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José Luis Escrivá, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública.Europa Press

Los expertos coinciden: es inapropiado que un ministro sea el nuevo gobernador del Banco de España

La elección de Escrivá para ese puesto como parece sopesar Sánchez empañaría la visión independiente que se requiere en el organismo

El puesto de gobernador del Banco de España está vacante desde que el 11 de junio expiró el mandato de Pablo Hernández de Cos, y el de subgobernador lo estará el 11 de septiembre, cuando termine su mandato Margarita Delgado. El Gobierno sigue diciendo que hay tiempo para renovar estos cargos, pero ya solo quedan quince días para nombrarlos.

Como ya contamos en este periódico, en el último mes ha cobrado fuerza la posibilidad de que José Luis Escrivá se convierta en el nuevo gobernador del Banco de España. Es el sueño del exministro de la Seguridad Social y actual ministro para la Transformación Digital. Está empujando para conseguirlo y la opción está sobre la mesa, ¿pero sería oportuno que un ministro se convirtiera de un día para otro en gobernador del Banco de España, una institución que debe ser independiente?

Los expertos consultados creen que no. «No es oportuno que un ministro pase a ser gobernador del Banco de España», afirma el catedrático Carlos Rodríguez Braun. «Se supone que la política monetaria debe ser independiente del poder ejecutivo. El Banco de España, como parte del Banco Central Europeo (BCE), no debe obedecer a las consignas políticas del momento», añade. De hecho, así lo dice el artículo 130 del Tratado de la UE: «Las instituciones, órganos u organismos de la Unión, así como los gobiernos de los Estados miembros, se comprometen a respetar este principio y a no tratar de influir en los miembros de los órganos rectores del Banco Central Europeo y de los bancos centrales nacionales en el ejercicio de sus funciones».

Que un ministro pase a ser gobernador del Banco de España sugiere que ni siquiera se cuidan las formasCarlos Rodríguez Braun

«Siempre se puede argumentar que la independencia de los bancos centrales es una amable ficción porque nunca están completamente al margen de la política, pero lo que sugiere la imagen de un ministro que pasa a ser gobernador del Banco de España es que ni siquiera se cuidan las formas. Sería un caso más de esta impúdica colonización de las instituciones que lleva adelante Pedro Sánchez», concluye Rodríguez Braun.

Por su parte, el profesor del IESE José Ramón Pin Arboledas explica lo que ocurrió cuando, siendo diputado en la transición, perteneció a la comisión de economía y redactaron la ley del Banco de España: «Uno de los principios que la inspiraron fue lograr su independencia del Gobierno; de ahí que el gobernador, una vez elegido, no pueda ser revocado. Nombrar un ministro sería ir contra el espíritu de la ley». Y añade: «Seguro que hay candidatos posibles que puedan asegurar más esa independencia que un ministro u otro cargo importante, sobre todo de un gobierno que los teledirige. Basta con recordar cómo Conde Pumpido ha conseguido amnistiar a condenados por el fraude de los ERE de Andalucía».

El catedrático Mikel Buesa coincide con la opinión de Rodríguez Braun y Pin Arboledas: «No conviene que un ministro pase a ser gobernador del Banco de España, fundamentalmente porque hay que asegurar la independencia del Banco, y esta puede verse comprometida. Es lo que ocurrió con Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Pasó de ser secretario de Estado de Economía a ser gobernador para desprestigio de la institución».

El director ejecutivo de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), Ángel de la Fuente, se suma al grupo de opositores: «Creo que es una mala idea. Puede comprometer la independencia del banco central, o al menos la percepción de la misma. Ambas son importantes para que el banco pueda hacer su trabajo de forma efectiva».

Unanimidad en los expertos

La opinión de los expertos consultados por este periódico coincide con la de otros que se han expresado en otros medios de comunicación. El también profesor del IESE Xavier Vives señalaba hace unos días en El País que «no estar marcado políticamente es importante, no ya para el candidato en sí, sino para la recepción pública del trabajo que deberá hacer, porque además de la capacitación, cuenta la apariencia. Lo malo de un salto de ministro a banquero central consiste en que afecta a esa apariencia».

El catedrático de la Universidad de Pensilvania Jesús Fernández Villaverde señala por su parte, también en El País, que «la historia económica nos enseña de manera aplastante que saltar de un consejo de ministros a ser gobernador de un banco central es total y absolutamente inadmisible».

La opinión contraria de los expertos a la posibilidad de que Escrivá sea gobernador está bastante clara. Ahora solo falta saber si en estos quince días el Gobierno se decide por él, por alguno de los otros candidatos de los que se ha hablado y cuyos perfiles hemos comentado en este periódico (Paula Conthe, Montserrat Martínez Parera, Ramón Quintana...), o si opta por otro nombre.