Informe Draghi sobre competitividad
Draghi urge a los países europeos a duplicar la inyección del Plan Marshall para no caer por detrás de China y EE. UU.
Aboga por una financiación común europea para recabar los 800.000 millones que, según sus estimaciones, el Viejo Continente necesita anualmente
«La descarbonización debe ser una fuente de crecimiento. Si fracasamos, corremos el riesgo de que el impacto sea el contrario», avisa el economista y ex presidente del BCE
Las empresas urgen a un cambio de rumbo en Europa tras el ‘sorpasso’ de China: «Nos estamos quedando rezagados»
Un año después de recibir el encargo de la presidenta de la Comisión Europea, el economista y ex presidente del BCE Mario Draghi ha desvelado al fin su esperado informe sobre la competitividad europea. En un momento en el que en el Viejo Continente preocupa especialmente la pérdida de músculo ante EE.UU. y China, el documento urge a corregir las grandes trabas administrativas que impactan sobre la actividad económica y empresarial. También aboga por acordar una financiación común que duplique el impacto sobre el PIB que en su día tuvo el plan Marshall para evitar que Europa quede rezagada.
El documento lanza asimismo un serio aviso ante el excesivo celo regulatorio del bloque comunitario, que dificulta la actividad empresarial y hace que el continente pierda atractivo para las empresas innovadoras. Igualmente apunta a la encendida apuesta comunitaria por la descarbonización, poniendo sobre la mesa no un abandono pero sí un replanteamiento de las estrategias climáticas que ha venido ejecutando Bruselas.
Hay que saber compatibilizar la descarbonización con la competitividad
«Hay que saber compatibilizar la descarbonización con la competitividad. Debe ser una fuente de crecimiento, porque si fracasamos, corremos el riesgo de que sea contraria al crecimiento y a la competitividad», ha advertido Draghi. Un símbolo más del viraje de la nueva Comisión Europea tras las elecciones del pasado julio, a pesar de que la presidenta Úrsula von der Leyen ha reiterado que «debemos asegurarnos de que nuestras empresas pasan por un proceso de descarbonización».
«Todas las políticas deben concordar. Las climáticas deben ir conforme a las industriales. Un ejemplo: hemos pedido a los fabricantes de coches que abandonen el motor de combustión, pero no hemos pedido a los productores energéticos que haya centros de suministro de energía alternativa, ha ejemplificado Draghi, que también ha cuestionado el diseño actual de algunos aranceles.
Igualmente el documento aboga por replantear la fiscalidad energética. «Es muy elevada, ha destacado Draghi. «No estamos consiguiendo transmitir los beneficios de las energías renovables a los consumidores y a la industria. Tenemos que aumentar el suministro de energía limpia, y para ello no tenemos solo que establecer normativas sino también aumentar el suministro. Esto se está haciendo en Estados Unidos, donde no hay tantas prohibiciones sino simplemente una ley que incentiva la producción», en referencia a la Inflaction Reduction Act (IRA) americana, cuyo planteamiento, según reiteran habitualmente desde el sector energético, es mucho más atractivo que el europeo.
En el texto, que el propio Draghi ha entregado de forma simbólica a Von der Leyen en dos tomos, se aboga también por implantar un sistema de financiación común para sufragar los grandes proyectos con impacto comunitario. «Es esencial», ha afirmado Draghi. Al respecto, el documento incorpora una serie de propuestas para que los Estados alcancen un acuerdo sobre un punto particularmente espinoso. «Habrá que hacer concesiones», ha anticipado el expresidente del BCE.
Según sus estimaciones, Europa necesita una inversión de unos 800.000 millones anuales para no quedarse atrás ante EE. UU. y China. Es en torno al 4,7 % del PIB comunitario. Para dar sentido a tal magnitud, Draghi lo ha comparado con el Plan Marshall, que supuso una inyección del 1 o el 2 % del PIB europeo en los años 40 para reconstruir las infraestructuras dañadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Cambios «radicales, urgentes y concretos»
El esperado documento engloba 170 propuestas en tres ejes de actuación, con «cambios radicales, urgentes y concretos», según Draghi. El objetivo es fijar las pautas para que Europa pueda recuperar el terreno perdido respecto en ámbitos como la innovación. A este respecto, se pone el foco en impulsar medidas que mejoren la productividad en el Viejo Continente, con especial atención a la innovación.
«Debemos cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos. Las empresas más punteras en I+D en Europa son las mismas que hace veinte años, y están en el sector del automóvil. En EE. UU. eran las farmacéuticas, pero ahora son las digitales. No faltan buenas ideas, pero hay demasiadas barreras para comercializar las innovaciones y someterlas a procesos de escala», ha dicho Draghi.
Caída de la población europea
Sobre la mesa, ha puesto un dato especialmente sangrante: desde 2008 casi el 30 % de los unicornios (empresas que alcanzan una valoración superior a los mil millones de euros) se han marchado, con Estados Unidos como principal destino. «Esto tiene que cambiar. No podemos obstaculizar la innovación», ha urgido Draghi.
Desde 2008 casi el 30 % de los unicornios europeos se han marchado, la mayoría a EE.UU. Esto tiene que cambiar
El documento aboga también, en el plano formativo, por incentivar la Formación Profesional. Y pone el foco sobre el impacto en el mercado laboral de la reducción de la población en la Unión Europea, que será una constante hasta 2040, cuando llegarán a desaparecer dos millones de trabajadores al año del mercado laboral. «Es un drama», ha señalado Draghi, quién ha dejado claro que la competitividad «no debe alcanzarse por la vía de los costes laborales».