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Una de las dos salas de control gemelas de Almaraz

Una de las dos salas de control gemelas de Almaraz

EE.UU. alarga a 80 años la vida de las nucleares, con sus gemelas españolas abocadas al cierre en la mitad de tiempo

Los reactores de North Anna, referente de Almaraz y Ascó, tienen licencia para operar hasta 2058 y 2060. «España se ha quedado completamente sola en su política de cierre nuclear», defiende el sector

Estados Unidos activa la extensión de la vida de sus centrales nucleares. La central nuclear de North Anna, en Virginia, acaba de recibir la licencia necesaria para extender el funcionamiento de sus dos reactores hasta 2058 y 2060, respectivamente. La planta nuclear, inaugurada en junio de 1987, operará así al menos hasta los 80 años.

Actualmente, de los 94 reactores en funcionamiento en el país, 81 ya tienen concedida una autorización de explotación para 60 años, según Foro Nuclear. La asociación, formada por los titulares de las plantas españolas, Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP, y algunos de los principales proveedores de las instalaciones, insiste en que ocho reactores nucleares americanos ya tienen autorización para operar durante 80 años.

Según Foro Nuclear, 20 de los 32 países del mundo que cuentan con esta fuente de generación eléctrica en su mix han optado por extender más allá de los 40 años su plazo de operación. Y, en la actualidad, 200 reactores cuentan ya con autorización para operar a largo plazo.

Se da la circunstancia de que North Anna fue referente para el diseño de las plantas españolas de Almaraz y Ascó, en Extremadura y Tarragona. Las cinco centrales nucleares españolas –gestoras de siete reactores– afrontan su cierre escalonado entre 2027 y 2035, obligado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) acordado por el Gobierno, bajo la batuta de Teresa Ribera, y los operadores de la red eléctrica, y ratificado posteriormente por el 7º Plan General de Residuos Radiactivos.

«España se ha quedado completamente sola en su política de cierre de centrales nucleares», cuestionaba recientemente el presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), Emilio Mínguez, en su 50ª reunión anual. «Nos hemos convertido en un reducto en el que el criterio técnico es despreciado y seguimos circulando en dirección contraria y a toda velocidad hacia el cierre nuclear», lamentó.

El recientemente publicado informe Draghi aboga por extender la vida útil del actual parque nuclear y recomienda también «construir nuevos reactores usando tecnologías probadas». Mientras, el gobierno italiano de Giorgia Meloni maniobra para construir 15 mini-reactores nucleares SMR que produzcan hasta el 20 % de la energía de Italia. Tras el accidente de Chernóbil y una serie de referendos, Italia prohibió la energía nuclear, cerrando y desmantelando definitivamente todos sus reactores comerciales en 1990.

Por el contrario, Teresa Ribera ha puesto el foco, en sus últimas entrevistas, en la pérdida de competitividad de las plantas españolas. Un ejemplo: en los últimos meses las plantas han llegado a paralizar su actividad por primera vez en varias décadas, ante la inundación de energía muy barata –incluso con coste negativo– generada en los períodos de mayor producción de las fuentes renovables, que cada vez están ganando más peso en el mix energético español.

2027, año clave

Sin un cambio de opinión del Gobierno, la próxima instalación en ser clausurada –tras Santa María de Garoña, en Burgos; y José Cabrera, en Guadalajara– será precisamente la de Almaraz. La autorización de explotación de sus reactores expira en noviembre de 2027 y octubre de 2028, y la central cuenta ya con dos equipos que trabajan en paralelo con las hipótesis de su mantenimiento o de su clausura.

Almaraz fue, el año pasado, la instalación energética que más energía produjo en nuestro país. La central ha fijado el primer trimestre de 2025 como clave para conocer su devenir, dado que cualquier decisión posterior podría obligar a paralizar durante meses su operativa.

Después de Almaraz I y II vendrían Ascó I y Ascó II, en Tarragona, y Cofrentes, en Valencia. La planta valenciana acaba de celebrar su 40 aniversario, y surte a la comunidad del 45 % de la energía que consume.

Las plantas nucleares catalanas, por su parte, generan el 60 % de la energía de la comunidad autónoma. De ahí que desde el sector nuclear confíen en la presión de los grupos nacionalistas para revertir el calendario nuclear, recordando además que Teresa Ribera, principal impulsora de la clausura en España y futura comisaria europea de Competencia, defendió bajo la presidencia española de la Unión Europea considerar esta tecnología como de cero emisiones.

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