¿Ha tocado techo la reforma laboral? Solo uno de cada cinco contratos es indefinido a tiempo completo
El porcentaje de «empleo de calidad» ha mejorado a costa de reducir la contratación
A punto de cumplirse tres años de la entrada en vigor de la reforma laboral, el texto con el que Yolanda Díaz pretendía «pasar página a la precariedad laboral» en nuestro país parece haber tocado techo con unos datos de contratación por los suelos y donde solo uno de cada cinco nuevos contratos es indefinido a tiempo completo.
El del empleo de calidad ha sido el mantra favorito de la ministra de Trabajo desde la aprobación de la reforma laboral, un texto que tenía como objetivo reducir la temporalidad, algo que ha conseguido a través de dos figuras fundamentales: la de los fijos discontinuos, considerados indefinidos de cara a las estadísticas pero de complicado encaje; y el aumento de la contratación indefinida a tiempo completo.
El fenómeno de los fijos discontinuos ha sido analizado en profundidad y los expertos calculan que hay diez veces más de los reconocidos por el propio Gobierno. Pero es el segundo caso el que parece dar muestras que de que la reforma laboral ha tocado techo. Desde su entrada en vigor, esa tasa de empleo de calidad que mediría el porcentaje de contratos indefinidos a tiempo completo sobre el total de contrataciones ha pasado de una horquilla del 5-6 % a otra más amplia entre el 15 % y el 20 %.
Para Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute, esto es síntoma de un estancamiento de la reforma. «Salvando las variaciones estacionales, tanto en los contratos de la población ocupada como en los contratos iniciales, el porcentaje de indefinidos se mantiene constante en similares periodos».
Sin embargo, este incremento no solo se debe a un incremento del empleo de calidad, sino a una importante reducción de la contratación. La contratación en octubre, un mes tradicionalmente bueno para el empleo, bajó un 31,5 % en 2022, un 37,2 % en 2023 y un 31,4 % respecto al mismo mes de 2019.
Al respecto, el Banco de España señalaba en un reciente informe que «la supervivencia de los contratos indefinidos, sin incluir los contratos fijos-discontinuos, se ha deteriorado tras la reforma laboral».
«Así, el 48 % de las relaciones laborales iniciadas en marzo de 2022 con un contrato indefinido permanecían vivas un año después, mientras que este porcentaje era del 52,5 % en el promedio de los contratos indefinidos firmados en marzo de 2017 y 2018», añadía el informe.
Parados registrados
Otro efecto que se observa tras la entrada en vigor de la reforma laboral es el porcentaje de parados registrados sobre el número de demandantes de empleo. Este último hace referencia al colectivo de personas que, con trabajo o no, están apuntados como demandantes de empleo en una oficina del SEPE ya sea porque quieren un empleo compatible con el que tienen o buscan uno mejor. En este caso, la tasa se ha reducido en unos diez puntos tras la aplicación de la medida.
Según explica Blasco, la reducción en la proporción de parados registrados sobre el total de demandantes de empleo puede deberse a diferentes factores como la mejora en el mercado laboral –con más personas encontrando empleo y, por lo tanto, menos personas registradas como desempleadas–, un cambio en la metodología de registro o por el crecimiento económico.
«No es un síntoma de precariedad sino todo lo contrario, hay menos parados en sentido estricto, es decir registrados, porque ha bajado el nivel de desempleo, mientras que el concepto DENOS –demandantes de empleo no ocupados– parece ser un concepto más ‘expansivo’, lo que parece distorsionar la imagen de nuestro mercado de trabajo», concluye el director de The Adecco Institute.