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Imagen de varios alumnos escribiendo en la pizarra de un aulaFreepik

Los expertos defienden retrasar la entrada de los alumnos al instituto para evitar el abandono escolar

Desde Concapa advierten que las escuelas concertadas no podrían asumir más aulas sin un apoyo económico adecuado

Expertos en educación consideran que retrasar la incorporación de los alumnos de 11 y 12 años al instituto podría reducir el abandono escolar en los primeros años de secundaria, etapa en la que aumenta la repetición de curso debido al impacto del cambio desde la enseñanza primaria.

Sin embargo, la comunidad educativa –docentes, asociaciones de padres de escuelas públicas y concertadas, y expertos– pide «cautela» respecto a la propuesta de la Comunidad de Madrid, que busca mantener los cursos de primero y segundo de la ESO en colegios con infraestructuras adecuadas para el ciclo 2025-2026.

Representantes de los sindicatos CCOO y CSIF enfatizan que los cambios estructurales requieren consenso, mientras que expertos advierten que antes de implementar un nuevo sistema, sería necesario evaluar su impacto. Lucas Gortazar, investigador en educación de EsadeEcPol, recuerda a Efe que el cambio introducido por la LOGSE hace más de 20 años, que trasladó a los alumnos de 11 años al instituto, fue progresivo, por lo que un retroceso debería implementarse «de forma controlada» para analizar sus ventajas y desventajas.

Gortazar también destaca que las edades de 11 y 12 años son «complicadas», con insuficiente madurez social para enfrentar el cambio de entorno, lo que contribuye a un aumento en la repetición de curso. Ismael Sanz, investigador del Centro de análisis Funcas, respalda la idea de mantener a los alumnos en los colegios como una estrategia «clave» para prevenir el abandono escolar, ya que muchos estudiantes de primero y segundo de ESO abandonan por sentirse desubicados en el instituto.

Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación, señala que el tema preocupa y necesita ser estudiado en profundidad. Recuerda que, tras el cambio de modelo en los años 90, surgieron problemas de adaptación y abandono, especialmente entre los colectivos más vulnerables.

Algunas comunidades, como Galicia y Castilla y León, con áreas rurales y dificultades de desplazamiento, mantuvieron «centros públicos integrados» que impartían desde infantil hasta bachillerato, mientras que en Cataluña se creó la figura del «profesor de instituto de escuela» para acompañar mejor al alumno.

En los institutos, la atención tutorial diaria disminuye y el vínculo con las familias también se debilita. Sancho subraya la importancia de la «dimensión emocional» y sugiere reforzar la orientación y las tutorías para facilitar la transición.

El abandono escolar sigue siendo alto en España, con una tasa del 13,6 % en 2023, 4,1 puntos por encima de la media de la UE. Además, la repetición de curso en primaria afectó al 7,3 % de los estudiantes el año pasado, con una mayor incidencia en las escuelas públicas (9,1 %) que en las concertadas (3,9 %). En segundo de la ESO, la tasa de repetición es del 6,8 %, siendo el doble en centros públicos. La posibilidad de abandono escolar es cinco veces mayor en los estudiantes con niveles socioeconómicos más bajos.

Los sindicatos advierten que reorganizar los centros no es sencillo. Héctor Adsuar, secretario de enseñanza pública de CCOO, considera que el cambio es «logísticamente imposible» sin una reestructuración adecuada de espacios, alumnado y personal docente. Mario Gutiérrez, secretario general de educación de CSIF, insiste en que cualquier reforma estructural en educación debe ser consensuada. CCOO también alerta de que la propuesta podría beneficiar más a los centros concertados, permitiendo la creación de nuevos grupos de ESO en lugar de en colegios públicos.

Pedro Caballero, de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), advierte que las escuelas concertadas no podrían asumir más aulas sin un apoyo económico adecuado. María Capellán, presidenta de CEAPA, sugiere que la disminución de la ratio en primaria podría facilitar la incorporación de más líneas en los centros públicos, evitando que las familias opten por la concertada para completar la ESO.