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Fernando Rayón
Fernando Rayón

Del cupo vasco de Santos Cerdán a la negociación secreta de los impuestos en el País Vasco

El PNV saca partido económico a la relación con Sánchez, pero ya hay otros, como Bildu, que se están contrariando

Actualizada 04:30

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, este jueves en el Congreso

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, este jueves en el Congreso.EFE

Ya saben que la declaración de Víctor de Aldama en la Audiencia Nacional ante el juez Ismael Moreno estuvo repleta de revelaciones que ya están siendo investigadas. En una de ellas, el comisionista contó que, a través de Koldo García, le dio a Santos Cerdán 15.000 euros en un bar ubicado frente a la sede nacional de los socialistas en Ferraz. El pago, siempre según Aldama, se hizo en el contexto de la licitación con una constructora -cuyo nombre ya está en boca de todos- para contentarle ante el enfado que el número tres del PSOE se había pillado por las interferencias en aquella licitación.

Sigue contando Aldama que Koldo le advirtió de que no se metieran en ese «terreno» -se supone que en el de las licitaciones vascas- porque había «cupos»: «Me explica que hay cupos y que el cupo vasco es de Santos Cerdán. Entonces, que hay mucho cabreo, que hay mucho enfado, que se ha liado muy grande. ¿Y yo, qué culpa tengo? Nos habéis dicho 'qué tal' y hemos ido a esa licitación».

La declaración, que va en la línea de otras investigaciones de la UCO, puede sorprender, aunque a estas alturas ya conocemos el papel que el secretario de Organización del PSOE ha jugado en las negociaciones con el Partido Nacionalista Vasco y Junts. Pero si cito esta declaración es porque también hemos conocido -aunque el PNV ha pedido a todos mucha discreción- sobre lo que ha trincado en la abracadabrante negociación de la reforma fiscal con el Gobierno. Vamos con ello.

El PNV ha aprovechado la melé de la reforma fiscal de Montero para ir, como siempre, a lo suyo

El PNV, como ha hecho siempre, ha aprovechado la melé de la reforma fiscal de María Jesús Montero para ir, como siempre también, a lo suyo. De entrada ha rebajado el cupo que pagará en 2024 respecto al que venía aportando en los últimos años: de los 1.682 a 1.504,5 millones. También ha conseguido nuevas competencias y voz en foros internacionales económicos de la Unión Europea y de la OCDE. Y, por último, va a recaudar impuestos a los no residentes. Lo explico.

Lo primero es recordar que esta bajada del cupo se produce en un momento en que las comunidades autónomas de régimen común están pagando el déficit de las pensiones vascas. El País Vasco -no lo olviden- es la segunda comunidad autónoma más deficitaria, inmediatamente después de Asturias.

Las medidas fiscales ya estaban incluidas en el pacto con el PSOE para investir a Sánchez

Explican en el PNV que estas medidas fiscales tampoco son una novedad y que ya estaban incluidas en los pactos que firmaron con el PSOE el 13 de noviembre de 2023 a cambio de la investidura de Pedro Sánchez: «Se procurará la visibilidad de la información procedente de las haciendas forales en todo intercambio internacional que realice la autoridad nacional». Pero también saben muy bien en el partido nacionalista que ese acuerdo dormía la espera de una nueva coyuntura para aplicarlo. Ocasión se ha presentado la semana pasada. También señalan en Ajuria Enea que este pacto «está en la línea de lo acordado por PSOE y ERC para la investidura de Salvador Illa» pero, a día de hoy al menos, Cataluña no ha puesto en marcha este cupo catalán.

Y esto nos remite a un futuro nada lejano: las concesiones fiscales del Gobierno a sus socios ya están provocando un enfrentamiento entre ellos. Como las negociaciones son bilaterales, el resto se entera de lo pactado por unos y otros tras las votaciones y surge la suspicacia. Las rebajas del cupo vasco, por ejemplo, no solo han molestado en Junts, sino que Arnaldo Otegi de EH Bildu ya se he referido a las dificultades del Gobierno para cumplir con esta nueva fiscalidad. Y si encima en el PNV alardean de lo bien que negocian, pues parece que los demás han sido tontos o engañados. O quizá las dos cosas.

Lo de la presencia internacional tampoco es un brindis al Sol. El pasado miércoles, la Comisión Mixta del Concierto Económico, integrada por representantes de la Administración General del Estado (AGE) y del Gobierno Vasco, acordó «la visibilidad de las Haciendas Forales en el ámbito internacional, y en particular, en el de la Unión Europea y en especial en relación con los regímenes de ventanilla única», según la nota que el propio Ministerio de Hacienda hizo pública.

El Gobierno Vasco podrá atraer inversiones y talento extranjero en clara ventaja respecto a otras Comunidades Autónomas

Y ya que estamos con notas públicas, ese mismo acuerdo contiene la bomba de todo este pacto. El Gobierno español se compromete a modificar el apartado Uno del artículo 21 del Concierto Económico, al objeto de «avanzar en el modelo actual de concertación del Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR), de manera que sea posible la aplicación de normativa autónoma en el caso de contribuyentes no residentes que obtienen rentas en la Comunidad Autónoma del País Vasco sin disponer de un establecimiento permanente, con el compromiso de no incurrir en competencia fiscal». ¿Y esto qué quiere decir? Pues que a partir de ahora el Gobierno Vasco podrá recaudar el IRNR, es decir, que podrá atraer inversiones y talento extranjero, en clara ventaja respecto a otras Comunidades Autónomas. La solidaridad se va a hacer puñetas.

Y hablando de singularidad. El acuerdo también reconoce que se van a modificar algunos artículos del Concierto en los que se regula la competencia normativa correspondiente a determinados impuestos concertados de normativa común. Y para que no crean que es una cosa a futuro lejano, la Comisión Mixta del Concierto ha fijado que ya que afectará a 14 impuestos, uno de ellos el de la banca. Singularidad fiscal vasca.

Por cierto, que esta semana hemos sabido también que las Diputaciones de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa van a elevar a 19.000 euros anuales la obligación de declarar en el IRPF, fijada hasta ahora en 14.000 euros. ¿Qué más cosas habrán negociado en estas reuniones secretas? Luego hablarán del dumping fiscal de Madrid.

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