Ribera se mantiene en el Gobierno con la agenda casi vacía a la espera de la decisión de la Eurocámara

Mas de veinte días han pasado desde la designación de Teresa Ribera como candidata a vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea y titular de la cartera de Transición 'verde', Justa y Competitiva. La todavía vicepresidenta no tiene previsto abandonar el Ejecutivo hasta que no cuente con el visto bueno definitivo del Parlamento Europeo, algo que no se producirá hasta principios o mediados del mes de noviembre.

Será entonces cuando Ribera encare el examen de los diputados de Economía, Medioambiente e Industria, que deberán validar su idoneidad o no para la cartera para la que la propuso Ursula von der Leyen, una de las más relevantes de la nueva Comisión, a pesar de que estará flanqueada por altos cargos del PP.

La actual vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tendrá que comparecer ante los eurodiputados de las comisiones de Economía, Medioambiente e Industria entre el 5 y el 12 de noviembre, según los borradores de trabajo de la Comisión.

Por ahora la vicepresidenta se mantiene en el Ejecutivo con la agenda oficial casi vacía y escasa presencia institucional, a excepción de las comparecencias parlamentarias de su área, una intervención en vídeo en un Foro de Economía Verde en Latinoamérica y un acto junto a representantes del Gobierno portugués conmemorando el 25º aniversario del Convenio de Albufeira, que regula los caudales compartidos entre ambos países.

Este miércoles, por ejemplo, estaba prevista su intervención inaugural en el XI Foro Solar, organizado por la Unión Española Fotovoltaica (Unef), que finalmente realizó la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. Aagesen fue también quien participó en el reciente congreso de la patronal eléctrica Aelec, y quien acudió al reciente encuentro ministerial del G20 en Brasil.

Evaluación de la Comisión de Asuntos Jurídicos

En paralelo prosigue el proceso de evaluación de la comisión de Asuntos Jurídicos (JURI) del Parlamento Europeo, donde, como ya informó El Debate, los populares han puesto a Ribera en el disparadero por el cargo de su marido, Mariano Bacigalupo, como consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) –anteriormente lo fue de la CNMC–, lo que, a juicio del PP, supone un conflicto de intereses con la figura que aspira a gestionar la principal autoridad regulatoria de la Unión. Fuentes del PP trasladaron tras la primera reunión, el jueves pasado, que «algunas declaraciones de interés faltan informaciones esenciales», lo que ha motivado la solicitud de explicaciones adicionales.

Aunque la posibilidad de que Ribera se quede finalmente sin plaza parece remota, la posición de la todavía vicepresidenta contrasta, por ejemplo, con la de la estonia Kaja Kallas, que abandonó en julio su puesto de primera ministra tras ser nominada por el Consejo Europeo como alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. También el excomisario Miguel Arias Cañete, responsable de Energía y Acción por el Cambio Climático entre 2014 y 2019, salió del Gobierno meses antes de su nombramiento, en abril, para tomar posesión primero como eurodiputado.

La elección de Arias Cañete se puso en cuestión entonces por un potencial conflicto de intereses por sus participaciones en dos empresas petroleras, que finalmente acabó vendiendo meses antes de asumir el cargo. Ribera, por su parte, renunció en junio a ocupar el cargo de eurodiputada a pesar de concurrir como cabeza de lista por el PSOE. Del mismo modo, el italiano Raffaele Fitto, ministro de Asuntos Europeos, ha optado por permanecer en el cargo a la espera de la decisión final de Bruselas sobre su nombramiento.