes y que hacemos mal y que supone un gasto extra en nuestras facturas.

Desde Asufin recomiendan también comprobar siempre cualquier servicio que tengamos contratado antes de su renovación, no vaya a ser que quieran subir la trifa y acabemos pagando un precio superior al que nos podemos permitir.

Y ojo con las tarjetas, porque en ocasiones, a la hora de financiar compras concretas tenemos que pagar una comisión.