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Apicultores durante la protesta frente al Ministerio de Agricultura por el acuerdo con Mercosur

Apicultores durante la protesta frente al Ministerio de Agricultura por el acuerdo con MercosurEuropa Press

Agricultura

«La UE vende la industria de Alemania a cambio de nuestro campo»: los agricultores, otra vez en pie de guerra

El sentir en las explotaciones es que Europa sacrifica el campo con el fin de favorecer otros intereses comerciales en Latinoamérica

El campo español vuelve a las calles. Los ganaderos y agricultores, que protagonizaron importantes reivindicaciones en el primer trimestre de 2024, finalizan el año en pie de guerra por el acuerdo de libre comercio de la Unión Europea (UE) con Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil) y amenazan con más protestas para 2025.

Más de 5.000 manifestantes se han agolpado frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que encabeza Luis Planas para expresar su elevado grado de indignación con el tratado firmado recientemente por Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Miguel Padilla, secretario general de COAG, y Pedro Barato, presidente de ASAJA, han ejemplificado el hartazgo del campo, que convocará grandes manifestaciones para evitar que el pacto UE-Mercosur entre en vigor sin garantizar igualdad de condiciones para los productos importados de terceros países.

El sentir en las explotaciones agrarias es que la UE sacrifica el campo español con el fin de favorecer otros intereses comerciales en Latinoamérica. «Nos cambian por otras actividades. Venden la industria de Alemania a cambio de nuestro campo. La UE favorece la entrada de productos baratos sin tener en cuenta nuestros estándares europeos y pretende ponerlos en el mismo lineal», indicó jaleado por la multitud Padilla.

La presión ejercida por el campo ha sido recibido por Planas con «absoluto respeto»; sin embargo, tal y como ha reconocido en una entrevista para Castilla-La Mancha Media, el pacto con Mercosur «una gran oportunidad para España y para la Unión Europea», ya que se podrá ampliar el mercado de exportaciones a países que suponen más de 260 millones de personas.

«La UE vende la industria de Alemania a cambio de nuestro campo»Miguel PadillaSecretario General de COAG

Cada vez más lejos de la posición del Gobierno y de la UE se sitúan los agricultores. Competencia desleal, uso de fitosanitarios no permitidos o costes inalcanzables en territorio europeo son las principales amenazas que detectan los agrarios en la alianza con los países americanos.

«No estamos en contra de Mercosur. Estamos en contra del contenido del acuerdo con Mercosur, que pone en riesgo la agricultura española, europea y todo nuestro futuro. Lo que decimos es, que lo mismo que nos piden aquí, con perdón, las gilipolleces que nos piden aquí, también se las tienen que pedir allí (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil). Aquí lo único que tenemos son limitaciones», apuntó Barato, especialmente irritado con la situación: «Este acuerdo no puede ver la luz y hay que vetarlo como sea», insistió.

Los detalles del acuerdo UE-Mercosur

Desde el Ministerio de Agricultura, la unión con Mercosur se expone como una oportunidad que eliminará de manera progresiva de los aranceles que se aplican a un gran número de productos agroalimentarios europeos en los que España tiene intereses comerciales, como el aceite de oliva, vino, frutas y hortalizas o porcino. A cambio, la UE liberalizará el 82 % de las importaciones agroalimentarias del bloque de Mercosur e impondrá contingentes arancelarios para aquellos productos más sensibles.

Jaume Bernís, responsable de porcino en COAG y representante en Copa-Cogeca, la organización europea que agrupa las cooperativas y entidades agrarias describe en conversación con El Debate el clima en Bruselas entorno al trato con Mercosur. «Se ha llevado con secretismo hasta que se ha firmado porque se preveía jaleo».

Bernís entiende que Europa necesita de nuevos mercados y aumentar su exportación, aunque no a cualquier precio: «La desigualdad que hay en la manera de producir y las exigencias que tenemos los europeos en nuestra producción no tienen nada que ver con las exigencias que tiene los países del Mercosur. Esto ya se plantea un desequilibrio en el mercado terrible. Puede haber bondades en la letra pequeña, pero los agricultores españoles estamos muy desengañados con este tipo de acuerdos», comenta el representante en Copa-Cogeca, que lamenta que «el campo siempre es la moneda de cambio».

Reivindicaciones como precios justos en origen; una política hidráulica que vertebre y optimice los recursos; una gestión racional que permita la convivencia del lobo con las explotaciones ganaderas; o unas incorporaciones de jóvenes que permitan el relevo generacional han acompañado la movilización espoleada por el trato con Mercosur, el precipitador de la nueva guerra de los agricultores españoles.

Por el momento, la firma de Von der Leyen y los máximos dirigentes de Mercosur necesita el refrendo del Consejo de ministros de la UE y del Parlamento Europeo, por lo que las organizaciones mayoritarias españolas mantendrán la presión «para que este tratado no vea la luz».

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