Ofensiva de Vox para frenar el cierre «suicida» de las centrales nucleares

La apuesta de Vox por la energía nuclear sube. El partido liderado por Santiago Abascal ha iniciado una ofensiva política conjunta en el Parlamento Europeo, en el Congreso y en el Parlamento de Cataluña «para defender la soberanía energética».

La formación, que ha iniciado una campaña de recogida de firmas, ha tildado de «suicida» la estrategia del gobierno de Pedro Sánchez para para cerrar las centrales nucleares.

«La medida suicida de desmantelar las centrales nucleares que impulsan todos los partidos políticos es un medida disparatada porque dispara la factura de la energía en los hogares españoles y va a condenar al desabastecimiento energético de toda España», ha condenado Ignacio Garriga, secretario general de Vox, desde la instalación nuclear de Ascó.

Garriga ha señalado que la central de Ascó supone que dos de cada diez hogares españoles se puedan calentar y la generación del 60 % de la energía en Cataluña. El mandatario de Vox ha planteado dos escenarios en función del rumbo que tome España respecto a la energía nuclear: "Ser cada día más dependientes, que la factura de la luz sea más cara y perder miles de empleos o ser una nación próspera industrialmente con soberanía energética, con más energía limpia y eficaz”.

El jefe de la Delegación de Vox en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, ha recordado que soberanía energética «significa no renunciar a ninguna de las fuentes de producción de energía y en Vox no renunciamos a ninguna de las fuentes, desde la energía hidráulica, las energías renovables, el gas, el petróleo y la energía nuclear». Buxadé ha definido a la nuclear como una energía «limpia, segura y constante que supone el 20 % de la producción de España. La misma energía que ha garantizado que haya habido luz en los hogares esta misma Navidad cuando se paralizaron industrias».

Buxadé ha denunciado «que quienes han sometido a Europa a Rusia han sido los alemanes del Partido Popular y el Partido Popular en España, quien inició el plan de desmantelamiento de la energía nuclear con la destrucción de Garoña».