Selectividad 2023
¿Es la EBAU más difícil en algunas comunidades? Este informe carga de razón a quienes piden una prueba única
Un informe estadístico de la Universidad de Valladolid asegura que la actual prueba perjudica a los alumnos de determinadas regiones respecto a otras, lo que reabre el debate de un modelo único
Con la selectividad de 2023 recién finalizada, al menos en su convocatoria ordinaria, aún resuenan los ecos de las voces que piden reabrir el debate de una prueba única y nacional con el objetivo de acabar con las «desigualdades», como solicitó el propio líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo.
La actual EBAU o EvAU –terminología más común, aunque son varias sus acepciones–sigue cosechando críticas de aquellos que lamentan la disparidad de contenidos y criterios en función de cuál sea la comunidad en la que se desarrollan.
La oposición política, ahora que entramos en carrera electoral, aprieta para volver a discutir sobre la necesidad de un examen único en todo el país, algo con lo que Moncloa no está en nada de acuerdo.
En este contexto, muchos ojos se giran hacia el conocido Informe Manu, creado desde la Universidad de Valladolid por la catedrática de Bioestadística Cristina Rueda.
Castilla y León, gran perjudicada
La mencionada docente, a través de este trabajo estadístico, ha concluido que la EBAU actual perjudica en especial a los estudiantes de Castilla y León según la nota de cinco materias. A través de su observación, la probabilidad de acceder a una plaza de Medicina para quienes se presentaron a la selectividad ya en el año 2015 era del doble para los aspirantes canarios, extremeños o baleares.
La profesora Rueda dice en su informe que hay evidencias a favor de la siguiente tesis: «La utilización de las notas de Acceso (NA) a la Universidad como criterio para asignar las plazas de las Facultades de Medicina (y de otras Facultades) de Universidades públicas en España, no da las mismas oportunidades a estudiantes de diferentes comunidades autónomas y no es acorde a la preparación de los estudiantes, lo cual está perjudicando, en particular, a la región de Castilla y León».
Los autores de este dictamen estadístico entienden que al demostrar su teoría, se debería «proponer un nuevo método de asignación de plazas, que podría ser utilizado para el acceso a todas las Facultades en España».
«Varios indicios nos han llevado a hacer este estudio –asegura– principalmente la constatación, por parte de muchos profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVA) de un considerable incremento, particularmente en estos tres últimos años, del porcentaje de estudiantes de otras regiones, junto con la observación de su bajo rendimiento académico».
Rueda parte de la llamada ‘hipótesis de igualdad de oportunidades’ (HIO), para analizar la problemática, entendiendo esta como «la probabilidad de que un estudiante acceda a una determinada Facultad o Grado en el territorio español debe ser la misma, independientemente de la comunidad donde se haya realizado la selectividad».
Desgraciadamente, en España se da hoy o bien un déficit o por el contrario un superávit de plazas en sus respectivas regiones, situación agravada por las diferencias existentes entre las calificaciones en las cuatro materias obligatorias: Historia de España, Lengua Castellana, Historia de la Filosofía y Lengua Extranjera, así como en las dos materias que suelen ser objeto de elección por los aspirantes a médicos: Biología y Química.
Con ello, el trabajo expone que no hay equidad ni justicia. «La probabilidad usando las notas de la PAU de 2015 de acceder a una plaza de Medicina fue en Canarias hasta tres veces mayor que en Navarra y más de dos veces por encima de Castilla y León».
La brecha aumentará
El trabajo informa de un dato demoledor: en Castilla y León deberían, según los supuestos analizados, recibir un 24,6 % de estudiantes de otras regiones si nos atenemos a la asignación equitativa de la demanda.
Pues bien, el texto concluye que «el porcentaje de estudiantes de fuera de la región de Castilla y León que estudian Medicina en dicha región es muy superior a esta cifra». En el caso de la Facultad de Valladolid, la cifra para el curso 2015-2016 se disparó hasta el 50 %.
El análisis de las notas de la PAU 2015 estima que hasta 95 estudiantes de CyL se quedaron fuera de la Facultad de Medicina de «forma injusta» aquel año. Ese número supone un 25 %, mientras que la tasa de aquellos que vinieron a estudiar ese grado desde fuera llegó al 49 %.
El Departamento de Estadística de la UVA sospecha que, con el sistema actual, la brecha aumentará.