Timos, precariedad o poca oferta: los problemas de los universitarios cuando buscan piso fuera de casa

Los estudiantes que el próximo curso tengan previsto cambiar de ciudad, así como los beneficiarios de la beca Erasmus, se enfrentan al problema de tener éxito (y suerte) con la búsqueda de alojamiento en un lugar que al principio les es extraño y que se necesita que cumpla varios estándares, sobre todo el económico.

La búsqueda del piso o casa que les alojará durante su etapa de estudios puede entrañar dificultades inesperadas como estafas, condiciones precarias, o directamente, ausencia de viviendas disponibles. Además, tampoco resulta fácil encontrar una vivienda por un plazo muy concreto de tiempo.

Respecto a cuáles son los principales problemas relacionados con esta circunstancia, Eduardo Garbayo, Chief Operating Officer de Spotahome, apunta a El Debate lo siguiente: «La mayoría de los propietarios que alquilan en el mercado tradicional solicitan un compromiso de alquiler a largo plazo. Esto lo convierte en difícil para estudiantes que van por un periodo determinado (por ejemplo, 6 meses) o no tienen claro todavía cómo es vivir en el barrio donde se van a alojar. Además, los jóvenes buscan, cada vez más, soluciones flexibles de vivienda donde puedan estar un tiempo y, si no les gusta, poder cambiarse a otra casa».

Ante esta tesitura, el experto incide: «Es por eso que el mercado del alquiler de medio plazo es tan importante porque da respuesta a la necesidad de alojamiento de estudiantes y jóvenes profesionales. Además, les da flexibilidad».

Alquilar con seguridad

Nuestro interlocutor hace un bosquejo del panorama que pueden encontrar muchos universitarios, estudiantes de intercambio o beneficiarios de la beca Erasmus al llegar a su lugar de destino: «Se encuentran con que, en los principales clasificados en cada país, es muy difícil alquilar con total seguridad. Se hallan multitud de anuncios, muchos repetidos, con imágenes en baja calidad (no hay un estándar de calidad de los anuncios de vivienda), con la necesidad de contactar al propietario en otro idioma, organizar una visita (que muy difícil pueden hacerlo si no están todavía en la ciudad) y luego estar seguros de que el propietario no está cometiendo un fraude y que les va a alojar en la vivienda. Además, en muchos casos, los propietarios solicitan que se les pague por anticipado fuera de cualquier plataforma. Un riesgo muy grande en caso de estafa».

La falta de vivienda y en general, la poca o incluso nula oferta, también para los estudiantes, es una constante en estos tiempos que corren: «En muchas ciudades (y, en especial, las que son muy turísticas) no hay suficientes alojamientos, sobre todo en septiembre. Por ello, nosotros recomendamos a los inquilinos que reserven un alojamiento con tiempo suficiente (por ejemplo, entre junio y agosto) y no esperen hasta el final. Hay casos, en el mercado tradicional, en los que los propietarios cancelan la reserva y los estudiantes están indefensos».

Modelos innovadores, aprovechando las nuevas tecnologías, pueden ayudar a clarificar este panorama. Este tipo de plataformas trata de chequear a sus propietarios «a través de un modelo exhaustivo de fraude», cuenta Garbayo.

«Nos aseguramos de que los propietarios no realizan malas prácticas. Además, permitimos que el inquilino reserve digitalmente desde su móvil y el propietario sólo acepte o rechace una solicitud, con un equipo de customer service que intercede en caso de que existan malentendidos o problemas entre el propietario y el inquilino. Igualmente, el pago se realiza a través de nuestra plataforma de pagos segura con check-in seguro. Custodiamos el dinero de la reserva hasta que el inquilino llega a la vivienda y todo se encuentra como había sido anunciado. En ese momento, al propietario le enviamos la reserva del primer mes de alquiler pagada por el inquilino. Nuestra recomendación es que alquilen a través de plataformas digitales como Spotahome, que dan seguridad a la transacción y no realicen pagos fuera de la plataforma», finaliza.