En qué consiste el 'método Singapur' que explica los buenos resultados en matemáticas y ya se usa en España
Desde siempre ha sido una de las asignaturas que más trabajo costaba de sacar. Las matemáticas han generado amor y odio a partes iguales y han supuesto un quebradero de cabeza para muchos estudiantes. La prueba está en el último informe PISA, publicado este mes de diciembre, en el que se muestra la caída de la nota media de la OCDE en matemáticas hasta 472 puntos, cayendo en 15 en comparación con la anterior evaluación de 2018.
No obstante, este descenso no se produce de la misma forma en todos los rincones del mundo. Hay una zona que destaca por sus buenos resultados no solo en matemáticas (575 puntos), sino también en comprensión lectora (543 puntos) y ciencias (561 puntos). Se trata de Singapur, una mezcla única de ciudad-Estado y país insular, situada en el corazón marítimo del Sudeste asiático.
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Estos buenos resultados se deben a lo que se conoce como 'método Singapur', una metodología basada en diferentes principios pedagógicos que tienen el objetivo de favorecer el aprendizaje a partir de la experimentación y la participación y que ya se ha comenzado a poner en marcha en algún colegio español.
Esta forma de aprendizaje gira en torno a la resolución de problemas motivo por el que resulta tan efectivo al aplicarlo a las matemáticas. Los profesores, por tanto, instruyen a los alumnos para desarrollar procesos matemáticos críticos que incluyen razonamiento, comunicación y formulación de modelos.
En aquel país comienza a impartirse desde los primeros grados de enseñanza, aunque desde la Universidad Internacional de Valencia (VIU) comentan que es «útil para casi todos los alumnos hasta los 14-16 años». Comenzó a aplicarse en la década de 1980 en las escuelas públicas y supuso un cambio desde la memorización a una comprensión más profunda de los conceptos estudiados.
Este modelo se basa fundamentalmente en dos ideas: el enfoque Concreto, Pictórico, Abstracto (CPA) y la noción de dominio. El CPA, desarrollado por el psicólogo estadounidense Jerome Bruner en la década de 1960, introduce conceptos abstractos de una manera tangible y luego progresa a temas más complejos, de manera que proporciona así una forma de entender las matemáticas a través de estas representaciones.
La idea de dominio, por su parte, consiste en que todos los estudiantes en la clase avanzan juntos, evitando que nadie se quede rezagado. «Esto no significa que todos tengan que detenerse y esperar hasta que cada estudiante se ponga al día», aclara Ariel Lindorff, profesora asociada de Educación en la Universidad de Oxford, a BBC. «La idea es que algunos niños tienen una comprensión muy buena de la suma, el profesor no los llevará directamente a la resta, sino que les dará algo que amplíe un poco más el concepto de suma», explica.
Etapas del método Singapur
Por tanto, los diferentes procesos del 'método Singapur', tal y como explican desde VIU, son los siguientes:
- Etapa concreta. Constituye la primera fase y consiste en presentar el problema para que el niño explore y manipule una serie de objetos. Es el caso, por ejemplo, de los cubos de Mathlink o las torres de fracciones.
- Etapa visual. En este paso se procede a modelizar el problema al que se enfrenta el alumno, de manera que los objetos que citamos anteriormente son sustituidos por imágenes que los simbolizan. Esto permite presentar el problema de un modo esquemático.
- Etapa abstracta. Por último, se lleva al alumno a que se enfrente a la operación matemática deseada. La ventaja es que, gracias a ellas, habrá comprendido conceptos como la suma, la resta, la multiplicación o la división.
A pesar de que su utilización es conocida en este país asiático, se ha intentado exportar a otras naciones. Según recoge BBC, ya se utiliza en Estados Unidos, Canadá, Israel y Reino Unido, entre otros. No obstante, los expertos consideran que el éxito de Singapur no reside solo en este modelo, sino en la cultura educativa, el contexto y la historia de la ciudad-Estado.
Además, Lindorff destaca que los profesores en Singapur tienen perspectivas profesionales más prometedoras y un mejor apoyo en comparación con otros países. Asimismo, la actitud de los niños de aquel país hacia la educación matemática es un factor determinante en el éxito del método, de ahí la dificultad de implantarlo en otros lugares.
Puesta en marcha en Valladolid
Además de los intentos por implantarlo en esos países que hemos mencionado, en España algunos colegios también han apostado por él. Es el caso del colegio Amor de Dios de Valladolid, donde tras darse cuenta del bajo nivel de conocimientos decidieron introducir el método Singapur en sus aulas.
El resultado: los estudiantes no solo disfrutan más, sino que también muestran un mayor nivel de comprensión en matemáticas, tal y como han relatado sus profesores a El Norte de Castilla. Esto, según los docentes, se ha traducido en una mejora en sus habilidades comunicativas y en una resolución más creativa de los problemas.