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En la Comunidad de Madrid, de los 419 puestos ofertados en la convocatoria de junio, 269 se quedaron desiertosPixabay

La agonía de las matemáticas: por qué gran parte de las plazas para ser profesor no se cubren

Cada vez hay menos graduados en Matemáticas que luego expliquen dicha materia en los institutos y colegios, lo que genera un problema de los difíciles

España tiene un problema con las matemáticas, hasta el punto de que en nuestro país es cada vez más habitual una estampa demoledora: oposiciones a profesor de esta materia que se convocan y cuyas plazas quedan sin cubrirse en un alto porcentaje.

Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, de los 419 puestos ofertados en la convocatoria de junio, 269 se quedaron desiertos, a pesar de que concurrieron más de 1.500 aspirantes. Eso llevará a la Consejería de Educación madrileña a seguir ‘subsistiendo’ con su bolsa de interinos. El problema se extiende a otras regiones.

Se veía venir

La cuestión viene de lejos, aunque la tendencia, en vez de revertirse, parece recrudecerse.

Cada vez hay menos graduados en Matemáticas que luego expliquen dicha materia en los institutos y colegios. Y es que los que consiguen acabar esta carrera tienen una amplia colocación en el sector privado, por lo que pocos de ellos se decantan por la docencia.

Empresas que diseñan órganos artificiales, bancos que necesitan conformar una cartera de inversión, asesores fiscales, analistas de datos, logística y transporte… pero cada vez menos profesores, lo que provoca que las plazas anteriormente citadas se queden sin cubrir o que, al menos, ocurra con otros titulados universitarios, mayoritariamente ingenieros.

La Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM) llevaba tiempo advirtiendo el problema. Si ya de por sí cada año son menos los que acaban la carrera (que no enjuagan a los docentes que ya se jubilan), la amplia y diversa oferta laboral en el sector privado hace el resto.

Prioridad nacional

Esta agonía de las matemáticas españolas contrasta con la situación que se vive en otros países, como el Reino Unido, donde recientemente el Gobierno conservador ha aplicado diferentes fórmulas, que conllevaban una fuerte inversión, para reentrenar a miles de profesores en un centro digital de Londres para conseguir llenar los colegios y los institutos de los mejores docentes.

Además, la estrategia británica pasa por motivar a los mejores que cursen las carreras de matemáticas y ciencias para que abracen la causa de la docencia y desoigan los cantos de sirena de otros sectores. El país aprobó sufragar los gastos de la carrera a los mejores estudiantes que tuvieran en mente cursar los grafos de Matemáticas, Física o Química si a cambio se comprometían a dar clase en las aulas del Reino Unido durante al menos cinco años.

En España, palos en las ruedas

Mientras esto sucede, lo cierto es que no parece que las autoridades españolas estén colaborando para revertir la situación. Es más, están consiguiendo ahondar en ella. Y es que los aspirantes a ser profesores en primaria recibirán el mismo número de horas de formación en igualdad de género que en materias clave como Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Sociales o Ciencias de la Naturaleza.

Así queda reflejado en los requisitos para la verificación de los planes de estudios conducentes a la obtención de los títulos universitarios oficiales que habilitarán para el ejercicio de la profesión de maestro, que constan en el proyecto de Orden del Ministerio de Universidades.

La Real Sociedad Matemática Española lamentó la propuesta de dicho ministerio de reducir la formación obligatoria en matemáticas para los titulados en Magisterio de Primaria a una asignatura de 6 créditos (60 horas) de un total de 240 créditos. Es decir, los mismos que igualdad de género.