La LOSU, una ley que probablemente suponga «un nuevo fracaso» en la regulación de la universidad española
Alejandra Corredera Marcos, orientadora de educación secundaria y Bachillerato del Colegio CEU San Pablo, asegura que la norma no se podrá llevar a cabo
La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), una polémica norma que impide a los colegios mayores adscritos a las universidades públicas a separar por sexo, reconoce a los estudiantes el derecho al paro académico y no resuelve la fractura educativa en 17 sistemas diferentes, entre otras claves, comienza verse poco efectiva.
Lo mismo pasa con la EBAU. El Ministerio de Educación ha presentado un borrador a las comunidades autónomas para ofrecerles unos criterios unificados que regulan los requisitos del acceso a la universidad y se alinea con la última reforma educativa impuesta por la que fuera ministra de la cartera, Isabel Celaá, la LOMLOE. Y es que estas normas, con las que el Gobierno de Sánchez pretende hacer 'un favor' a los estudiantes y profesores, no han sido nada más que una nueva mala gestión.
Alejandra Corredera Marcos, orientadora de educación secundaria y Bachillerato del Colegio CEU San Pablo de Montepríncipe, ha asegurado a El Debate que probablemente suponga «un nuevo fracaso» en la regulación de la Universidad española. Lo mismo dijo Fernando Lostao Crespo, abogado, doctor en Derecho y director de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, a este medio hace unos meses.
–¿Qué les parece a los docentes la nueva medida de bajar la nota un 10 % por faltas de ortografía en la EBAU?
–Esta medida no hace referencia solo a las faltas de ortografía, sino que abarca también la coherencia en la redacción, la cohesión estructural, el orden en la presentación y la corrección gramatical, léxica y ortográfica. En definitiva, competencias básicas que el alumno tendría que haber adquirido a lo largo de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.
Nos parece una decisión muy acertada, ya que desde un tiempo atrás observamos que el alumnado arrastra cada vez más dificultades en la redacción y comprensión lectora.
–¿Cree que los estudiantes están preparados para enfrentarse a este cambio?
–Desde los colegios CEU, impulsamos las habilidades lecto-escritoras de manera rigurosa, con distintas estrategias de enseñanza y aprendizaje. Nuestros alumnos están bien preparados para enfrentar este nuevo cambio. En nuestra búsqueda de la excelencia académica, somos conscientes de que una correcta expresión escrita es clave para una buena comunicación. Escribir bien es la carta de presentación de nuestros alumnos en esta prueba y por ello les preparamos a conciencia, aplicando medidas similares a las propuestas.
Un gran número de profesores han lanzado ya una carta abierta a diputados y senadores abogando por la neutralidad ideológica de nuestras universidades
Ahora bien, todavía estamos pendientes de cómo se aplicará esta medida a alumnos con dislexia o con otras necesidades de apoyo educativo, ya que por el momento solo se habla de una flexibilización de la medida.
–Ahora que se habla de la LOSU, ¿están de acuerdo con lo que dice el Gobierno respecto a esta ley? ¿Es eficaz?
–Realmente creo que es una oportunidad perdida de abordar los graves problemas que afectan al sistema universitario español. Ofrece algunas buenas propuestas que se quedan en meras intenciones. La realidad es que no se podrán llevar a cabo, por problemas tan graves como la falta de un criterio único y común de financiación, unívoco y equitativo. Intuimos que la carga de trabajo en juzgados y tribunales aumentará por solicitudes de amparo judicial del personal docente e investigador.
Además, lejos de resolver los problemas presentes, la ley está impregnada de sesgos ideológicos que no contribuyen a una unidad del sistema universitario español, si no más bien parece orientada a satisfacer las demandas de los socios del gobierno actual.
–¿Qué es lo que más les preocupa de la implantación del Ministerio de Educación?
–Probablemente, suponga un nuevo fracaso en la regulación de la universidad española. Un gran número de profesores han lanzado ya una carta abierta a diputados y senadores abogando por la neutralidad ideológica de nuestras universidades. Creo que debería preocuparnos especialmente que se tome al claustro como un órgano de representación política.
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–Ahora, según marca el nuevo texto, los estudiantes tendrán derecho al paro académico. ¿Considera que esto es grave? ¿Cómo influye esta norma al profesorado y estudiantes?
–La nueva ley de educación ha incorporado, en el último momento de su tramitación, una petición de última hora por la que se redacta formalmente la posibilidad de interrupción parcial o total de la asistencia a clase por parte del alumnado sin consecuencias académicas.
Cada universidad desarrollará libremente las condiciones para el ejercicio de dicha prerrogativa. La falta de exigencia de un criterio común genera inseguridad jurídica y hace imposible poder prever qué consecuencias podrá acarrear para la gobernanza de las instituciones, la libertad de cátedra y examen de los docentes, y el expediente académico del alumnado.