Fundado en 1910

Ronald Cohen y Paul Polman, durante la segunda edición del Impact Day.El Debate

Impact Day

«No se trata de causar menos daño, sino de que las empresas devuelvan al planeta más de lo que extraen»

Ronald Cohen, conocido como el «padre de la inversión de impacto» y presidente de GSG Impact, y Paul Polman, antiguo CEO de Unilever, han participado en la segunda edición del Impact Day

Esta semana se ha celebrado la segunda edición del Impact Day, una iniciativa de Trascendent y Ontier que tiene como objetivo inspirar a los líderes empresariales a un cambio profundo en el modelo de negocio que genere un crecimiento sostenible.

En este encuentro participaron Ronald Cohen, conocido como el «padre de la inversión de impacto» y presidente de GSG Impact, y Paul Polman, antiguo CEO de Unilever, que instaron a elevar las ambiciones para transformar el modelo de negocio hacia el impacto «netamente positivo».

«Necesitamos empresas que asuman la responsabilidad del impacto que generan en el mundo y mejoren el bienestar de todas las personas ya que el coste de la inacción ya es superior al de la acción», comentó Polman. Para ello, defendió la transformación a un modelo que mida todos los impactos que genera una empresa «para dar más de lo que recibe».

Cohen, por su parte, insistió en que un enfoque basado en el trinomio rentabilidad-riesgo-impacto no solo genera valor, sino que es una oportunidad de negocio «La cuestión de cuándo llegará la transparencia global a la nueva contabilidad de impacto no es ya si llegará, sino cuán pronto», señaló.

Ambos expertos coincidieron en que el impacto positivo debe ir más allá de la sostenibilidad convencional ya que no se trata de «causar menos daño», sino transformar modelos de negocio para que las empresas devuelvan a la sociedad y al planeta «más de lo que extraen». Esto implica un modelo de producción que repare, restaure y regenere, teniendo en cuenta a todos los interesados, desde empleados hasta inversores.

En el caso español, tanto Cohen como Polman advirtieron que «no se está avanzando lo suficiente y no se está haciendo suficientemente rápido». Además, todavía se observan retos de calado que exigen soluciones innovadoras, pero también inversión en nuevas tecnologías y una mayor colaboración entre el sector público y privado, así como con otras organizaciones.

Según Polman, la economía de impacto ofrece a las empresas españolas la oportunidad de diseñar nuevos modelos de negocio, explorar nuevos mercados y desarrollar productos para dar soluciones innovadoras a los retos que se enfrentan.

Exceso de regulación

María Herrero, socia de Trascendent y presidenta del Observatorio de Impacto, explicó que el exceso de regulación, una de las principales quejas de las empresas españolas, «supone más de un millón de páginas publicadas en el BOE, tiene un peso equivalente a una docena de vacas, a una altura equiparable a la Sagrada Familia, o a una longitud en línea recta equivalente al trayecto Madrid-Murcia, es decir 378 kilómetros».

Otras preocupaciones de la empresa española a las que hicieron referencia los expertos fueron la crisis geopolítica y su efecto en la cadena de suministro y la subida de materias primas, así como la subida de tipos que ha generado volatilidad en los mercados y el aumento del coste de los créditos.

Ante esta situación, Polman advirtió que las empresas «netamente positivas» estarán mejor preparadas para hacer frente a los retos que ponen en riesgo la propia supervivencia de las compañías a largo plazo.