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Imagen de la protesta de los estibadoresEFE

Finaliza la huelga portuaria en Estados Unidos tras el acuerdo entre estibadores y navieros, respaldado por Biden

El pacto preliminar pone fin al paro que afectaba a 36 puertos clave, garantizando un aumento salarial del 62 % de los trabajadores

Los estibadores del sindicato International Longshoremen's Association (ILA) y la patronal de navieros USMX llegaron este jueves a un acuerdo preliminar, poniendo fin a la huelga que había paralizado importantes puertos de la costa este y el golfo de México en Estados Unidos. Este acuerdo, que contempla un aumento salarial del 62 %, fue elogiado por el presidente Joe Biden, quien subrayó la importancia de la negociación colectiva en el fortalecimiento de la economía.

En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Biden agradeció a los trabajadores sindicales, a los transportistas y a los operadores portuarios «por actuar patrióticamente para reabrir nuestros puertos y garantizar la disponibilidad de suministros críticos para la recuperación y reconstrucción tras el huracán Helene». Además, el mandatario destacó que la negociación colectiva es «esencial para construir una economía más fuerte desde el centro hacia afuera y desde abajo hacia arriba», enfatizando la relevancia de este tipo de acuerdos en el crecimiento económico inclusivo.

La huelga, que comenzó el martes, involucró a unos 45.000 estibadores y afectó a 36 terminales portuarias estratégicas en EE.UU., entre ellas los puertos de Elizabeth/Newark, Baltimore, Savannah, Houston, Nueva Orleans y Miami. Estos puertos manejan entre el 43 % y el 49 % del comercio marítimo del país. Según estimaciones de JP Morgan, cada día de paro habría generado pérdidas económicas cercanas a los 5.000 millones de dólares. Solo el cierre del puerto de Houston, el más importante del golfo de México, representaba pérdidas diarias de hasta 100 millones de dólares en importaciones y exportaciones, según cifras de la Corporación Mitre, un centro de análisis con sede en Virginia.

Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris elogió también el avance en las negociaciones, destacando que «se trata de justicia, y nuestra economía funciona mejor cuando los trabajadores comparten las ganancias récord». Harris subrayó que los estibadores, que desempeñan un papel esencial en la cadena de suministro, «merecen una parte justa por su arduo trabajo para llevar productos esenciales a las comunidades de todo Estados Unidos». En línea con estas declaraciones, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, anunció que el Gobierno seguirá colaborando estrechamente con todas las partes interesadas para garantizar un regreso ordenado a las operaciones portuarias y apoyar la continuación de las negociaciones contractuales.

El acuerdo preliminar, que tiene vigencia inmediata, incluye un aumento salarial del 62 %, cifra que, aunque por debajo del 77 % inicialmente reclamado por los trabajadores, supera la oferta inicial de la patronal, que proponía un aumento del 50 %. Además, las partes han acordado extender el Contrato Maestro, que cubre las condiciones laborales de los estibadores, hasta el 15 de enero de 2025. El sindicato ILA confirmó que «cesarán todas las acciones laborales actuales y se reanudará el trabajo en todos los puertos afectados».

El paro, el primero de esta magnitud en Estados Unidos desde 1977, generó gran preocupación en varios sectores clave de la economía, incluidos bienes de consumo, automoción, energía y productos agrícolas. Aunque el impacto en los precios y en la economía general fue limitado durante los primeros días, existía el temor de que el prolongamiento de la huelga pudiera haber causado interrupciones más graves en la cadena de suministro. A pesar de las presiones, Biden decidió no recurrir a la ley Taft-Hartley, que le hubiera permitido obligar a los trabajadores a volver al trabajo durante 80 días por razones de seguridad nacional. En lugar de eso, el presidente instó a la patronal a mejorar las condiciones laborales de los estibadores, alineándose con las demandas sindicales.

Este acuerdo marca el fin de una crisis que amenazaba con interrumpir gravemente el flujo de mercancías en Estados Unidos, en un momento crucial para la recuperación tras el paso del huracán Helene y con la cercanía de la temporada de compras navideñas. La reanudación de las operaciones portuarias y la mejora en las condiciones de los trabajadores representan un alivio tanto para los sectores afectados como para los consumidores, asegurando que productos esenciales sigan llegando a las comunidades de todo el país.