Educación
El laberinto de la selectividad: «No hablamos de una EBAU unificada, sino de seres humanos»
La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas está trabajando en grupos dirigidos a las diferentes asignaturas para tratar de buscar una unificación de los exámenes
Al finalizar esta semana la mayor parte de los jóvenes de España se habrán examinado de la Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) a excepción de Andalucía, Cataluña, Ceuta y Melilla que comenzarán el 14 de junio.
Un año más la polémica está servida: 200.000 jóvenes españoles se juegan el futuro en unas pruebas de acceso necesarias y obligatorias para continuar su formación en las universidades españolas. Hay tantas formas de llamar a la que era la selectividad como comunidades autónomas: EVAU, EBAU, ABAU y PEVAU. Lo mismo pasa con los exámenes y las formas de corrección.
Historia o Lengua, por ejemplo, varían según en la autonomía que se encuentran. Se trata de un sistema desequilibrado que puede generar alguna que otra desigualdad. Según ha explicado el profesor e investigador de la Universidad de Alcalá, Jesús García Laborda a El Debate «esta cuestión ahora mismo se da porque las competencias están atribuidas a cada autonomía, que son las que se encargan de la organización».
Debido a esta disputa, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) está trabajando este año en grupos dirigidos a las diferentes asignaturas para tratar de buscar una unificación de los exámenes. «Esto, hasta que no haya una ley fundamentalmente universitaria que indique cuál es el sistema de acceso, no se va a llevar a cabo», apunta el experto.
Muchas veces nos vemos abocados a que los exámenes los haga gente basándose en su experiencia, más que en un conocimiento profesional
Para poder crear un examen único para todas las comunidades autónomas es necesario tener un buen equipo, como hay en el Instituto de Evaluación Educativa que sugiere modelos, por lo que hay que hacerlo de manera profesional, explica el profesor e investigador.
Uno de los principales problemas actuales en la evaluación española es la escasez de especialistas de acceso a la universidad en las distintas asignaturas. «En Filología Inglesa en toda España hay cuatro, en lengua castellana debe haber ocho o diez», comenta García Laborda.
Según el especialista, esto tiene un gran problema: «Muchas veces nos vemos abocados a que los exámenes los haga gente basándose en su experiencia, más que en un conocimiento profesional adquirido a través de investigación o de la experiencia».
Nivel de los alumnos
Otra de las cuestiones que tampoco se ha definido es cual es el nivel que se va a pedir a los alumnos. En España todas las Comunidades Autónomas tienen pruebas diferentes y cada una, según apuntan, niveles distintos. «Esto presenta un problema, porque aunque no lo parezca una centésima arriba o una centésima abajo, puede significar entrar o no en Medicina u otras carreras. Si quieres entrar en una asignatura de nota de corte baja seguramente no afecte demasiado, pero en las carreras con los grados que son altamente competitivos una centésima puede cambiar el acceso o no de por vida», profesa el profesor de la Universidad de Alcalá.
Si una persona no entra en Medicina porque hay alguien que tiene un examen diferente y unos resultados que a lo mejor no son equivalentes, esa persona se queda sin carrera
Siempre que hablamos de las pruebas de acceso a la universidad es normal pensar en la unificación de las mismas para tener así una competencia más justa, pero el investigador se centra en el futuro de los jóvenes: «Pensamos en un solo examen, pero, no estamos hablando de si la EBAU está unificada, estamos hablando de vidas de seres humanos. Si una persona no entra en Medicina cuando ha sido su pasión toda la vida porque hay alguien que tiene un examen diferente y unos resultados que a lo mejor no son equivalentes, esa persona se queda sin carrera».
Somos de los pocos países que no tienen prueba oral de lengua extranjera. Las investigaciones muestran que los estudiantes deben mejorar el inglés especialmente hablado. «El efecto rebote de incluir tareas orales en la EBAU probablemente mejorara el aspecto oral. Esto se puede hacer con presencia humana, pero también con tecnología a través de exámenes online con reconocimiento de voz (chatbots o speech-write)», anuncia el profesional. Para llevar esto a cabo habría que introducir cambios algo costosos al principio, pero que se rentabilizan en solo dos cursos.
El problema que se plantea entre las Comunidades Autónomas es que poseen un porcentaje muy elevado de diferencia entre ellas. «Hay un 30 % de diferencia entre los currículos. En Física, Matemáticas, Inglés, que no son autonómicas, es realmente donde tendríamos que ir unificados o por lo menos con exámenes realmente equivalentes», concluye Jesús García Laborda.