Educación
Macron quiere imponer por ley el dictado a los alumnos franceses
Los sindicatos educativos han mostrado su rechazo a la medida
Los alumnos franceses de Primaria tendrán que reforzar la ortografía cada día y escribir más en clase por ley en un intento de mejorar la alfabetización a través del dictado. Se trata de una controvertida medida que ha provocado el enfado de los docentes, que acusan al presidente galo de anunciar medidas «inaplicables» solo para distraer a la opinión pública.
Los dictados han sido desde hace tiempo un asunto controvertido en Francia, donde los sucesivos gobiernos han intentado convertirlos en uno de los pilares de la educación pese a la reticencia de los profesores, que prefieren métodos más modernos.
De hecho, el gobierno de Macron ya intentó implementar una medida similar en 2018, pero tuvo un éxito bastante limitado. Ahora, el ministro de Educación, Pap Ndiaye, impondrá estrictas instrucciones para que los profesores pongan ejercicios de conjugación a sus alumnos, así como un breve dictado. Además, dos veces por semana tendrán que leer dos textos de mil palabras en clase.
El ministro ha señalado que el 27 % de los alumnos de Primaria carece del nivel de francés suficiente en su ingreso a Secundaria. En las pruebas de dictado de los años anteriores, los estudiantes cometían una media de 10,7 errores, mientras que en 2021 había aumentado hasta los 19,4.
Para Ndiaye, esta disminución del «conocimiento básico» es responsabilidad de los profesores de Primaria que no fomentan la escritura y la lectura. Para el ministro, los alumnos de cinco años deberían poder leer un texto en voz alta «con fluidez y expresividad» a una velocidad de 90 palabras por minuto, que aumenta a 120 al año siguiente. Actualmente solo el 56 % de los estudiantes es capaz de alcanzar esa cifra.
Sin embargo, esta decisión ha encontrado el rechazo de los docentes. Jérôme Fournier, miembro de un sindicato educativo, explicó a The Times que estas medidas era «muy técnicas e inaplicables». «Es un ejercicio de comunicación dirigido a la opinión pública por un ministro que quiere demostrar que está haciendo algo».
Otros profesores señalan que, si se implantan estas medidas, los estudiantes tendrán menos tiempo a dedicar a otras materias. «La ortografía francesa es una de las más difícil del mundo», señaló Jean-Christophe Pellat, profesor emérito de lingüística en la Universidad de Estrasburgo. «Si queremos que los niños comprendan estas dificultades, tendremos que aceptar dedicarles tiempo».