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Imagen de archivo de una torre de alta tensiónJ.Rodriguez/ Flickr

Noruega quiere cortar lazos energéticos y dejar a Europa sin su energía barata: «Se nos ha ido de las manos»

Los críticos defienden que Noruega exporte energía hidroeléctrica una vez se hayan asegurado precios bajos para el suministro local

La falta de viento en Alemania y el Mar del Norte, y las bajas temperaturas en Noruega han elevado los precios de la electricidad en el sur de Noruega hasta su nivel más alto desde 2009, provocando el pánico en el país nórdico. «Es una situación de mierda», dijo el ministro de Energía de Noruega, Terje Aasland, en declaraciones al medio británico, Financial Times.

Los dos partidos que gobiernan en Noruega, el Partido Laborista, y el Partido del Centro, quieren acabar con los interconectores eléctricos que unen este país con los del resto de Europa cuando llegue el momento de renovarlos en 2026. Además, quieren renegociar los existentes con el Reino Unido y Alemania. Los críticos defienden que Noruega exporte energía hidroeléctrica una vez se hayan asegurado precios bajos para el suministro local, como ocurrió durante décadas.

Esta situación ha encendido las alarmas entre los países de la Unión Europea que están interesados en utilizar la abundante energía de Noruega para ayudar a equilibrar los precios de la energía en el continente. «Este es un momento crucial para las relaciones entre la UE y Noruega. Reducir las conexiones eléctricas con Europa no será bien recibido», aseguró un embajador de la Unión Europea en Oslo.

La electricidad en el debate político

Los fuertes incrementos en los precios de la electricidad en Noruega durante los últimos inviernos y el hecho de tener que compartir la energía del propio país pagando un alto precio han provocado una tormenta política, y marcarán las elecciones que se celebrarán en el país nórdico el próximo año.

Por el momento, las encuestas vaticinan una victoria del partido de derechas, Progreso, quienes también quieren eliminar el vínculo con Dinamarca y reformar los acuerdos con el Reino Unido y Alemania para reducir «la infección de precios» a Noruega desde la Unión Europea.