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El presidente de BBVA, Carlos Torres, y el de Sabadell, Josep Oliu.Paula Andrade

Expertos en competencia no ven obstáculos en la compra de Sabadell por parte de BBVA

De este modo quitan hierro a la principal objeción del Gobierno a la operación

Técnicos de competencia muy bien situados que prefieren permanecer en el anonimato han señalado a El Debate que no ven motivos para que sus homólogos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pongan objeciones a la oferta de compra hostil de BBVA sobre Sabadell: «Desde el punto de vista de concentración bancaria, las quejas no tienen sentido. España ha ido ascendiendo en este capítulo hasta situarse en la media europea. Tampoco tiene sentido que por la operación de compra vaya a decaer la concesión de créditos. La nueva entidad los dará donde le salga más rentable. Ahora, por otros motivos como los políticos, puede no ser tan rentable darlos en Cataluña como lo era hace unos años, pero sí puede serlo en otras ciudades como Madrid, Valencia o Málaga».

Si los técnicos de Competencia de la CNMC se alinearan con esta tesis y dieran su visto bueno, su informe pasaría al pleno del organismo, que tendría que aprobarlo o denegarlo. Si lo aprobara, el proceso se aceleraría, y el Gobierno tendría muy difícil justificar su veto a la operación.

Que suceda así, sin embargo, no está nada claro. La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, apuntaba hace menos de un mes que el proceso iría para largo, y en la misma línea van las recientes declaraciones de Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El visto bueno de la CNMC implicaría que el análisis de la operación se quedaría en su Fase 1, pero otras fuentes estiman que lo más probable es que requiera más estudio y avance hacia una Fase 2 y Fase 3. «Lo más posible es que la CNMC anuncie a lo largo de noviembre si pasa o no a la Fase 2», indican fuentes bien informadas.

Lo más posible es que la CNMC anuncie a lo largo de noviembre si pasa o no a la Fase 2

El pase a Fase 2 se traduciría en unos tres meses más de proceso. La posterior aplicación de las condiciones (remedies) a la operación y el canje de acciones llevaría el proceso hasta el verano que viene. La decisión de la CNMC no parece que vaya a anunciarse, en cualquier caso, antes de Navidad.

En el Sabadell piensan que esta dilación en el tiempo y las condiciones que puedan imponerse (trocear la nueva entidad por motivos de competencia, por ejemplo) harán que la operación dejara de interesar a los fondos y a los accionistas particulares, a otros inversores y al propio BBVA. No creen que la operación prospere, y le auguran un final parecido al de la compra fallida de Air Europa por parte de IAG.

Afirman que la asociación de pequeños accionistas del Sabadell (contraria a la operación de compra) está creciendo y va a hacer una gira para conseguir más seguidores, y que los inversores institucionales del banco, incluidos los de Londres, estaban al principio totalmente a favor de la operación, y ahora un 60 % está en contra.

Posiciones contrapuestas

Como es conocido, el Banco Sabadell no quiere ser comprado por BBVA. Prefieren seguir siendo independientes. Fuentes del mercado argumentan que una fusión BBVA-Sabadell reduciría la competencia en el mercado bancario español. CaixaBank y la entidad fusionada dominarían más del 70 % del negocio.

Es un dato importante, pues los bancos extranjeros y las entidades españolas restantes perderían capacidad de plantear competencia. Junto con el Santander, los tres coparían el 74 % del crédito en España. El grado de concentración superaría al de Alemania, Francia, Italia o Portugal. Seguramente le obligarían a que se desprendiera de algo si la fusión se llevara a cabo, y ello haría la entidad menos atractiva para todos los implicados. Sabadell también esgrime que la prima propuesta por BBVA prácticamente ha desaparecido, aunque el banco ha subido recientemente su oferta de 1 acción de BBVA por 4,83 títulos de Sabadell a 1 por 5,0196.

La posición de BBVA es, como cabía esperar, muy distinta. Su consejero delegado, el turco Onur Genç, mantiene su «convicción de que no hay problemas de competencia y es una operación de Fase 1». Se basan en varios puntos de acuerdo con la metodología utilizada por la CNMC en transacciones previas: las cuotas de mercado de la entidad combinada es del 22 % en préstamos, 20 % en depósitos y 17 % en sucursales; la entidad resultante no sería la líder, sino la segunda, por detrás de CaixaBank; no se superarían los umbrales establecidos por las directrices de la competencia en la Unión Europea (cuota de mercado del 25 % para la entidad combinada o un incremento del 10 % en la cuota de mercado).

Los elementos están encima de la mesa. La CNMC tendrá que decidir con criterios de competencia y la última palabra la tienen los accionistas, que optarán por aceptar la oferta o no si el Gobierno no veta antes la operación. En cualquier caso, el principal interesado en que salga adelante es el BBVA. Tiene más de un 50 % del beneficio en México y una filial en Turquía que no marcha bien. Diversificar en España comprando el Sabadell sería un buen paso para ellos.