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Estudiantes que protestan a las puertas de la facultad de Ciencias de la Información, donde Isabel Díaz Ayuso, recogió el premio como «alumna ilustre» de la facultad en la que se formóEFE

Días después del escrache a Ayuso

Regreso al campo de batalla de la Complutense: «Los cabecillas de las protestas fueron varios profesores»

Un viento gélido se cuela por la puerta que da acceso al edificio principal de la Facultad de Ciencias de la Información. El hall del interior, a esta hora de la mañana, permanece casi vacío, ahondando en la sensación que tiene el periodista de quietud y tranquilidad.

Estamos en el campus principal de la Universidad Complutense. Es jueves 26 de enero, dos días después de convertirse en el escenario de una especie de campo de batalla con el que algunos intentaron boicotear el momento en el que Isabel Díaz Ayuso, que estudió en esta misma facultad, fue nombrada 'alumna ilustre'.

Hubo insultos de todo tipo. «Cucaracha», «fascista» y «asesina». También gritos y empujones. Algunos aplausos de aquellos que no estaban dispuestos a tragar con ruedas de molino. Mucha seguridad policial. Y la sensación que, una vez más, la universidad era escenario de otro intento de escrache a un representante público que no era de su ideología. Pero, ¿es la Complutense y en concreto Ciencias de la Información un lugar politizado? El Debate ha acudido al lugar de los hechos para pulsar la opinión de quienes allí estudian y trabajan.

Protestas de sanitarios y estudiantes ante la facultad de Ciencias de la Información de Universidad Complutense (UCM), donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que cursó allí su carrera de periodismo, recibe este martes un reconocimiento como alumna ilustre, un homenaje que se produce entre medidas de seguridad ante el rechazo que ha despertado que le otorguen este premio

Protestas de sanitarios y estudiantes ante la facultad de Ciencias de la Información de Universidad Complutense (UCM), donde la presidenta de la Comunidad de Madrid recibía un reconocimiento.EFE

El papel de los profesores

Ya que en el momento de acudir a hacer este reportaje, tanto la entrada como el edificio aparentaban estar casi vacíos, decidimos dar un paseo por las instalaciones.

En el pasillo que conduce a la biblioteca nos encontramos a Dani, alumno de Periodismo. En ese instante está solo y no tiene problema en hablar:«¿Politizada esta facultad? Sí, pero no tanto como otras, como Políticas –ubicada en el campus de Somosaguas y donde impartieron clase Monedero y Pablo Iglesias–».

«Eso sí –continúa el estudiante–, se nota en el ambiente y en muchas clases el impacto de la ideologización. Yo presencié las protestas y algunos de los cabecillas eran los profesores. Vi a alguno de los que me han dado clase que eran los que retiraban el cordón (de seguridad) para permitir que los que chillaban se acercaran más».

Llegados a este punto, hay que recordar que la catedrática de la UCM Eva Aladro estuvo recientemente en laSexta para mostrar el frontal rechazo de algunos docentes al reconocimiento a la presidenta de la Comunidad de Madrid: «No tiene méritos académicos. Con el acto de su nombramiento, se perturba la vida académica», resaltó en su intervención.

La época de exámenes ha terminado, pero en el momento que llegamos, muchos alumnos estaban en clase. Según avanza la mañana, la cafetería, situada en la planta baja, fue cogiendo ambiente. Compartimos café con Sara, que confirmaba así algunas las sospechas. «Esos profesores son profesionales, yo creo que dan bien clase, pero no pierden oportunidad, por así decirlo, de ofrecer lecturas, hacer comentarios... de mostrar el pie del que cojean. ¿Que si esto es politizar? Creo que es obvio, ¿no? En las últimas elecciones, la única propaganda política que entró aquí fue la de Unidas Podemos».

Otro alumno, que prefiere no dar su nombre, contestó:«Yo apenas participo de ese ambiente universitario que rodea a esto. Vengo a clase, hago los exámenes, y poco más. Pero prefiero quedar en el anonimato, y además, es que no quiero tener nada que ver con esa gente».

Julián estaba en clase el día que la presidenta de la Comunidad acudió a recoger su título. «Estábamos en el aula y es que se olía el jaleo, pero nosotros, alumnos y profesor, continuamos. Con esto te quiero decir que muchos estamos a lo que estamos, no al ruido que además, intuyo que provocan muchos de los que ni pisan por aquí ni representan a ninguno de nosotros».

Los organizadores de las protestas

El grueso de las protestas fue organizado por el Sindicato de Estudiantes, que se autodenomina como «una organización estudiantil de izquierdas, revolucionaria y anticapitalista que defiende la educación gratuita, democrática y laica».

Este sindicato se quejó en los días previos del reconocimiento otorgado a Díaz Ayuso por ser «una fascista y una criminal, como todo el mundo sabe».

Tras el intento de escrache, su secretaria general, Coral Latorre, culpó a la Delegación del Gobierno de «militarizar la Complutense», en declaraciones a los periodistas en la universidad madrileña. »Han reprimido a los antifascistas. ¿Tanto poder tiene Díaz Ayuso y tan arrastrados son los dirigentes del PSOE que hincan la rodilla?», se preguntó.

La salida de Ayuso de la Complutense

La salida de Ayuso de la ComplutenseEFE

En el momento de cerrar este reportaje, encontramos a Xavi, militante del Círculo Internacionalista de Madrid, repartiendo octavillas frente al metro de Ciudad Universitaria. La mañana avanza y ya es soleada, y sigue reinando la calma en todo el campus. «Yo observé la protesta, pero nosotros nos desvinculamos de ella, básicamente porque somos antiparlamentarios y le negamos tanto el papel de la representación a los partidos como al hecho de protestar ante ellos, que no deja de ser una manera de legitimarlos», nos dice.

Añadiendo que, su organización, que está formada por universitarios de militancia comunista, se pregunta cómo el Sindicato de Estudiantes decide protestar contra Ayuso de cara al público, mientras que, como sindicato que son, siguen recibiendo jugosas subvenciones de la Comunidad de Madrid y del propio Gobierno central. «Es un poco contradictorio, ¿no?», se despide con una sonrisa mientras sigue repartiendo propaganda política.

Los «agentes» de Sánchez

Por su parte, la destinataria de esas protestas, Isabel Díaz Ayuso, no tuvo reparos en señalar que Pedro Sánchez había enviado «a sus agentes» para intimidarla.

​«Lo que me temo es que el Gobierno de Sánchez, inexistente en Madrid, me va a enviar cada vez más agentes para asustarme y para crear en torno a mí un clima que no se ha dado en toda la legislatura. Lo están haciendo constantemente. No soy yo la que provoca, envían incluso a personas a los actos de partido, lo hacen siempre desde hace unas semanas», declaró, también refiriéndose a las declaraciones del portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato, quien la acusó de «provocar» y «encender a la gente».
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