El Sindicato de Estudiantes usa el enfado por la Selectividad para atacar a la educación concertada y la Iglesia
El éxito de las concentraciones bajo el lema: «Queremos ya el modelo de examen de la PAU» fue notable y desde el Sindicato de Estudiantes, de marcada línea anticapitalista y laicista, han tratado de manipular a posteriori el objetivo de la huelga
Con el curso más que comenzado, los alumnos de 2º de Bachillerato siguen sin conocer como será la prueba que decidirá su futuro universitario. El nuevo modelo de Selectividad no se conocerá, previsiblemente, hasta el próximo jueves y los profesores todavía no han sido citados para las reuniones por asignaturas en las que se marcan las directrices últimas.
El retraso a la hora de anunciar estas modificaciones, que parece serán muy importantes, ha provocado las quejas de la comunidad educativa. Docentes y alumnos llevan un mes y medio sin saber cómo adecuar sus metodologías y temarios a la PAU. En noviembre del año pasado se aseguró desde las universidades que antes de finalizar el curso se conocerían las líneas generales de la nueva selectividad, pero no ha sido así. Colectivos como el de los profesores de Filosofía levantaron la voz hace semanas con duros comunicados. Sin embargo, ha sido el Sindicato de Estudiantes, junto con otros grupos de este tipo, quien ha conseguido una verdadera movilización llamando a la huelga a los propios jóvenes.
La incompetencia de Pilar Alegría
Rabia en los estudiantes contra el Gobierno por la PAU: «Es inédito, estamos viviendo una época desesperante»
El pasado viernes se convocó una movilización bajo el lema: «Queremos ya el modelo de examen de la PAU». Una reclamación a la que se sumaron miles de alumnos de toda España y de centros de diversa índole y titularidad. El éxito de las concentraciones fue notable y desde el Sindicato de Estudiantes, de marcada línea anticapitalista y laicista, han tratado de manipular a posteriori el objetivo de la huelga.
Una crónica tergiversada
La valoración del sindicato comienza tildando de reaccionarios a los equipos directivos de muchos de los centros educativos. Considera este grupo que elementos de «derecha y extrema derecha» impidieron o dificultaron el derecho a la huelga de los estudiantes. Pese a todo, hablan de «huelgón» y de decenas de miles de personas en las calles de todo el «Estado».
La mayoría de los asistentes a la convocatoria lo hicieron ante el retraso a la hora de conocer el nuevo modelo de EVAU y entre los presentes se contaban alumnos de centros públicos, concentrados y privados. Sin embargo, la crónica publicada por el Sindicato de Estudiantes une a las reivindicaciones de la jornada proclamas contra la propia Selectividad, asegurando que los jóvenes no quieren la PAU porque atiende al interés de que «la universidad sea un privilegio de clase».
No solo eso. Según los convocantes, tras la protesta principal, también se incluían el interés por un plan de rescate de la Educación pública que implique «ni un solo euro a la privada, concertada y a la Iglesia Católica». El Sindicato de Estudiantes amenaza con su fuerza para levantar una gran rebelión estudiantil si estas reivindicaciones no se cumplen.
Animados por el éxito el pasado viernes, y pese a que está previsto que esta misma semana se conozcan los modelos de examen de la PAU, ya se anuncia una nueva jornada de parones para el día 18.